La percepción de los delitos sexuales cuando son cometido por un político cambió en España con el denominado Caso Nevenka. Hoy, la actualidad en ese sentido pasa por Iñigo Errejón. Su dimisión con explicaciones crípticas llegó poco después que la denuncia por abuso presentada contra él por la actriz Elisa Mouliaá.
El asunto ha supuesto una eclosión interna en la izquierda. Sobre todo, en aquella que ha hecho de la causa del feminismo una de sus banderas más reconocibles. El propio Errejón hablaba del efecto que «patriarcado» ejercía en él y en todos los hombres.
Más allá de la deriva que tome el caso del exfundador de Más País, la izquierda en los últimos años se ha enfrentado a una serie de casos que vistos por los más críticos podrían atentar contra algunos principios defendidos por ellos. Independientemente de que sean delito o no.
En el terreno de lo delictivo nos encontramos con casos como el de menores tutelas prostituidas en Baleares bajo el gobierno de Francina Armengol (PSOE). Durante meses se especuló con la posibilidad de que ella estuviera al tanto de estos terribles sucesos.
Más escandaloso fue lo de Mónica Oltra de Compromís durante el tiempo que ejerció como vicepresidenta de la Generalitat valenciana. El pasado septiembre el titular del Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia anunció que sentará finalmente la sentará en el banquillo acusada de encubrir a su ahora exmarido, Luis Ramírez Icardi, condenado en firme a cinco años de cárcel.
El juez dictó el pasado 26 de septiembre un auto en el que rechaza cinco recursos y confirma el procesamiento de la ex vicepresidenta de la Generalitat y ex consejera de Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, y otros ex altos cargos de ese departamento por el presunto encubrimiento de los abusos sexuales a una menor tutelada por parte de su exmarido, educador social en 2017, mientras Oltra estaba casada todavía.
Un auto dictado por el magistrado Vicente Ríos, que ha instruido toda la causa contra Oltra desde hace años, explica que a pesar del sobreseimiento de la causa, se ve obliga a transformar la investigación contra Oltra y otros altos cargos en procedimiento abreviado por decisión de la Audiencia Provincial, pues «una repetición del sobreseimiento ya acordado y revocado, aparece como un imposible procesal pues situaría al instructor en una posición de rebelde obstinación frente al mandato de quien tiene atribuida legalmente la potestad revisoria de sus decisiones».
TITO BERNI Y PABLO IGLESIAS
Más allá del campo de lo delincuencial también hay actitudes que chocan con determinados discursos feministas. Entre ellos el recurso del sexo de pago. En ese sentido el caso del conocido como ‘Tito Berni’.
Con el estallido del Caso Iñigo Errejón muchos han vuelto sus miradas hacia el entorno de Podemos y sus fundadores masculinos. Hace tres años la influencer Fernanda Freire relató en sus redes sociales una situación en la que, siendo alumna de Iglesias, este, siempre según ella, le hizo proposiciones estando en un bar.
Ya en su momento se hizo célebre el chat interno de Podemos en el que aseguraba sobre la entonces presentadora Mariló Montero que «la azotaría hasta que sangrase». En su momento hubo mucha polémica, pero hoy el presente de Iñigo Errejón puede ser la llave que habrá el pasado de muchos antiguos amigos y compañeros.