El calabacín gratinado es una de esas recetas con la magia de convertir ingredientes simples en un plato delicioso y sorprendente. Suave, cremoso, y con ese toque dorado irresistible que solo un buen gratinado puede ofrecer, este calabacín gratinado es la elección perfecta para acompañar cualquier comida o incluso como protagonista de un almuerzo ligero. La clave de su éxito reside tanto en la elección de los ingredientes como en el amor puesto al preparar cada capa que, al salir del horno, se convierte en un manjar que se funde en tu boca.
1Ingredientes necesarios para hacer un irresistible calabacín gratinado
Para este calabacín gratinado necesitas calabacines frescos, preferiblemente firmes y de tamaño mediano para garantizar un sabor suave y una textura que no se deshaga demasiado durante la cocción. También se requiere una buena cantidad de queso rallado, que puede ser una mezcla de parmesano y mozzarella, ya que así se consigue el equilibrio perfecto entre un sabor intenso y una cremosidad que se estira en cada bocado.
No puede faltar la nata líquida para aportar ese toque suave y aterciopelado, junto con cebolla, ajo, sal y pimienta, que ayudarán a resaltar los sabores del calabacín gratinado. Por último, una pizca de nuez moscada y un chorrito de aceite de oliva completan esta combinación que hará que el gratinado tenga un sabor especial.