El pasado 29 de octubre será recordado como la peor DANA del siglo, pero también por la nefasta gestión realiza aquel día por parte de todos los responsables políticos, inmersos ahora en una guerra feroz por el relato, mientras las familias de Valencia entierran a 212 víctimas mortales, otra más en Mira (Cuenca), uno más en Málaga y otros seis en Letur, ocho de los fallecidos que parecen de segunda al no centrar la atención de ningún partido.
La gestión de la peor DANA del siglo ha iniciado su andadura en los tribunales. Una persona particular acusa a la Presidencia de la Generalitat Valencia, presidida por Carlos Mazón, y a la Agencia de Seguridad y Emergencias del gobierno autonómico por su «inactividad» durante la riada devastadora, que ha dejado además 50 desaparecidos activos.
La polémica gestión de los responsables de Valencia junto con la Confederación Hidrográfica del Júcar y la actuación del Gobierno central de Pedro Sánchez en pleno ha demostrado que no hay nadie a los mandos cuando la situación se tuerce. Los avisos llegaron tarde, muy tarde, mientras que la gestión es un auténtico desastre, a tenor de las críticas de voluntarios, militares y policías, así como de las propias familias afectadas.
SE ADMITE A TRÁMITE POR «INACTIVIDAD»
Por el momento, la Sección Cuarta de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha dictado un decreto por el que acuerda admitir a trámite el recurso presentado por un particular contra la «inactividad de la Presidencia de la Generalitat Valenciana y la Agencia de Seguridad y Emergencias de la propia Generalitat en relación a la DANA».
Para conocer qué se hizo y qué se omitió, como los avisos de Emergencia a tiempo para la población, es fundamental conocer dónde se encontraban los líderes políticos y qué hicieron al respecto para poder salvar el mayor número de vidas posible.
Carlos Mazón es el gran señalado, pero también se apunta a Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica; a Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar; Miguel Ángel López, presidente de la Aemet; Pedro Sánchez, presidente del Gobierno; Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, ministros de Defensa e Interior, respectivamente. Así como a la delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé, y a la responsable de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones; y el secretario de Medio Ambiente, Hugo Morán; y a la consejera de Justicia e Interior de Valencia, Salomé Pradas.
Para ir por partes, los máximos responsables de la Generalitat de Valencia, con Mazón a la cabeza, siguieron la peor DANA del siglo de forma prácticamente despreocupada en los momentos clave de la riada, entre las 08.30 y las 20.11 horas, momento en el que se dio la alarma a la población. Aquel caótico y trágico día comenzó con alertas de Protección Civil, Seguridad Nacional y la Aemet. Avisos rojos por lluvia, única y exclusivamente.
En ninguno de esos mensajes se alertó de inundaciones de tipo fluvial, es decir, desbordamiento de ríos. Todos se refirieron a un apocalipsis en forma de lluvia, que llegó a ser de más de 600 l/m2 y cuya acción haría aumentar los caudales de los ríos, pero el desbordamiento no se debió directamente a las lluvias. En Paiporta, por ejemplo, no llovía cuando llegó el tsunami desde Requena, un municipio que fue avisado puntualmente y donde el PSOE ha obtenido la Alcaldía con una moción de censura en pleno caos.
MAZÓN Y SU ALMUERZO EN UN RESERVADO
Ese día, Mazón almorzó con la periodista Maribel Vilaplana en el restaurante El Ventorro, dentro del centro de Valencia. Eran las 15.00 horas y no salieron del reservado hasta las 18.00 horas, según apuntan fuentes consultadas por este medio. En teoría, el encuentro fue para ofrecer el puesto de directora a la periodista, pero ella lo rechazó. Por este motivo, el presidente de la Generalitat llegó tarde a la reunión del CECOPI, el centro donde se monitorizó la grave situación de la peor DANA del siglo, que empezó a las 15.00 horas.
A esa reunión acudieron la delegada del Gobierno en Valencia, la consejera de Justicia, técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar y se ausentaron la directora general de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones; y el secretario de Medio Ambiente, Hugo Morán, de viaje a Colombia y Brasil, respectivamente.
En esa reunión, el barranco del Poyo ya estaba desbordado en varios puntos. Chiva y la zona de Cheste eran arrasados por el agua, la zona norte de la Ribera Norte, arrasada por la violencia del Turia, mientras todo el agua de Requena y Utiel bajaba sin control directamente hacia Valencia. «No tiene otro cauce. Si llueve en Requena, Valencia corre el riesgo de inundación», apuntan fuentes que conocen a la perfección la zona.
SIN ALERTAS DE NADIE, SIN NADIE A LOS MANDOS
Ni la Aemet ni la Confederación Hidrográfica del Júcar alertaron a la población, tampoco Emergencias y solo llegó una alarma de Protección Civil a las 20.11 horas, cuando miles de personas se vieron con el agua por encima de sus cabezas, tal y como muestran los vídeos subidos a las redes sociales y las propias imágenes captadas por las cámaras de televisión. La población vio entrar el agua en sus municipios mientras los máximos responsables atendían a otros asuntos.
Utiel ya estaba con los rescates de personas, entre bomberos, policías locales y la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), pero salió de allí poco después de las 17.00 horas, cuando los barrancos de las zonas de Chiva y Cheste ya estaban desbordados. ¿Por qué no se les envió a otras zonas en problemas serios como en Utiel? Porque el Gobierno no lo consideró oportuno, a pesar de estar muy pendientes de la presa de Forata, en nivel 2 de emergencia tras embalsar 800 m3/s en pocas horas. La capacidad de la presa (37 Hm3) estaba al borde de saltar el muro y se decidió abrir las compuertas a razón de unos 1000 m3/s, casi la misma capacidad a la que entraba el agua.
Teresa Ribera aseguró que estuvo llamando a Mazón hasta en «cuatro ocasiones» durante la tarde, pero Mazón la ha desmentido mostrando un mensaje en sus redes sociales. «Presidente, soy Teresa R. Estamos pendientes y preocupados. El presidente de la CHJ está inquieto, pero manejando con máxima prudencia. Marlaska y protección civil en ello. Aemet siguiendo evolución. Dime cualquier cosa en la que podamos ayudar», mostró. El mensaje se envía nueve minutos después de la alerta a la población, cuando ya era todo demasiado tarde.
TERESA RIBERA, EN BRUSELAS BUSCANDO SU SITIO EN LA CE
Lo que no dice Ribera es dónde se encuentra en ese momento. Según fuentes solventes, llegó a ver a Dolors Montserrat, líder del PP en el Parlamento Europeo, en Bruselas. ¿Qué hacía la ministra de Transición Ecológica en el corazón político de la UE? No, no estaba pidiendo ayuda a las autoridades europeas y pedir ayuda a los países -Marlaska se encargó de rechazar toda ayuda desde el extranjero-.
La tercera máxima responsable del Gobierno trataba de encontrar apoyos para poder conseguir su asiento en la Comisión Europea, un puesto ambicioso que anhela desde que fue candidata a la Eurocámara. De hecho, se encargaría de los asuntos relacionados con el cambio climático y la transformación ecológica. Dado su papel en la peor DANA del siglo, su carrera podría verse más que truncada.
Con este mensaje, se prueba que la Confederación Hidrográfica del Júcar no movió un dedo en los avisos y que la Aemet se dedicaba a mirar pantallas en vez de descolgar teléfonos y llamar a las autoridades, mientras que Marlaska y Emergencias lejos de estar en ello paralizaron todas las ayudas posibles en el momento de la tragedia, tal y como denunciaron sindicatos policiales, militares y asociaciones de la Guardia Civil.
No había nadie a los mandos y los valencianos no solo estuvieron solos en el momento de la tragedia, sino hasta cinco días después. Cuando comenzaron a llegar los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil, así como la UME y el Ejército. Se necesitaba a todos desde el primer momento, se les esperó, pero no llegaron. 223 personas perecieron, 50 siguen desaparecidas.
Ribera, desaparecida durante once días, se dignó a dar sus primeras declaraciones. «Me costó hasta cuatro llamadas localizar al señor Mazón», afirmó a la SER. Por el momento, no ha mostrado sus acciones para tratar de ayudar a los damnificados, siguiendo el relato del Gobierno de descargar toda la responsabilidad en Mazón. Tan preocupada estaba que no canceló su visita a Bruselas, mantuvo su agenda.
PEDRO SÁNCHEZ EN LA INDIA; LA AEMET, MONITOREANDO
En cuanto a Morán y Barcones, responsables de dar respuestas ante una catastrófica DANA, nada se podía esperar de ello. El primero viajó a Colombia, la segunda a Brasil. Todo ello, con los avisos y alertas de la AEMET, cuyas previsiones se quedaron demasiado cortas. Qué decir de Pedro Sánchez, de viaje con su imputada esposa, Begoña Gómez, en la India, recibido como si fuera un majarajá.
Tras la catástrofe, el Gobierno constituyó un Gabinete de crisis para seguir la DANA, como meros espectadores de la película de terror que se vivía en Valencia, Albacete, Cuenca y Málaga, ciudades que pasan casi inadvertidas, a pesar de que sus ciudadanos perdieron a vecinos, amigos y familiares. Para ellos no hubo alertas previas, ni avisos de la AEMET, centrada especialmente en Valencia. En Letur, la Confederación Hidrográfica del Segura no ha instalado un caudalímetro en Letur a pesar de ser una zona especialmente inundable con un horizonte T-500, es decir, es una zona donde ha llovido tan intensamente en el pasado que se ha inundado el pueblo.
Todos tenían que hacer algo más que estar pendientes de la peor DANA del siglo, tan avisada por la AEMET, a pesar de que sus previsiones se quedaron demasiado cortas. En la CHJ, se colocó al frente a un exconcejal socialista (Titaguas) en vez de a un ingeniero de Caminos. El resto, fuera de España, mientras a Mazón solo le falta un corte de digestión al estar amortizado por Génova 13.
