Efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta dedicados al control del perímetro fronterizo de la ciudad autónoma han interceptado a un varón de origen subsahariano residente en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) local en las inmediaciones del doble vallado con la intención de saltarlo para regresar a Marruecos, un hecho «inaudito» y «sin explicación aparente», según han explicado este martes fuentes de la Benemérita.
El hombre, de origen senegalés y «sin ninguna causa pendiente en España que pudiese motivar su intento de abandonar el país» fue detectado por las cámaras de vigilancia de la frontera e interceptado por una patrulla del Instituto Armado cerca de la doble valla de 8,2 kilómetros de longitud que separa Ceuta del país vecino.
El suceso, adelantado por ‘El Faro de Ceuta’, carece de precedentes con migrantes de origen subsahariano, aunque desde la declaración del estado de alarma y el cierre del paso del Tarajal, el pasado 13 de marzo, se ha repetido asiduamente con ciudadanos de nacionalidad marroquí, sobre todo bordeando a la carrera y a nado los espigones marítimos norte y sur en los que termina el perímetro fronterizo.
El Gobierno de Ceuta mantiene alojados en una nave acondicionada en los polígonos comerciales ubicados junto a la frontera a un total de 97 súbditos del Reino alauita (55 hombres y 42 mujeres) que se quedaron atrapados en la ciudad tras la clausura del paso y no fueron incluidos en las expediciones de repatriación autorizadas por Marruecos desde entonces.
El Ejecutivo local que preside Juan Vivas (PP) ha pedido en repetidas ocasiones sin éxito a la Administración General del Estado que asuma la atención a ese colectivo, cuyo número se mantiene más o menos estable porque, según las fuerzas de seguridad, «los que consiguen huir de vuelta a su país se compensan con las personas que logran entrar irregularmente a nado o en motos acuáticas y otras embarcaciones recreativas».
La Benemérita ha vallado durante los últimos días parte de la playa más cercana al espigón del Tarajal con el fin de evitar que, aprovechando la acumulación de bañistas, las personas que desean salir de Ceuta irregularmente, puedan sorprender a los agentes de guardia, que de esta forma han ganado más margen de maniobra de respuesta.
El CETI de Ceuta alberga actualmente a unos 450 foráneos repartidos casi a partes iguales entre personas de origen subsahariano (la inmensa mayoría de la República de Guinea), argelino y marroquí. Durante el primer semestre de 2020 han llegado a la ciudad autónoma 229 indocumentados, un 56 por ciento menos que entre enero y julio del año pasado, el 68 por ciento marroquíes (155), un 25 por ciento argelinos (57), once guineanos, tres senegaleses y dos personas de otras nacionalidades.