La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), dependiente del Ministerio de la Transición Ecológica, dirigido por Teresa Ribera, centró toda su atención en la presa de Forata el 29 de octubre de 2024, en la peor DANA del siglo, pero obvió los datos que llegaban del barranco del Poyo, así como los del Turia, el canal Real del Júcar y el canal que une al Turia con el Júcar desde Manises. Su foco de atención se centró así en una zona también devastada por la DANA, pero el grueso, la denominada zona cero, pasó inadvertida.
De los 76 municipios afectados, solo se vigilaron de forma incansable quince por la «pantanada» de la presa de Tous. El resto no mereció la debida atención hasta que fue demasiado tarde. En la ribera del Turia se pusieron en marcha medidas de aviso y emergencias por cuenta propia de los Ayuntamientos, pero aún así la devastación dejó un reguero de muertos.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, no advirtió en la reunión del CECOPI (Centro de Coordinación Operativo Integrado) la situación del noroeste dela ciudad de Valencia, donde se encuentran más de la mitad de los pueblos y urbanizaciones inundados hace dos semanas y un día. «Todos los ojos se centraron en Forata», apuntan fuentes conocedoras de esas reuniones.
«Nadie advirtió de la rapidez de crecida del aforo en el barranco del Poyo, pese a la presencia de personal de la CHJ en la misma reunión», señalan. «No hubo ninguna referencia para alertar a la población por esas crecidas», zanjan las fuentes consultadas.
MIGUEL POLO NO AVISÓ AL CECOPI
Miguel Polo se ha escondido desde el inicio de la tragedia en la peor DANA del siglo, sin dar explicaciones, aunque podría tener que darlas ante un juez si se admite a trámite la querella de Manos Limpias. La CHJ advirtió de la crecida del barranco del Poyo hasta que la situación era crítica. A las 15.50 horas, la Generalitat conoció que la rambla bajaba con un caudal bajo, con un dato sin actualizar. A esa hora, el barranco del Poyo presentó un caudal -aforo en términos técnicos- de apenas 28,703 m3/s, un nivel muy inferior a los 264,43 m3/s que llegó a registrar a las 11.40 horas. El caudal no sobrepasó por la mañana dicho nivel y se redujo paulatinamente hasta las 16.10 horas, cuando tenía los mismos 28,703 m3/s.
A las 16.13 horas, la CHJ comunica el mismo caudal, 28,7 m3/s, pero el Centro de Emergencias no desactiva ninguna alarma hidrológica, activada a las 12.20 horas. El motivo fue el riesgo que entrañó el embalse de Forata, cuya capacidad se disparó de los 5 Hm3 a los 35 Hm3, desaguando por la compuerta la máxima capacidad, 925 m3/s, y también por los aliviaderos de la propia presa, con un total de 78 m3/s. Es decir, Forata expulsó prácticamente la misma cantidad de agua del aporte de los ríos y barrancos que lo nutren. Desde las 16.13 a las 18.43, la CHJ no informa sobre «un aumento brusco en el caudal» en el barranco del Poyo en ningún momento.
Según algunas fuentes, el aporte del embalse llegó a superar los 800 m3/s. El mensaje de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno, dejaba clara su preocupación a Carlos Mazón. El presidente de la CHJ está «inquieto», apuntó. Un mensaje que llegó a las 20.20 horas, después de la alarma enviada a la ciudadanía. La rotura de esa presa hubiera conllevado la inundación desde el canal de Forata hasta Cullera, inundando toda la ribera del río Magro, los canales internos de Valencia y la Albufera desde la parte sur.
LA PEOR DANA DEL SIGLO Y NADIE MIRÓ AL NORTE DE FORATA
A partir de esa hora comenzó el auténtico desastre en la peor DANA del siglo. A las 16.30 horas, la Rambla del Poyo tenía ya un caudal de 37,206 m3/s, un 29% más en solo 20 minutos. La crecida aumentó un 67% a las 16.40 horas, hasta los 47,941 m3/s, en apenas 30 minutos. A partir de esa hora, según los datos a los que ha podido acceder este diario, la subida del caudal fue exponencial. A las 17.00 horas, en pleno inicio de la reunión del CECOPI y a la que llegó tarde Carlos Mazón, la crecida del barranco del Poyo alcanzó los 71,657 m3/s.
El barranco del Poyo rebasa el caudal de los 110 m3/s a las 17.15 y se sitúa en 151,605 m3/s, para dispararse a 197 m3/s cinco minutos después. A las 17.35 horas, el caudal del barranco del Poyo subió a 280,54 m3/s y superar los 580 m3/s a las 17.50 horas. A las 18.05, el nivel del aforo roza los 1.000 m3/s, más del doble del caudal en la desembocadura del Ebro y prácticamente la misma que el Tajo.
Los minutos siguientes muestran un aforo destructivo para un cauce tan reducido: 1.200 m3/s a las 18.10 horas, 1.387 m3/s a las 18.15 horas, 1.540 m3/s a las 18.20 horas. La imparable riada se abría así paso en Chiva, Cheste y bajaba hacia Torrent, apoyado por la riada de Pozalet y un Turia desbordado. En total, Torrent recibió así todo el caudal del barranco del Poyo, junto con el canal Júcar-Segura y del resto de barrancos de la zona. Ese triángulo, además, está apoyado por la AP-7, «que sirvió de presa» para retener agua y redirigir la riada a otras zonas, especialmente por la barrera de hormigón de la mediana.
EL PAPEL DE LA AP-7 Y EL CANAL JÚCAR-TURIA
El caudal continuó en aumento a las 18.43 horas, momento en el que numerosos pueblos ya estaban devastados por la riada, mientras que Forata ya soltaba agua a razón de esos 1.000 m3/s, dejando en el río Magro y el Segura unos caudales récord e inundando la zona sur de Valencia. Esta apertura de la compuerta en Forata no fue avisada a la población, pero sí en algunos municipios, pero no en todos, según denunció el alcalde de Algemesí. Además, de nada sirvieron las barreras instaladas en las calles de algunos pueblos ya que la riada alcanzó entre los 2 y 4 metros de altura en algunas casas.
A las 18.43 horas, el caudal alcanzó los 1.900 m3/s; a las 18.45, los 1.941 m3/s; y a las 18.50 horas, 2.015 m3/s y a 2.282 m3/s a las 18.55. A las 19.00 horas, en la peor situación para miles de familias y ciudadanos que atravesaron las autovías y carreteras, se rompió el caudalímetro, situado antes de entrar en Torrent y a la misma latitud de Ribarroja. No existió ningún instrumento de medición adicional en el barranco del Poyo, pese a ser uno de los más peligrosos debido a las zonas pobladas que atraviesa.
La CHJ no puede ofrecer más que estimaciones de caudales a través de los pluviómetros instalados en las poblaciones de la Rambla del Poyo. Así, en Chiva, en el inicio del barranco, llegaron a caer cerca de 500 litros por metro cuadrado (l/m2), pero los datos son incompletos. Algunos de los aparatos no registran los datos a día de hoy y el servicio en tiempo real no funciona. «Sin datos», ofrece la web de la CHJ a pesar de la nueva DANA que se ha instalado en el litoral mediterráneo y gran parte de la meseta central.
LA CHJ, DENUNCIADA POR RESPONSABILIDAD PENAL
La denuncia contra el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, presentada por Manos Limpias, apunta: «La Confederación encargada de los ríos tiene un presupuesto de 58,2 millones de euros y sólo ha gastado 1,1 millón de euros en edificaciones preventivas y, en cambio, más de ocho millones de euros en pagos al personal, todos estos elementos o circunstancias presuponen una responsabilidad penal».
Asimismo, el plan de inundaciones señala que es la Generalitat la encargada de visualizar y vigilar la situación en el barranco del Poyo, pero lo cierto es que no solo se desbordó el barranco, sino también los canales a cielo abierto del Júcar-Turia, así como el propio Turia. Toda esa agua se canalizó en Torrent, epicentro de la zona cero, pero no fue la única gran avenida formada en la peor DANA del siglo. Manises, Aldaya y Alaquás fueron inundadas por el Turia y el propio canal, dado que tienen una mayor altura sobre el nivel del mar superior a Torrent y es imposible que el agua del barranco del Poyo llegara esos tres pueblos. Ribarroja y todos los municipios del cauce del Turia también fueron arrasados, como Bugarra, Gestalgar, Sot de Chera y Pedralba.
Las urbanizaciones de Chiva, como los Felipes y Calicanto, fueron anegadas por el desbordamiento de los barrancos de Pelos y Murtal, así como la acción en el barranco de L’Horteta. Todos los campos de esa huerta quedaron completamente destruidos, con cuantiosas pérdidas económicas, más con la caída del balasto de las vías ferroviarias. Más de 100 km de vías acabaron en el fango y desprendidas de su sitio.
Ese agua bajó a Xirivella y Quart de Poblet, pero lo mismo ocurre con Sedaví y el barrio de La Torre, ambos junto al Turia y alejados del barranco del Poyo. Alfafar, Benetússer, Massanassa y Llocnou de la Corona se encontraron con las aguas del barranco del Poyo y del propio Turia, cuya agua se desbordó en Manises. Cabe señalar que el nuevo cauce del Turia no llegó a desbordarse y pudo contener los 2.000 m3/s que bajaban por el río al tener una capacidad superior.
Asimismo, cabe destacar que numerosas cañerías fueron destrozadas, mientras el alcantarillado colapsó con el barro, ramas, árboles, coches y todo material urbano cuyos anclajes no aguantaron, junto con animales, postes, barreras… El desastre por la falta de avisos a la población se ha cobrado 215 muertos y aún hay 17 desaparecidos.