Se nos había advertido que volveríamos a sufrir rebrotes de covid-19 en lo que queda de 2020 pero no pensábamos que iba a ocurrir tan pronto. A las pocas semanas de que finalizase el estado de alarma, ya comenzaban a multiplicarse nuevos casos de contagios en algunos puntos del país. El buen tiempo y la necesidad de socializar después de varios meses de confinamiento, están siendo la mecha de una nueva propagación del virus. Los datos estadísticos son ahora muy diferentes a los de marzo, ya que la franja de edad en la que se están produciendo la mayoría de los contagios, se sitúa por debajo de los 40 años. Esto hace pensar que un gran porcentaje de infecciones se están produciendo en reuniones de ocio y botellones nocturnos.
1AGLOMERACIONES, SIN MASCARILLA Y COMPARTIENDO BOTELLA
El problema del botellón se ha reforzado en parte por el nuevo cierre de algunos locales de ocio nocturno, ya que, sucesivamente, se han ido detectando algunos focos aparecidos en discotecas y salas de fiestas donde no se estaban cumpliendo las normas de seguridad. Así, la práctica de consumir alcohol en lugares públicos se ha extendido en todas las localidades españolas, y a pesar de las repetidas peticiones de responsabilidad, el uso de mascarillas y la distancia de seguridad, no son el patrón de conducta habitual en este tipo de reuniones. De hecho, lo más común es que los jóvenes compartan botellas, cigarrillos y alimentos, además de besos y abrazos, por lo que están pasando a ser los principales focos de contagio de la covid-19. A día de hoy son varias las Comunidades Autónomas y Provincias que se han visto obligadas a prohibir expresamente la realización de botellones en espacios públicos o privados. Estas son las regiones donde las multas pueden llegar hasta 15.000 euros.