La Guardia Real lucirá este sábado, en el Día de las Fuerzas Armadas, solemne con sus uniformes de gala y sus ros blancos, plumajes, emperifollados, hebillas brillantes y arreos de caballos bien pulidos. Serán la parte más solemne del desfile que hace de acto central del Día destinado a conocer y promocionar las Fuerzas Armadas. Pero los infantes y jinetes habrán llegado al centro de Sevilla desde un campamento más propio de una zona de operaciones que de una festividad. Defensa ha alojado a los cerca de 500 componentes de tropa de la Guardia Real en un campamento de tiendas de campaña improvisado en la base de El Copero, cerca de la capital sevillana.
Las condiciones de alojamiento son solo el último motivo de disgusto en esta unidad de élite, la que se encarga de dar guardia militar y honores al Rey y a los jefes de Estado que visitan nuestro país. Unos 300 componentes del regimiento de la Guardia Real viajaron el martes pasado a Sevilla para ensayar y preparar el gran desfile de este sábado. Posteriormente, el jueves, casi 200 más se unieron a la expedición. La desagradable sorpresa fue que los organizadores del desfile había previsto para la tropa de la Guardia Real un campamento de tiendas de campaña. Solo para la tropa.
El campamento montado por los ingenieros del Ejército en El Copero –una base de helicópteros cercana a Sevilla– está solo destinado a tropa y cabos. A partir de sargento, oficiales y desde luego mandos, están en residencias más dignas, al menos con cama y baños.
El Grupo de Honores de Escoltas y los apoyos destinados a este desfile viven en tiendas denominadas ‘drack’ y duermen en sacos. Disponen de un baño para cada 20 militares, condiciones que se consideran poco dignas y más propio de zona de operaciones que de un desfile previsto con motivo del Día de las Fuerzas Armadas.
La Guardia Real desplazó a 300 militares a Sevilla este martes. Se trataba fundamentalmente del Grupo de Honores, las tres compañías de Tierra, Armada y Aire que rinden honores al Jefe de Estado y visitas de Estado. Son el grueso del componente de la Guardia Real que desfilará este sábado por Sevilla.
El jueves se desplazó a la capital andaluza otro grupo de guardias reales de unos 200 soldados, entre ellos la caballería. La mayor parte son miembros del Grupo de Escoltas. Unos y otros tienen el mismo alojamiento previsto: la lona de una tienda de campaña.
A las 11:30 de la mañana del sábado todos los guardias reales, aunque indignados por el trato que la logística militar les ha deparado, estarán formados en las calles de Sevilla, vestidos con el solemne uniforme azul turquí, los jinetes con corazas y sables en orden de revista. Será un esfuerzo titánico teniendo en cuenta las condiciones de campamento sobre la tierra en que tendrán que preparar su equipo.
La Guardia Real es probablemente la unidad más singular de las Fuerzas Armadas. Basada en El Pardo, cerca del palacio de La Zarzuela, sus misiones definen su estructura, todas ellas enfocadas a la protección, realce y escolta militar del Rey. Caballos, motos Harley, armones de artillería, sables… Pero también instrucción táctica, perros adiestrados, armamento largo y munición de guerra.
La Guardia luce con total solemnidad, desplegada al completo, con ocasión de la Fiesta Nacional, el 12 de octubre. Además hace importantes despliegues un día al mes para los relevos solemnes en el Palacio Real –un atractivo turístico en crecimiento por su espectacularidad–, y rinde honores en cada visita de Estado. Son los que, por ejemplo, custodian y atienden la inmensidad del Palacio Real en cada cena de gala ofrecida a un mandatario extranjero. Pero en su agenda hay otra cita en rojo especialmente complicada, el Día de las Fuerzas Armadas.
Complicada porque supone un segundo gran desfile y porque tiene lugar lejos de su base. Preparar un desfile tiene mucha más complejidad de lo que parece a simple vista. Para ensayar el que se celebra este sábado, los componentes de la Guardia Real marcharon 27 kilómetros solo el viernes pasado, el primer día programado de trabajo para el DIFAS. Además del agotamiento de la tropa, mientras se está preparando un acontecimiento de semejante compromiso y solemnidad, quedan en suspenso todos los programas de entrenamiento, preparación y algunas de las funciones.
Fuentes internas de la Guardia explican a MONCLOA.COM que el Grupo de Honores, que es el que lleva el peso del desfile, no está en su mejor momento de plantilla. Las exigencias han provocado que las tres compañías –Monteros de Espinosa, Mar Océana y la escuadrilla Plus Ultra– hayan clareado sus filas. El recurso para completar la unidad de cara a brillar en el desfile es tirar de lo que se conoce como “apoyos”. Es decir, sustraer personal de otras unidades que se dedican a labores diferentes. Es decir, las de patrulla en el complejo de La Zarzuela, las de policía militar u otras de las múltiples funciones que desempeña un regimiento tan peculiar como este.
Son muchas las voces en la Guardia Real que se plantean la oportunidad de que ésta despliegue casi al completo también el Día de las Fuerzas Armadas. Se trata de un enorme coste presupuestario, pero también en el esfuerzo de los guardias reales. Si además las condiciones de alojamiento son semejantes, se trata de una penalidad, no de la festividad de las Fuerzas Armadas.
Defensa ha tirado la casa por la ventana con ocasión de este Día de las Fuerzas Armadas. Además de los 3.700 militares, por las calles de Sevilla desfilarán 177 vehículos (muchos de ellos pesados), caballos y perros. Por el cielo desfilarán 29 cazas, 36 helicópteros y hasta 20 aviones de transporte. Pero no todo ocurrirá en las calles sevillanas, en los muelles del Guadalquivir estarán amarrados y dispuestos a ser visitados dos Buques de Acción Marítima (BAM), un cazaminas, un buque oceánico (el Río Segura), un patrullero de altura y hasta un submarino (el Tramontana). Una flota para lo que en términos militares se conoce como una operación de difusión de la cultura de Defensa.