El caso Errejón resucita la guerra entre ‘pablistas’ y ‘antipodemitas’

El escándalo que ha supuesto la muerte política y civil de Íñigo Errejón tiene varias aristas políticas que destrozan al Gobierno, en general, y a Sumar, en particular, y también alguna en el ámbito político-mediático.

Tienen visos de padecer ‘amnesia’ la mayoría de los numerosos defensores de Errejón que le aplaudieron pese a sus fracasos en las primarias moradas de Vistalegre II (2017), las autonómicas de 2019 con Más Madrid y las elecciones generales del mismo año con Más País.

COMBATE MEDIÁTICO

La crisis que sufre Sumar podría conllevar que Podemos recupere el liderazgo del espacio progresista. Este hecho es temido por Pedro Sánchez, que se apresuró en salir en defensa de Yolanda Díaz, y celebrado por Pablo Iglesias, que ha denunciado la inacción del ‘yolandismo’ a través de RTVE, Canal Red y Diario Red.

Algunos mass media ‘antipodemitas’ han levantado el pie del acelerador contra Errejón, que cuando maniobró contra Pablo Iglesias despertó enormes simpatías en medios escasamente proclives a Podemos.

El ‘pablismo’ tampoco se queda atrás y se ha lanzado al combate. Diario Red, dirigido por el propio Iglesias, dice que «Yolanda Díaz reconoce que ya conocía la denuncia de agresión sexual contra Errejón en 2023 cuando lo nombró portavoz parlamentario de Sumar».

¿CÓMO QUEDA EL ESPACIO?

Izquierda Unida será clave en la reconfiguración del espacio de Sumar. El coordinador general de IU, Antonio Maíllo, ha pedido responsabilidades a Yolanda Díaz, que este lunes no admitió demasiados errores en su primera comparecencia pública sobre el caso.

La formación IU ha enviado un email a su militancia en la que muestran su enfado. «La noticia de ayer sobre los actos de violencia machista atribuidos a Iñigo Errejón nos ha impactado profundamente y nos invita a una reflexión seria sobre el funcionamiento de nuestras organizaciones. Desde Izquierda Unida, como organización política feminista, y como siempre hemos hecho a lo largo de nuestra trayectoria, entendemos que el ejercicio de la política requiere de la máxima coherencia con nuestros principios políticos y éticos, y por tanto consideramos que era absolutamente necesaria la dimisión del exportavoz parlamentario de Sumar», aseguran.

El objetivo de la formación, señalan, «sigue siendo el de seguir construyendo organizaciones y referencias políticas libres de machismo y patriarcado, sin relaciones de subordinación ni víctimas. Reducir estas violencias a un hecho individual, por muy condenable que sea, ignora que este tipo de situaciones son estructurales. Necesitamos repensar nuestras estructuras organizativas para erradicar cualquier rastro de violencia y, además, fortalecer Izquierda Unida como un espacio seguro y acogedor para todas las personas que participamos en ella».

Yolanda Moncloa
Yolanda Díaz.

«Además de la coherencia en la toma de decisiones cuando ha sido necesario, en la pasada Asamblea dimos un paso muy importante: aprobamos un protocolo contra el acoso y reforzamos la comisión de cuidados federal», recuerdan.

ABOGADOS DEL DIABLO

Entre las reacciones al caso Errejón caben destacar la de 3 periodistas acostumbrados a ejercer de abogados del diablo, Juan Manuel de Prada (Abc), Arcadi Espada (El Mundo) y Federico Jiménez Losantos (Es Radio, El Mundo y Libertad Digital).

Dice Losantos que «a Errejón lo han juzgado y condenado ya unas tricoteuses como las que se sentaban, sin perder un punto, a ver caer la cabeza de los guillotinados por Robespierre. Estas periodistas y políticas, carceleras de lo políticamente correcto, dicen que hace años que se conocían los abusos de Errejón. No lo denunciaron entonces. ¿Y ahora hay que hacerles caso y condenar sin juicio para dar ejemplo? ¿Ejemplo, de qué? ¿De lo mentirosas que eran o de lo abyectas que son?».

«¿Eso significa que no haya habido abuso? No. Significa que la Ley a que se acoge, aunque obra del presunto abusador, debe ser derogada de inmediato. Y que cuando los plastilinos del PP asumen el discurso contra la ‘violencia machista’ hacen suya una doctrina que es la muerte del Estado de Derecho», añade en Libertad Digital.