El Gobierno de Pedro Sánchez refuerza su relato para descargar toda responsabilidad única y exclusivamente a Carlos Mazón, presidente de la Generalitat de Valencia. El Ejecutivo, PSOE, Compromís y Sumar, así como los altavoces mediáticos, apuntan directamente a Mazón por la tardanza en activar las alertas y avisar a la población en pleno desbordamiento de varios barrancos en el noroeste y Sur de la ciudad de Valencia el pasado 29 de octubre.
En este relato, el Ejecutivo ha encargado a la Unidad Militar de Emergencias dar el número de muertos en la peor DANA del siglo, mientras que el Ministerio de Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, no ha dado a conocer aún un listado de desaparecidos, a pesar de que la Guardia Civil sí tiene un registro público de personas que no han dado señales de vida desde hace años.
El Gobierno del PSOE y Sumar ha tratado de defender la actuación de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en el decreto de «medidas urgentes de respuesta» por los efectos de la DANA, publicado Boletín Oficial del Estado (BOE). En el primer párrafo, el Ejecutivo descarga toda responsabilidad al afirmar: «El domingo 27 de octubre de 2024 la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió un aviso especial en el que informaba de que una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) se había situado en el interior peninsular, con la previsión de precipitaciones generalizadas en la Península y Baleares, con mayor probabilidad e intensidad en la vertiente mediterránea».
En la red social ‘X’, denominada antiguamente Twitter, la AEMET alertó de un «aviso especial» por una dana que «producirá precipitaciones generalizadas en la Península y Baleares hasta, al menos, el jueves 31». «En el área mediterránea los chubascos serán muy fuertes o, incluso, torrenciales. ¡Mucha precaución!»
«A partir del lunes 28 comenzará la parte más adversa del episodio. Es probable que la DANA se desplace hacia el suroeste hasta situarse en las cercanías del golfo de Cádiz, a la vez que se producirá una ciclogénesis en niveles bajos dando lugar a una baja en superficie en el entorno del litoral sur peninsular a partir de la tarde-noche.
De esta forma la DANA evolucionará muy probablemente a una borrasca fría. Como consecuencia, en el Mediterráneo se establecerá un viento de levante que se intensificará el martes, favoreciendo la llegada de gran cantidad de humedad al este peninsular», advertía la AEMET en su comunicado.
«Se esperan chubascos muy fuertes sin poder descartar, a día de hoy, que alcancen localmente intensidad torrencial, además de ser persistentes e ir acompañados de rachas de viento muy fuertes».
En dicho aviso, la propia AEMET admitía la existencia de una «incertidumbre sobre la localización exacta de los mayores acumulados». El lunes 28 lo más probable es que los máximos se alcancen en «Tarragona y Castellón, así como en el Estrecho y, desde la tarde, también en el sureste peninsular».
NI RASTRO DE LA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL JÚCAR EN 49 PÁGINAS
La fecha de la tragedia, el martes 29 de octubre, «que se prevé el día álgido de este episodio», la mayor probabilidad de «estas precipitaciones intensas estará en el área mediterránea peninsular -menos probables en Barcelona y Girona- y entorno del Estrecho y, en menor medida, en el centro y mitad sur». «Es probable que en puntos de la Comunidad Valenciana y Murcia se superen los 150 mm en 24 horas», alertó. Este primer aviso se quedó muy lejos de lo que vendría ese fatídico día donde todo lo que podía fallar, falló.
El decreto continúa con un relato socialista de la tragedia. «La parte más severa del episodio comenzó a partir del lunes 28, convirtiéndose el martes 29 en la peor DANA en lo que va de siglo, siendo las comunidades autónomas más afectadas la Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña y, en menor medida, Illes Balears y Aragón».
«!– /wp:paragraph –>
No obstante, ha pasado una semana y un día desde la terrible y dramática riada, que por el momento ha afectado a 70.000 personas, según el registro de Compensación de Seguros. Hasta ese momento, Marlaska no había hecho referencia a la cifra de 1.900 desaparecidos, tal y como aseguró Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en Valencia, en la reunión con el CECOPI a tenor de las llamadas recibidas por Emergencias y el 112.
«Las personas han empezado a denunciar más tarde. No el propio día de la tragedia, sino unos días después por las razones expuestas», ha afirmado el ministro de Interior. En este sentido, ha afirmado que para realizar la denuncia en una tragedia como la acontecida en Valencia se debe contar «con la logística necesaria para recoger el ADN en todos los lugares».
«Ya estamos constituyendo -una semana después de la peor DANA del siglo- grupos desplazados en la zona de máxima incidencia de la DANA para poder realizar esas denuncias. Siempre ha estado abierto Valencia capital oficinas de la Policía Nacional como de la Guardia Civil. Ya se está materializando las posibilidades con los medios necesarios», ha indicado. «Los dos primeros días eran una situación difícil y compleja, incluso para las propias víctimas, observar y poner la denuncia», ha asegurado. Así, ha afirmado que darán datos «objetivos», pero con criterios puestos «en marcha desde el minuto uno».
A pesar de las declaraciones de Marlaska, hay un auténtico baile de cifras sobre las llamadas por personas desaparecidas al 112. En un primer momento se informó de 2.500, después se redujo a solo 600. En un borrador de la reunión del CECOPI, se apuntó a 1.900 llamadas. Tres versiones para un dato que es fácilmente contrastable.
El motivo, es que llamaron familiares de otras provincias al no poder contactar con sus seres queridos y se repitieron los nombres con los propios familiares que conviven con los desaparecidos. Es decir, hubo varias llamadas para una única persona. No obstante, va a ser complicado identificar para quienes vivían solos o bien no tienen familia cercana en España.
Hasta el momento, la morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia ha recibido un total de 199 víctimas mortales, todas ellas con autopsia ya realizada, mientras que desde el Gobierno se traslada una cifra de 217 muertos en total, de los que 211 se han encontrado en Valencia. Del total de cadáveres encontrados, 53 aún no se han podido identificar, mientras que 145 cuerpos se han entregado por el cotejo de huellas (127) y ADN (18).
La morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia ha recibido desde que se produjo la Dana, y hasta las 20 horas de hoy, miércoles, 6 de noviembre, un total de 199 víctimas mortales, todas ellas con autopsia ya realizada. Del total de esas personas, 145 están plenamente identificadas (127 por huellas y otras 18 por ADN), según la última actualización de cifras por el Centro de Integración de Datos (CID).
Mientras tanto, las oficinas ante mortem habilitadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil en colaboración con médicos forenses contabilizaban ascienden a las 20.00 horas de este miércoles a 93 casos activos por denuncias de desaparición, cuatro más que ayer martes, cuando eran 89.
En este sentido, los datos de desapariciones activas y el número total de fallecidos no debe sumarse, debido a que varios de los cuerpos no se han podido identificar y sí denunciar su desaparición. Por ello, no deben ser sumados en ningún caso. De esta forma, los expedientes activos de desaparición pueden aumentar o descender por las nuevas identificaciones de los fallecidos existentes, el incremento de denuncias de desaparición o la localización de personas con vida. De ahí que sea tan laborioso el proceso y el incansable goteo.
«En algunos puntos, las lluvias han llegado a superar los 600 litros por metro cuadrado en pocas horas, provocando, entre otros, inundaciones en decenas de municipios, carreteras y vías cortadas, puentes destrozados por la violencia de las aguas y, lo que es peor, más de 200 víctimas mortales», señala. «!– /wp:paragraph –>
No obstante, no fue la lluvia la causante directa de las muertes, sino los efectos devastadores de la riada provocada por los desbordamientos de los barrancos, provistos con caudalímetros y personal de vigilancia de los mismos, una labor exclusiva de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
En Paiporta, epicentro de la devastación, apenas llovía tal y como se puede comprobar en los numerosos vídeos que muestran la crecida del barranco del Poyo en la zona. Así, fue la riada la que arrastró todo lo que encontró a su paso, anegando casas, garajes, locales, parkings y polígonos industriales, así como carreteras y campos, sin que la población fuera consciente del peligro real.
EL RELATO DEL PSOE, EN EL BOE
En caso de que los ‘populares’ ratifiquen este decreto validarán con su voto el propio relato del PSOE, descargando de responsabilidades a la Confederación Hidrográfica del Júcar, señalada en al menos dos de las denuncias y querellas que se han presentado contra el Gobierno y contra los organismos encargados de dar la alarma y los datos a Protección Civil y Centro de Emergencias.
Esta es la segunda trampa que ha levantado el PSOE contra el PP por el drama de Valencia. Algunas de las ayudas para Valencia y otras Comunidades Autónomas estarán incluidas en los Presupuestos Generales del Estado y ante la falta de apoyos para sacarlo adelante, el Gobierno ha colocado al PP entre la espada y la pared. Por el momento, los ‘populares’ resisten la embestida.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez prosigue con el mismo argumento inmediatamente después. «La intensidad de las precipitaciones ha provocado graves inundaciones, que han ocasionado un gran número de fallecidos, desaparecidos, múltiples rescates, personas atrapadas en sus viviendas y vehículos, conductores inmovilizados en las autovías A-3 y A-7, cortes en la red de ferrocarril, inundación del aeropuerto de Valencia, interrupción de servicios esenciales como el abastecimiento de agua, suministro eléctrico y telefonía, etc».
De nuevo, se apunta únicamente a la «intensidad» de la lluvia y no a la falta de alertas a la población para poder resguardarse de la riada. Porque una cosa es llover con intensidad, como ha ocurrido con el último huracán en EE UU -hasta el presidente Joe Biden alertó de las severas consecuencias-, y otra muy distinta no haber previsto ni haber alertado a la población. ¿Qué hubiera pasado si Pedro Sánchez hubiera salido el 28 de octubre para alertar a la población? ¿Qué hubiera pasado si Protección Civil hubiera comunicado la alerta por radio, televisión, prensa a toda la población?
EL GOBIERNO HABLA DE «SITUACIÓN DE EMERGENCIA», PERO EVITA ELEVARLO A N3
En el propio decreto se indica que no solo fue Valencia la zona afectada -las comarcas de Utiel, L’Horta Sud, Ribera Alta y Ribera Baja, Los Serranos-, en Letur (Albacete), Mira (Cuenca), y diversos puntos de Málaga, Almería, Granada, Sevilla, Huelva y Cádiz.
El municipio conquense de Mira también pertenece a la Cuenca Hidrográfica del Júcar y tampoco allí hubo alerta, como en Letur. En ambos pueblos han fallecido un total de siete personas, con seis muertos en Letur y uno en Mira. No obstante, el Gobierno no ha atacado a Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ni tampoco le ha pedido dimisiones.
El Gobierno de Pedro Sánchez afirma que la situación era de «emergencia», pero ha evitado elevar el N3, el nivel en el que el Ministerio de Interior toma el control, dejando al criticado Mazón al frente, que no tiene control de facto en cuestión de cifras y datos, ya que el Gobierno ha asumido dicha labor. En cambio, la Generalitat está gestionando lo más duro: la organización, aunque es un desastre sin precedentes tanto a la hora de comunicar como a la hora de actuar, especialmente con los voluntarios y convoyes que han acudido al auxilio de los damnificados.
En el mismo decreto, el Ejecutivo de Pedro Sánchez afirma que «en solidaridad con la Comunitat Valenciana, se han sucedido los ofrecimientos de medios por parte de diversas comunidades autónomas y de la ciudad de Ceuta, así como de numerosos organismos internacionales, para atender las múltiples emergencias de personas atrapadas y aisladas en los municipios afectados».
MARLASKA Y ROBLES EVITARON ACTIVAR AL EJÉRCITO DESDE EL PRIMER MOMENTO EN EL BARRANCO DEL POYO
No obstante, países como El Salvador ofrecieron desde un primer momento el envío de ayuda al Ministerio de Exteriores y aún espera respuesta, como también hicieron bomberos franceses, que de forma voluntaria se desplazaron a la zona cero llegando incluso antes que agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Ejército.
En este sentido, el Gobierno solo realizó el envío de personal de la UME a Utiel por la mañana, pero lo peor fue por la tarde, sobre las 15.00 horas, algunos de los barrancos ya se habían desbordado y cortado carreteras y vías férreas, como ocurrió con la C-3 de Cercanías en Chiva, para llegar después a cuadruplicar el caudal del Ebro en su desembocadura.
El Ejecutivo no realizó ningún envío porque debía pedirlo la Generalitat, a pesar de que la UME puede movilizarse sin esperar a la Generalitat. Los militares estuvieron quietos en sus regimientos, mientras que los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil estuvieron atados de pies y manos. Fueron organizaciones como RAGCE, agentes retirados de la Guardia Civil, los que se movilizaron a título personal y contactando con Ayuntamientos para organizar bien la ayuda y asistencia desde el primer momento. Todos ellos de forma voluntaria.
QUERELLA POR HOMICIDIO IMPRUDENTE Y OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO
A los agentes en activo se les llegó a amenazar con sanciones si abandonaban su puesto de trabajo para echar todo su cuerpo y alma en Valencia, como lo están haciendo cuando se les ha dado la orden. Esta actitud del Gobierno de Pedro Sánchez ha sido entendida como un posible delito de «omisión de deber de socorro» y «homicidio imprudente» contra Pedro Sánchez, mientras Manos Limpias ha realizado otra denuncia que apunta además de al Gobierno a los presidentes de la AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Al día siguiente de la emergencia, el Gobierno de Pedro Sánchez, el PSOE y Sumar estaban tan preocupado por la DANA que ninguno de ellos solicitó la suspensión del pleno para activar el cambio en el Consejo de Administración de RTVE, un trámite que sí se realizó de urgencia el mismo miércoles 30 de octubre. Compromís, Vox y PP evitaron acudir a la votación de la vergüenza, en la que sí estuvieron todos los diputados valencianos del PSOE, mientras los muertos se sacaban de los pueblos que dicen ahora defender. Asimismo, ese mismo día, el PSOE aprovechó para sacar adelante una nueva subida de impuestos, que afectaría directamente a las clases medias y trabajadoras.
LOS ZAPATOS DE PEDRO SÁNCHEZ
Pedro Sánchez acudió después, en su primera visita, a la zona afectada, para realizar una segunda a Paiporta junto al Rey Felipe VI y la Reina Letizia y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. En aquella visita, Pedro Sánchez huyó del lugar en plena lluvia de barro y lanzamiento de objetos contundentes.
Pedro Sánchez llegó a asegurar que había recibido un golpe con palo y culpó a la extrema derecha de orquestar el violento recibimiento. Los Reyes, en cambio, se quedaron junto a Mazón para interesarse y dialogar con los damnificados. Los zapatos de los cuatro en el comité del CECOPI dejaban una imagen casi impoluta de Sánchez, especialmente los zapatos, mientras que el Rey, la Reina y Mazón tenían toda la ropa llena de barro.
Mientras las críticas del bloque progresista se dirigen únicamente hacia Mazón, el Ministerio de Igualdad difundió sin querer el argumentario del Gobierno para sacar rédito político de la devastación. No solo realizó una moción de censura en Requena, donde han fallecido siete personas, sino que se pautaron las directrices con el fin de realizar «un seguimiento de los efectos de la DANA en materia de Igualdad», imprescindible para las familias de los damnificados.
En las notas manuscritas que sostuvo la ministra de Igualdad se mostró una serie de directrices para obtener una mejoría, más cuando el PSOE y el presidente del Gobierno están cercados por los casos de presunta corrupción en las figuras de Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez; David Sánchez, hermano de Pedro Sánchez; y el caso Koldo, mordidas que se pagaron desde el Ministerio de Transportes, Interior, la Comunidad Autonóma de Baleares presidida por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, -la misma que se negó a suspender el pleno de urgencia para convalidar el decreto de RTVE un día después de la tragedida- y Canarias, con Víctor Ángel Torres al frente, entre otros entes públicos.
«ESTE ES NUESTRO MOMENTO»
Ana Redondo mostró en su papel lemas como «comunicación coordinada» y «este es nuestro momento», con 217 fallecidos apenas una semana antes. En otra de las frases se apunta al «liderazgo fallido no significa sustitución». Esta frase es muy similar a las dichas por el propio ministro Fernando Grande-Marlaska, quien aseguró que el Estado dar el «máximo apoyo» a la «gestión de esta grave emergencia», a pesar de las críticas a Mazón.
Para la ministra, según fuentes consultadas por este medio, no hay constancia de esta frase en el folio. Asimismo, el argumentario apunta el número «78», exactamente el mismo que municipios afectados por las riadas y desbordamientos de los ríos y barrancos que debía vigilar la CHJ.
Otra de las polémicas frases en este desastre y errores a la hora de dar las alarmas a la población se centra en la polémica frase de Pedro Sánchez. «Si la Comunidad Valenciana necesita más recursos, que los pida», señaló el presidente del Gobierno, que insiste en culpar de todo al cambio climático.
De hecho, en el folio de Ana Redondo aparece la frase categórica: «El negacionismo climático=mata; frente a ello, técnicos y científicos». Para acabar, Redondo apuntó el «poder transformador de las políticas públicas, sostenidas con fondos públicos, impuestos de todos, auténtica solidaridad», una palabra tan de moda con la catástrofe en Valencia, mientras no se ha dado respuesta a quienes se han visto afectados por las riadas y desbordamientos y pagaron de forma íntegra el IRPF en junio. Quienes aplazaron los pagos, tendrán una moratoria, pero lo pagarán igualmente.
MARLASKA Y LAS CIFRAS DE LA TRAGEDIA
«No es falta de transparencia, todo lo contrario, queremos una transparencia sustentada en criterios objetivos, pero puestos en marcha desde el minuto uno», ha asegurado Marlaska en una entrevista a La Sexta al ser preguntado sobre los motivos por los cuales las cifras oficiales llegan con cuenta gotas. «Estamos realizando el registro, pero dar datos cuando objetivamente no podemos concluir razonablemente que esa cifra es la que es y que son desaparecidos relacionados con la DANA entonces nos parece un poco, diría, imprudente». Así, ha señalado que probablemente en los «próximos días podamos darlos».
«!– /wp:paragraph –>
No obstante, ha pasado una semana y un día desde la terrible y dramática riada, que por el momento ha afectado a 70.000 personas, según el registro de Compensación de Seguros. Hasta ese momento, Marlaska no había hecho referencia a la cifra de 1.900 desaparecidos, tal y como aseguró Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en Valencia, en la reunión con el CECOPI a tenor de las llamadas recibidas por Emergencias y el 112.
«Las personas han empezado a denunciar más tarde. No el propio día de la tragedia, sino unos días después por las razones expuestas», ha afirmado el ministro de Interior. En este sentido, ha afirmado que para realizar la denuncia en una tragedia como la acontecida en Valencia se debe contar «con la logística necesaria para recoger el ADN en todos los lugares».
«Ya estamos constituyendo -una semana después de la peor DANA del siglo- grupos desplazados en la zona de máxima incidencia de la DANA para poder realizar esas denuncias. Siempre ha estado abierto Valencia capital oficinas de la Policía Nacional como de la Guardia Civil. Ya se está materializando las posibilidades con los medios necesarios», ha indicado. «Los dos primeros días eran una situación difícil y compleja, incluso para las propias víctimas, observar y poner la denuncia», ha asegurado. Así, ha afirmado que darán datos «objetivos», pero con criterios puestos «en marcha desde el minuto uno».
A pesar de las declaraciones de Marlaska, hay un auténtico baile de cifras sobre las llamadas por personas desaparecidas al 112. En un primer momento se informó de 2.500, después se redujo a solo 600. En un borrador de la reunión del CECOPI, se apuntó a 1.900 llamadas. Tres versiones para un dato que es fácilmente contrastable.
El motivo, es que llamaron familiares de otras provincias al no poder contactar con sus seres queridos y se repitieron los nombres con los propios familiares que conviven con los desaparecidos. Es decir, hubo varias llamadas para una única persona. No obstante, va a ser complicado identificar para quienes vivían solos o bien no tienen familia cercana en España.
Hasta el momento, la morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia ha recibido un total de 199 víctimas mortales, todas ellas con autopsia ya realizada, mientras que desde el Gobierno se traslada una cifra de 217 muertos en total, de los que 211 se han encontrado en Valencia. Del total de cadáveres encontrados, 53 aún no se han podido identificar, mientras que 145 cuerpos se han entregado por el cotejo de huellas (127) y ADN (18).
La morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia ha recibido desde que se produjo la Dana, y hasta las 20 horas de hoy, miércoles, 6 de noviembre, un total de 199 víctimas mortales, todas ellas con autopsia ya realizada. Del total de esas personas, 145 están plenamente identificadas (127 por huellas y otras 18 por ADN), según la última actualización de cifras por el Centro de Integración de Datos (CID).
Mientras tanto, las oficinas ante mortem habilitadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil en colaboración con médicos forenses contabilizaban ascienden a las 20.00 horas de este miércoles a 93 casos activos por denuncias de desaparición, cuatro más que ayer martes, cuando eran 89.
En este sentido, los datos de desapariciones activas y el número total de fallecidos no debe sumarse, debido a que varios de los cuerpos no se han podido identificar y sí denunciar su desaparición. Por ello, no deben ser sumados en ningún caso. De esta forma, los expedientes activos de desaparición pueden aumentar o descender por las nuevas identificaciones de los fallecidos existentes, el incremento de denuncias de desaparición o la localización de personas con vida. De ahí que sea tan laborioso el proceso y el incansable goteo.