La vibrante capital de Madrid no solo es conocida por ser rica en cultura y ser uno de los participes clave en el impacto histórico al rededor del mundo, sino también por su amplia variedad gastronómica. Entre sus numerosos bares y restaurantes, uno destaca con luz propia: El Brillante. Situado en la emblemática glorieta de Atocha, este bar se ha convertido en un referente de calidad para los locales y turistas que deseen degustar uno de los platillos más frescos del mar. Con unos precios que son todo un chollo, por tan solo 7,5 euros, El Brillante no solo deleitará tu paladar con este exquisito manjar, sino también estarás degustando en un rincón donde la historia y la convivencia se fusionan en cada bocado.
1LA HISTORIA DEL MÍTICO BAR DE MADRID EL BRILLANTE
Fundado en 1952 por Alfredo Rodríguez Villa, El Brillante tiene sus raíces en la pasión por la cocina que Alfredo llevó consigo desde León, su tierra natal. Desde sus primeros pasos en el mundo de la hostelería en establecimientos emblemáticos de Madrid, entendió que el bocadillo de calamares podía convertirse en un ícono gastronómico de la ciudad. Su visión, combinada con el arduo trabajo y la dedicación, culminó en la creación de este bar que atrajeron a una clientela diversa, desde estudiantes a trabajadores y turistas ansiosos por probar esta delicia madrileña.
En 1991, tras el fallecimiento de Alfredo, su hijo tomó las riendas del negocio y llevó la tradición familiar aún más lejos. Fue él quien estableció definitivamente el bocadillo de calamares como la estrella del menú. Gracias a su compromiso con la calidad y la autenticidad, El Brillante se transformó en la herencia gastronómica que Madrid ofrece. Hoy en día, bajo la dirección de la tercera generación de la familia Rodríguez, el bar continúa consolidándose como un punto de encuentro y un lugar imprescindible para quienes desean saborear una parte de la tradición culinaria de la capital.