Yolanda Díaz y su protección a Errejón: el precedente fue un caso de pederastia en Galicia

La denuncia contra Iñigo Errejón por presunto abuso sexual a la actriz Elisa Mouliaá ha supuesto la caída del fundador de Más País. El escándalo ha dejado en una difícil situación a Yolanda Díaz.

No es la primera vez que Díaz se enfrenta a un escándalo de dimensiones más o menos similares. Ya en su etapa en política gallega vivió un episodio especialmente oscuro del que, sorprendentemente, sobrevivió a nivel político.

Esta historia es sin duda el pasaje más oscuro de la vida política de Yolanda Díaz. Tuvo lugar en Galicia y su protagonista es el que fue durante años su mano derecha: Ramiro Santalices. El asunto saltó a los medios en 2016, pero coleaba desde hacía años.

El 13 de abril de ese año la Policía Nacional irrumpió en la sede del Parlamento gallego para buscar archivos (fotos y conversaciones) relacionados con la pornografía infantil en el ordenador del despacho de Ramiro Santaelices. En ese momento era el asesor parlamentario de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), un experimento político que nació de unir fuerzas entre Izquierda Unida y el líder histórico del nacionalismo gallego de izquierdas Xosé Manuel Beiras.

UNA GUERRA DE DENUNCIAS

En esa fecha de 2016 Beiras descubrió que Díaz, a la que luego acusaría de traición por su salto a colaborar con Podemos, conocía el asunto de Santalices antes de la citada intervención policial. Así lo relata Luca Constantini en su libro La seducción del poder.

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Ramiro Santalices.

Como hemos dicho la historia venía de lejos. De los primeros tiempos de Yolanda Díaz en la política local en Ferrol. En esa época empezó su vinculación profesional con Santalices, aunque lo cierto es que se conocían de los años de estudiantes en Santiago de Compostela. Fue su hombre de confianza en los primeros años de Díaz en el mundo político.

En 2009 dos compañeros de Izquierda Unida en Ferrol, José Loureiro y Mercedes Salvatierra, denunciaron ante Yolanda que habían encontrado en un ordenador de la sede local en su historial búsquedas de webs de pornografía infantil.

La hoy lideresa de SUMAR decidió que había que hacer un peritaje al ordenador, pero se negó a que su resultado se hiciera público. Sin embargo, estos compañeros no se quedaron conformes y decidieron acudir a una comisaría para denunciar los hechos. Fue el 3 de febrero de 2009. Un día después, Díaz llevó el ordenador para que la Policía Nacional lo examinara.

En esa misma visita a la comisaría presentó una denuncia por difamación contra los citados Loureiro y Salvatierra. Unas semanas más tarde, el 16 de marzo de 2009, los expulsó del partido alegando que quería «poner el Código Penal por encima del código de honor del partido». 

EL SILENCIO IMPUESTO POR PODEMOS

El juez Alejandro Morán Llordén determinó que el ordenador analizado existía material comprometedor y que la conexión a internet se había producido a través de una terminal de la sede de IU en Ferrol pero que no se podía determinar el autor de los hechos.

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Yolanda Díaz y Pablo Iglesias.

El asunto no quedó año. En 2016 en el marco de una colaboración con una investigación de Estados Unidos, la Policía Nacional llegó hasta el ordenador de Ramiro Santalices en el Parlamento gallego.

El asesor de Yolanda Díaz resultó condenado fue condenado a un año y tres meses de prisión y tres de inhabilitación por la posesión y distribución de pornografía infantil.

Podemos Galicia fue especialmente duro con lo ocurrido con Santalices. Sin embargo, Díaz lo calificó como «asunto personal». Por esas fechas, ya estaba acerando posturas con Pablo Iglesias quien dio la orden a la facción gallega de su partido de no hacer sangre con el tema.

Eran otros tiempos y poco se imaginaba Iglesias que, como Beiras, se iba a sumar a la lista de caídos por Yolanda Díaz. Una nómina en la que acaba de ingresar Iñigo Errejón.