Al contrario que en España, en Estados Unidos, el papel de las mujeres de los presidentes, conocidas como Primeras Damas, están definidos por la tradición y el protocolo. En ocasiones su influencia ha llegada a ser más importante que la de algunos miembros del Ejecutivo. Con el triunfo de Donald Trump, Melania volverá a ser la anfitriona de la Casa Blanca por segunda vez. Toma así el testigo de Jill Biden cuya influencia sobre los años de su marido en la presidencia ha sido especialmente criticada.
Desde otro lado del espectro político también lo ha sido la actuación de Melania durante la primera legislatura de su marido, entre 2017 y 2021. Su relación con la todavía Primera Dama en funciones no han sido buenas desde que Trump anunció que se presentaría a la reelección contra Joe Biden. Finalmente, el Partido Demócrata decidió apostar por Kamala Harris. Sin embargo, Melania no parece perdonar algunas opiniones que Jill Biden habría hecho sobre la esposa de Donald Trump tal y como recogen medios estadounidenses.
La mala relación entre ambas anfitrionas de la Casa Blanca ha cristalizado el miércoles 13 de noviembre con el plantón de Melania a Jill Biden. Como es tradición, tras ganar las elecciones y producirse un cambio de presidentes, la Primera Dama saliente tiene un encuentro con las Primera Dama entrante.
En 2016 el encuentro, en buen término se dio entre Michelle Obama y la propia Melania. No fue así en 2020 cuando los Trump abandonaron la residencia presidencial. ¿Qué ha pasado para que ahora dé plantón la señora Trump a la esposa Biden? Según The New York Post el motivo es que Melania Trump vincula al matrimonio Biden que los federales registraran Mar-a-lago, la mansión Trump en Florida.
Según el citado diario Melania Trump culpa directamente de que los agentes durante el registro revolvieran entre su ropa interior. «El esposo de Jill Biden autorizó que el FBI hurgara en los cajones de su ropa interior. Los Biden son despreciables», habría dicho la Primera Dama entrante a las personas de su entorno.
Con este plante Jill Biden se despide de la Casa Blanca con un gesto que supone toda una humillación por parte de su sucesora. Sin bien Melania Trump fue cuestionada por la vacuidad de su ejercicio como Firt Lady, Jill Biden también ha sido muy criticada, sobre todo porque muchos medios la acusan de ser una de las personas que favoreció que su marido, pese a los rumores sobre su salud, siguiera adelante con la idea de ser el candidato presidencial.
Para muchos medios la polarización ha tenido su efecto en el papel de las Primeras Damas que tradicionalmente han sido respetadas como un cargo protocolario independientemente de las ideologías. Ahora, el papel de Melania Trump en su segunda legislatura tiene en expectativa a los cronistas sociales estadounidenses.
UNA MODELO EN LA CASA BLANCA
Melania Knauss, su nombre de soltera nació en Nuevo Mesto (hoy Eslovenia) en 1970. En el momento en que nació su ciudad pertenecía a Yugoslavia. Hoy el país no existe tras la terrible guerra de los Balcanes. En alguna declaración Melania ha asegurado que se siente yugoslava ya que se crío en un momento en el que el país balcánico tenía una fuerte identidad. Cuando abandonó su lugar de origen para triunfar como modelo esté empezaba una difícil situación.
Hija del dueño de una tienda de coches y de una trabajadora textil, con 16 años comenzó a hacer pequeños trabajos como modelo hasta que representó la marca de ropa más importante del país. De ahí dio al salto a los grandes circuitos internacionales de la moda llegando a desfilar en París y Milán y posando para el gran fotógrafo Mario Testino. Su rostro llegó a ocupar la portada de Sports Ilustrated y Harper’s Bazaar. También en 1994 posó desnuda para la revista New York Post Office. Una imagen que volvió a cobrar actualidad cuando su marido anunció su candidatura a la presidencia. En 1996 empezó su carrera como modelo en Estados Unidos.
Conoció a Donald Trump durante una fiesta en 1998 cuando él estaba unido en matrimonio a Marla Maples. Sin embargo, su relación no se hizo pública hasta 2004 en el programa que entonces el presentaba en televisión, El aprendiz. Su relación se convirtió en contenido del reality y allí anunciaron su boda que tuvo lugar en 2005. Un año después tuvieron a su único hijo Barron.
Desde su llegada a la Casa Blanca su labor como Primera Dama generó críticas por la falta de contenido. Las comparaciones con su predecesora Michelle Obama no se hicieron esperar. Además, durante la campaña de 2016 leyó un discurso en apoyo a su marido que era un plagio del mismo que pronunció la propia Obama en 2008. El asunto se solucionó con la destitución de una asesora de imagen.
Como todas sus predecesoras ha llevado a cabo una campaña social en concreto. Las suya fue Be Best para concienciar sobre el ciberacoso. Llegó a realizar charlas sobre el asunto pero muchos se quejaron de que sus proposiciones no se materializaban en nada concreto.
