«Incredulidad», «estupefacción» y «preocupación». Así reacciona el sector inmobiliario al anuncio de Pedro Sánchez para poner en marcha una empresa pública de vivienda, una idea que ha estado presente en otras épocas en España, como en la dictadura de Franco, y que rescató Podemos en su programa electoral para impedir la especulación con un bien y un derecho blindados en la Constitución.
Pedro Sánchez hizo el anuncio en el 41 Congreso del PSOE, generando un gran revuelo entre los presentes y más aún entre los principales actores del sector inmobiliario. «Han anunciado la creación de miles de viviendas en las últimas décadas y ninguno de ellos ha terminado de materializarse», afirman las fuentes consultadas. «Es el legado de la promesa incumplida», apuntan otros. «No se ha concretado, no hay fecha de inicio y a buen seguro incluirá todo el stock de la Sareb -conocida como el banco malo al nutrirse de los activos tóxicos de la banca en la pasada crisis de 2008-», señalan.
Y es que, reuniendo todos los anuncios realizados por el Gobierno de Zapatero y de Pedro Sánchez en materia de vivienda la cifra roza los 750.000 inmuebles. El propio Pedro Sánchez llegó a La Moncloa con nuevas promesas, que se duplicaron meses antes de las generales del 23-J, con números que crecieron de los 20.000 a los 160.000 viviendas. Ante esta falta de definición y objetivos concretos pocos en el sector del ladrillo se creen a Pedro Sánchez, incapaz de sacar adelante los Presupuestos y menos aún de arrancar el suelo público necesario para edificar.
LAS INMOBILIARIAS NO CREEN A PEDRO SÁNCHEZ
«El anuncio de Pedro Sánchez se topa con los límites de las competencias autonómicas e incluso municipales», advierten desde el sector. «No nos podemos creer un anuncio así», señalan fuentes de una importante empresa de compraventa de vivienda. Y es que, el suelo está en manos de las autonomías y la propia normativa que regula el uso de la superficie impide en algunos casos la recalificación. Se hizo así para evitar la especulación, pero la realidad es que estrangula a los promotores, que pelean por cada oportunidad y disparan el precio del suelo ante su escasez, especialmente en las grandes urbes y sus alrededores.
Ahora, los estudios realizados por expertos apuntan que diversas áreas y puntos neurálgicos alejados de las ciudades más importantes, como las capitales de provincia, «tienen margen para crecer». No obstante, «falta desarrollo económico y social», indican los promotores. «Se puede construir en el desierto, por espacio no hay impedimento, pero sin servicios acordes y empleo estable es volver a lo anterior y algunos no olvidamos lo que pasó hace quince años», indican.
La «recesión» y el estancamiento de los salarios con la pérdida de poder adquisitivo en los últimos cuatro años impide de facto pensar en la compra de vivienda para los jóvenes, mientras los alquileres sobrepasan niveles récord en las grandes ciudades.
LAS ZONAS PERIFÉRICAS COMIENZAN A TENSIONARSE
Por esta razón y ante el agotado mercado inmobiliario, donde la oferta obtiene inmuebles por herencias y algún que otro propietario que busca liquidez inmediata, los inquilinos y futuros compradores otean el mercado a decenas de kilómetros de las capitales e incluso en la denominada España vaciada animados por los precios asequibles y la esperanza de mayores ingresos en los puestos de trabajo y un menor gasto fijo que compense el del transporte. En Madrid, la zona de Aranjuez comienza a calentarse, mientras que en Barcelona es el eje de la C-58 la opción más buscada debido a su conexión de transporte y una mayor oferta, aunque alejándose de la playa.
Está por ver aún si el Gobierno activará la empresa pública de vivienda antes de agotar la legislatura. El principal escollo no es crearla sino dotarla de recursos para comenzar a operar y sin Presupuestos no hay opción alguna dada la gran cantidad de recursos que se necesitaría. Además, está también por concretar si la empresa pública de vivienda construirá o promocionará los inmuebles.
SIN PRESUPUESTO PARA LA EMPRESA PÚBLICA
El anuncio tampoco ha calado entre los socios de Gobierno. Sumar y Podemos tildan la promesa de «electoralista». El PSOE ha estado en La Moncloa 13 años desde 2004 y no ha realizado ninguna medida para remediar la situación. «Por qué iba a ser diferente ahora», reflexionan en Sumar. No obstante, señalan que la situación de los socialistas es crítica y se lo juegan todo en las próximas elecciones, que algunos apuntan a 2025 dado el cariz con el que se ha desarrollado el 41 Congreso, con un Pedro Sánchez recibido como una estrella del rock y aplaudiendo a quince imputados y condenados.
La nueva empresa pública empezaría con 16.000 viviendas menos, las que tiene planeadas vender la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, de la Sareb. Para Podemos, la única medida válida es impedir la especulación.