Valls-Taberner es un apellido inevitablemente unido al mundo bancario español. En concreto al Banco Popular. Las andanzas de esta entidad fueron la comidilla del mundo financiero durante mucho tiempo. Hoy Cristina Valls-Taberner es la cara más conocida de la saga, pero ha seguido sus pasos lejos de los despachos de los bancos. Ha seguido su propio camino junto a su madre, Cristina Mul.
Nacida hace 48 años en Madrid, pertenece a una familia vinculada a la burguesía financiera. Su tío Luis Valls-Taberner fue entre 1972 y 2004 presidente del Banco Popular. El gran apoyo del banquero fue siempre su hermano Javier, padre de Cristina. El banco estuvo durante años vinculado al Opus Dei. Además, Luis era miembro del Consejo del Conde de Barcelona. Don Juan de Borbón o San Escrivá de Balaguer (fundador de la obra) fueron presencias habituales en la infancia de Cristina Valls-Taberner.
El apellido dejó de ser sólo un habitual en la nómina de la burguesía catalana para convertirse en una saga mediática gracias a que José María Ruiz-Mateos los señala públicamente. Tras la expropiación de Rumasa, el jerezano culpó a los hermanos Valls-Taberner de estar detrás de lo sucedido con su holding y de enturbiar sus relaciones con el Opus Dei. Una guerra de las altas finanzas que convirtió a la familia en objetivo de fotógrafos y de las revistas de información general que en esos años vivían sus años de oro.
Al contrario que su hermano Luis, Cristina ha conseguido esquivar durante años las polémicas financieras y las guerras de poder dirimidas en la prensa económica. Sin embargo, su vida sentimental la convirtió desde primera juventud en pasto de la prensa del corazón.
UNA VIDA SENTIMENTAL EN LAS PORTADAS
Muy cercano durante años al entorno de amistades del entonces príncipe Felipe de Borbón, fue su romance como Cayetano Martínez de Irujo lo que la hizo interesante para los fotógrafos. Un romance breve a mediados de los 90 cuando el hijo de la Duquesa de Alba era uno de los personajes favoritos del papel couché.
Luego vivía un romance, más duradero, con Isak Andic el presidente de Mango. Durante un tiempo se especuló incluso con la idea de boda. Un enlace que habría unido a dos importantes apellidos de la jet set catalana.
Finalmente, Cristina Valls-Taberner estabilizó su vida sentimental cuando se unió a Francisco Reynés, actual presidente de Naturgy. El empresario catalán, varios años mayor que Cristina, había enviudado de su anterior esposa Margarita Ginesta. Reynés llegó a ser un cara conocida por los medios de comunicación por su puesto al frente de Albertis, la empresa encarga de gestionar las autopistas.
La pareja se casó en 2013 y han tenido dos hijos en común. Para dar a luz a sus hijos Cristian escogió la barcelonesa clínica Tecknon. Estuvo asistida por el doctor Manolo García-Valdecasas, conocido como ‘el ginecólogo de las famosas’, al encargarse de los partes de las mujeres más populares de la ciudad condal como Shakira o la princesa Alexia de Grecia.
NEGOCIOS JUNTO A SU MADRE
Más allá de su vida privada, Cristina Valls-Taberner buscó su desarrollo profesional lejos del mundo de la banca. Aunque sus estudios de Ciencias Económicas y Empresariales en CUNEF indicaban que seguiría los pasos familiares, en 1997 se lanzó al mundo empresarial de la mano de su madre Cristina Mul.
Juntas crearon Chris & Cris, una empresa de complementos. Se hicieron populares sobre todo sus bolsos que llegó a lucir la Reina Letizia lo que supuso el impulso definitiva para el negocio de madre e hija. En el año 2020 renombraron la empresa como Chris Living y pasaron a dedicarse a la decoración de interiores.
Sin embargo, fue durante la pandemia cuando pensó el que sería la gran aventura empresarial de su vida. Creó The Brick Invest. La empresa se define a sí misma de la siguiente forma en su página web: «Somos una firma de promoción inmobiliaria especialista en la creación de productos de lujo, cuyo objetivo es posicionar su marca para ser un referente en el mercado nacional e internacional en el largo plazo».
Se trata de una empresa que compra viviendas con capital propio para ser reformadas y luego ser vendidas. Siempre en las mejores zonas de la capital de España. «Hay que moverse rápido, tenemos personas que están todo el día fuera buscando oportunidades, enseñando pisos o comprando muebles. Tenemos muy buena organización y yo prefiero delegar; son personas en las que confío», explicaba en una reciente entrevista en la revista Forbes.
En la misma conversación aseguraba que su mayor éxito es «saber desconectar». Una política que cumplió al querer alejarse de la tradición bancaria familiar.
