La antipolítica alentada desde las polarizantes redes sociales es una de las mayores preocupaciones que pesan sobre el nuevo jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, el joven extremeño Diego Rubio.
La mano derecha del presidente del Gobierno dirigió anteriormente la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia País a Largo Plazo y posteriormente fue nombrado secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica.
En ambos cargos ejerció como una especie de ‘futurólogo político’ para Sánchez, que es consciente de que la antipolítica ha facilitado los triunfos de Donald Trump, el ‘Brexit’ o el ascenso de Giorgia Meloni a la presidencia italiana.
A corto plazo, la antipolítica puede contribuir a tumbar al desbordado Gobierno de la Comunidad Valenciana, pero Rubio y Sánchez creen que a largo plazo el afectado podría ser el Ejecutivo estatal y la propia democracia.
ANTIPOLÍTICA
La ciudadanía valenciana ha sufrido en carne propia la incapacidad de algunas administraciones públicas frente a una catástrofe natural. Pero es evidente que algunos quieren utilizar esta situación para cargar contra el Estado.
Cuando dicen «el Estado no funciona», algunos quieren promocionar el sistema tecnofeudalista que dejaría a la intemperie a la ciudadanía más desfavorecida (véase cómo los patrióticos Estados Unidos abandonan a su suerte a miles de compatriotas que no pueden pagarse un seguro social).
Cuando otros repiten sin malicia el lema «solo el pueblo salva al pueblo», quizá desconociendo el mensaje falangista que esconde, alientan la tesis que dice que a los damnificados de Valencia los van a salvar solamente las millonarias limosnas de Amancio Ortega, las performances solidarias de Ángel Gaitán o el teatro de los ‘egotubers andorranos’ (que al menos ayudan, pero promueven la beneficencia sobre la Justicia social y simplemente aportan la guinda del enorme pastel que pagará el Estado).
Pese a la alarmante falta de reflejos de Carlos Mazón, el Estado pagará más del 95% de las consecuencias económicas de la catástrofe y pondrá los pilares para rehacer las zonas más golpeadas de la Comunidad Valenciana.
Durante la crisis sanitaria de la covid, algunos gurús digitales ya quisieron convertir al Estado en síntoma de fracaso en contraposición contra él supuesto éxito del capitalismo, que ni salvó a la ciudadanía del coronavirus (recuerden los ERTE o las vacunas) ni lo hará ahora en Valencia, por mucho que Antonio Garamendi se atreva a decir que serán las empresas las que levantarán el Levante.
La antipolítica promueve los gobiernos tecnocráticos, es decir, técnicos que gestionan en torno a una doctrina liberal sin tener en cuenta la opinión de la ciudadanía a la que arrebatan derechos y servicios públicos con la eficiencia económica como única justificación.
Ciertos streamers combinan el clasismo, el anarcocapitalismo, una demagoga e interesada guerra contra los impuestos y el negacionismo climático. En definitiva, ocultan que el cambio climático disparará la intensidad de las danas y empujan a las víctimas de las catástrofes a sostenerse de las publicitadas propinas de ciertos magnates (que encuentran los donativos como vehículo publicitario) y algunos youtubers (que monetizan dramático contenido a costa del dolor ajeno).
PRISA SEÑALA A PÉREZ-REVERTE
Pedro Sánchez ha denunciado que siente la falta de sintonía entre la opinión pública y la opinión publicada, en parte porque cree que el ecosistema mediático español cuenta con una mayor oferta conservadora que progresista.
La orfandad que dice sufrir La Moncloa la intenta compensar Sáncehz con algunos errores, véase el decreto aprobado que podría convertir RTVE en un apéndice de la secretaría de Estado de Comunicación.
El emblema del multimedia más cercano a La Moncloa, El País, acusó este lunes a Arturo Pérez-Reverte de promover mensajes antipolíticos en prime time. Se da la paradoja que el exitoso novelista fue estrella de la editorial Alfaguara, que hace una década de las manos del Grupo Prisa (editor de El País) a las del gigante Penguin Random House.
Ese mismo lunes, el ‘Hora 25’ de la Cadena SER también arremetía contra influencers como Ángel Gaitán, estrella de la antipolítica y homenajeado por el campeón tenístico e ídolo de jóvenes Carlos Alcaraz. El tenista, émulo de Rafa Nadal en todas las pistas, aseguró que Gaitán «lidera» la reconstrucción de Valencia.
En el PP, por su parte, creen que el Gobierno dispensa etiquetas como «pseudomedios» o «antipolítica» contra sus adversarios con el ánimo de amortiguar algunas críticas legítimas contra Pedro Sánchez.
Y el PSOE piensa que ciertos mensajes antipolíticos de algunos y algunas relevantes dirigentes del PP acabarán beneficiando a proyectos como Vox o Se acabó la fiesta.