miércoles, 20 noviembre 2024

Destapan en Alicante una red que reclutaba a jóvenes de Dinamarca y Suecia para cometer asesinatos

Una compleja operación policial internacional ha desmantelado una organización criminal dedicada al reclutamiento de menores para cometer asesinatos y atentados con explosivos. La red, dirigida desde Alicante, operaba entre Suecia, Dinamarca y España, tejiendo una trama de violencia y crimen que ha sido neutralizada gracias a la colaboración entre las fuerzas de seguridad de los tres países, con el apoyo de Europol y Eurojust.

La investigación se inició tras la detención de un menor sueco en Benalmádena (Málaga), quien había sido reclutado por la organización para asesinar a un miembro de un grupo motero rival. Este hecho destapó una trama mucho mayor que implicaba el reclutamiento de menores a través de un canal de Telegram. Los jóvenes eran captados con promesas y coaccionados para llevar a cabo actos violentos, incluyendo asesinatos y atentados con explosivos. La organización les proporcionaba armas, como el fusil de asalto que se le iba a entregar al menor detenido en Málaga, e incluso planeaban las rutas de escape, llegando a considerar el uso de un patinete eléctrico.

Este método de reclutamiento online pone de manifiesto la vulnerabilidad de los menores en el entorno digital y la necesidad de reforzar la prevención y la educación en materia de seguridad online. Las redes sociales y las plataformas de mensajería instantánea pueden convertirse en herramientas para la captación de jóvenes por parte de organizaciones criminales, que explotan su inexperiencia y su posible situación de vulnerabilidad.

Alicante, el centro de operaciones del crimen internacional

El cerebro de la operación era un matrimonio sueco y su hijo menor de edad, quienes residían en San Juan (Alicante) y dirigían la red criminal desde su domicilio, convertido en un auténtico centro de operaciones. Desde allí, gestionaban las cuentas en redes sociales utilizadas para el reclutamiento, impartían las órdenes para la ejecución de los asesinatos, coordinaban el tráfico de armas y drogas, y blanqueaban el dinero obtenido de sus actividades ilícitas. La detención de esta familia ha supuesto un duro golpe a la organización, descabezando su estructura jerárquica y desarticulando su capacidad operativa.

La investigación ha revelado la existencia de una compleja red criminal con conexiones internacionales que se extendía desde Suecia hasta países del este de Europa. La colaboración entre las fuerzas policiales de diferentes países ha sido clave para el éxito de la operación, demostrando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado transnacional. Este caso pone de relieve la creciente sofisticación de las redes criminales, que operan a través de fronteras y utilizan las nuevas tecnologías para cometer delitos de extrema gravedad. La coordinación entre las autoridades policiales, judiciales y de inteligencia a nivel internacional es esencial para hacer frente a estas amenazas.

El blanqueo de capitales era otra de las actividades ilícitas que llevaba a cabo esta organización. A través de complejas operaciones financieras, trataban de ocultar el origen ilegal de los fondos obtenidos mediante el tráfico de armas y drogas. La lucha contra el blanqueo de capitales es crucial para debilitar las estructuras financieras del crimen organizado y evitar que reinviertan sus beneficios en nuevas actividades delictivas.

La detención de dos menores suecos en Dinamarca, que también habían sido reclutados por la organización para cometer un asesinato y a quienes se les incautaron dos armas de fuego, demuestra la amplitud y la peligrosidad de esta red criminal.