Hace unas horas, conocíamos el resultado del recurso de apelación de la persona que difundió el rostro de la víctima de el caso conocido como La Manada. Finalmente, el condenado por publicar dicha foto en las redes sociales se librará de la cárcel, al haberle sido reducida la condena en un día.
Esta reducción, a la que se apelaba en el recurso, es muy significativa. De dos años y un día pasa a ser una pena de dos años. Parece que tan sólo se reduce un día, pero con ello, el condenado eludirá la cárcel al no tener antecedentes penales.
Los delitos cometidos por La Manada tuvieron lugar en julio de 2016. Sin embargo, no fue hasta diciembre de 2017, cuando el condenado, un joven de 30 años y procedente de Valladolid, publicó en su Twitter la imagen de la víctima mientras era violada por sus agresores. Además, el condenado la insultaba y la acusaba de mentir respecto a los hechos acontecidos. Es precisamente por el texto que acompaña la foto, por lo que la Audiencia Provincial de Navarra cree que existió humillación. Además, se suman los delitos contra la intimidad, la integridad moral y de revelación de secretos que es por los que se le condenó.
Sin embargo, a pesar de que la resolución judicial no le ha sido muy desfavorable tras el recurso – también se redujo la sanción económica en casi 1.000 euros – es probable que el condenado tenga que sufrir en sus propias carnes la humillación y el escarnio público a través de las redes sociales.
Ya ha comenzado a circular por las redes sociales una fotografía con su rostro. En dicha foto, se le identifica como el responsable de haber difundido la imagen de la víctima de La Manada. Aunque la imagen lleva poco tiempo, ya ha sido retuiteada más de 600 veces y es probable que esta cifra se incremente considerablemente.
Muchas personas no les guste este tipo de «venganzas» por incurrir exactamente en la misma falta en la que incurrió el condenado. Otras en cambio piensan que es una forma de hacer justicia. Divulgar su rostro, hará que las personas sepan a qué tipo de persona se están enfrentando. No es la primera vez que las redes sociales traten de imponer justicia, cuando creen que los jueces no lo han hecho.