Sabino Fernández-Campo: Así se gestó la caída del protector de Juan Carlos I

Los audios de Juan Carlos I y Bárbara Rey están trasladando a la opinión pública los puntos de vista del monarca sobre acontecimientos y personajes. Unas valoraciones que nunca habían visto la luz. Entre ellos, destaca el nombre de Sabino Fernández Campo, que fuera el hombre de confianza del Emérito durante los primeros lustros de su reinado.

Gran protector de la figura del Rey, Fernández Campo dimitió, o mejor fue dimitido, en enero de 1993 y el asunto generó muchos comentarios en la prensa de la época. El general sólo habló, muy afectado por el asunto, en una entrevista para Carmen Rigalt en El Mundo. Las rumores sobre el motivo de su salida de Zarzuela se extendieron.

Los más cercanos al Rey hablaron de las ‘indiscreciones calculadas’ de Sabino y cómo filtraba información que perjudicaba al monarca supuestamente para darle un toque de atención. En concreto con lo que tenía que ver con Marta Gayá. En las conversaciones entre la vedette y el monarca, éste deje entrever que la pérdida de confianza con respecto a Sabino era una realidad:

«Juan Carlos I (JCI): La primera vez que salió un artículo en El Mundo [22-06-1992] sobre la Guerra del Golfo, diciendo que yo me había embarcado en un barco del Aga Khan en Palma, por la noche, y que me había venido a Madrid a despachar con Felipe González y luego me había ido otra vez…

Bárbara Rey (BR): Eso no lo podía saber nadie más que alguien muy allegado a ti…

JCI: ¡Nadie! ¡Nadie!

BR: Mas que él…

JCI: Desde aquel mismo día le perdí la confianza. Los tres o cuatro que venían conmigo, que son de plena confianza, porque siempre son los mismos, y…

BR: Sabino.

JCI: … y Sabino».

LA PRENSA ROMPE EL TABÚ REAL

Pero, ¿Cuál fue el verdadero motivo por el cuál se eliminó a Sabino del staff de Zarzuela?. En los primeros años noventa, Juan Carlos I vivía su pico de popularidad. Sin embargo, sin que trascendiera la situación ya se había ido de las manos. Negocios y relaciones extramatrimoniales eran vividos por el monarca sin recato ni disimulo. Fernández Campo tuvo en varios medios a aliados para dar toques de atención al monarca.

Fue un momento, en el que, además, algunos medios empezaron a romper la omertá en torno a la corona. Julián Lago señaló en Tribuna los amigos del Rey que se enriquecían sospechosamente y Juan Luis Galiacho en Época destapó el romance con Marta Gayá. Esto no gustó en Zarzuela, pero Sabino no tuvo nada que ver en tales filtraciones. De hecho, intentó parar algunas publicaciones.

Sin embargo, el viaje del Rey Juan Carlos I a Suiza junto a su amante que impidió firmar el cese del ministro de Justicia de entonces, Francisco Fernández Ordóñez, que se encontraba en fase terminal. El propio Gobierno de Felipe González informó de que el monarca no se encontraba en España y los medios hablaron de su estancia en el país helvético con Marta.

EL PAPEL DE MARIO CONDE

A don Juan Carlos la campaña contra su actitud no le gustó y culpó a Sabino. En el entorno de la corona se movía en esos años Mario Conde. Eran los tiempos previos a la caída en desgracia del banquero por el caso Banesto. La figura de Conde no le gustaba especialmente a Sabino y así se lo hizo saber al Rey.

Con todo, el banquero de Tuy tenía mucha ascendencia sobre Juan Carlos I. Era íntimo amigo de su padre, Don Juan y colocó a su hermana la Infanta Pilar en el Consejo de Administración de Banesto. Finalmente, don Juan Carlos decidió que Sabino le molestaba. Por estos motivo y porque durante mucho tiempo fue el apoyó de doña Sofía y el Rey llegó a pensar que la predisponía en contra de él.

A finales de 1992, en una cena en un restaurante madrileño, entre los reyes y Sabino, don Juan Carlos soltó la noticia. «Sofía, ¿Sabes que Sabino nos deja?». Al mismo tiempo que la consorte se estaba enterando el propio Sabino.

El Rey le otorgó el titulo de Conde de Latores, en honor a la localidad asturiana de la que era originario y pasó a ocupar el puesto de Jefe de la Casa el diplomático granadino Fernando Almansa. Un hombre cercano a la figura de Mario Conde. Sin embargo, tras la caída de Conde en desgracia, Almansa siguió casi una década en Zarzuela. El Rey rompió su amistad con el banquero. En esta guerra cayeron tanto Sabino como el banquero. Solo sobrevivió, como siempre, el monarca.