El menú escolar es un tema de creciente preocupación entre padres y educadores. En el contexto actual, donde la alimentación adecuada es fundamental para el desarrollo y bienestar de los niños, es importante reflexionar sobre la calidad de los alimentos que se ofrecen en los comedores escolares. Según un estudio realizado el año pasado con el apoyo del Ministerio de Consumo, se revisaron 622 menús escolares diferentes en España, arrojando resultados alarmantes sobre la calidad y variedad de la alimentación para los más pequeños.
Los datos obtenidos sugieren que los menús en general distan mucho de cumplir con las recomendaciones nutricionales para la infancia. El precio del comedor escolar, un aspecto significativo en la planificación del año académico, no necesariamente se traduce en calidad alimentaria. Curiosamente, los menús más completos no eran los más caros; lo que realmente influía en su calidad era el método de preparación.
LA OCU REVELA CÓMO MEJORAR LA CALIDAD ALIMENTARIA DEL MENÚ ESCOLAR
Para que el menú escolar sea realmente beneficioso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) propone cuatro claves esenciales que pueden ser implementadas de inmediato. La primera clave es asegurar una dieta variada y equilibrada. La expresión «todo en su justa medida» aplica aquí: mientras que los escolares suelen recibir una cantidad excesiva de pasta y arroz, las legumbres son escasas, a pesar de su importancia en la dieta.
Hay que recordar que promover una alimentación variada desde la infancia puede sentar las bases para hábitos saludables en la vida adulta. La segunda clave incluye la reducción de precocinados y frituras. Durante el estudio, se observó que los menús a menudo eran altos en comidas procesadas y preparados poco saludables.
ANÁLISIS DEL MENÚ ESCOLAR ACTUAL
Además de las recomendaciones generales, es importante analizar cómo se está implementando la alimentación en la práctica. La OCU ha señalado que, en cuanto a verduras, la oferta es escasa en el menú escolar y a menudo se limita a purés, lo que repercute negativamente en el consumo de vitaminas y fibra.
Por último, el desayuno se presenta como una comida clave que no debe ser ignorada. Un desayuno equilibrado debería incluir lácteos, frutas y derivados de cereales. Esta comida puede contribuir significativamente al aporte calórico diario de los niños y prevenir el ayuno prolongado que puede afectar su rendimiento escolar. Asimismo, es recomendable incluir un tentempié a media mañana que complemente su ingesta nutricional.
Los menús escolares son una parte fundamental de la alimentación infantil y, a menudo, no cumplen con los estándares que los niños merecen. La OCU ha ofrecido pautas claras que permiten a los padres y escuelas actuar en pro de una alimentación más saludable. Incorporar una dieta variada y equilibrada, reducir la oferta de alimentos procesados, diversificar las verduras y asegurarse de que los niños reciban un desayuno adecuado.