Siempre fue un firme defensor de las siglas de su partido. Y de hecho, considera que el haberse presentado a las elecciones como candidato de Izquierda Unida ha sido una de las claves de su éxito. Francisco Guarido, entonces un conserje de instituto de 60 años, ya había arrebatado en 2015 la alcaldía de Zamora al Partido Popular. Ahora, no solo ha revalidado su mandato, sino que lo ha hecho con mayoría absoluta.
Los números obtenidos por Guarido en las elecciones del 26-M son aplastantes: el 48% de los votos y 14 de 25 concejales. El candidato ha logrado en estos comicios 19 puntos más de voto y otros seis ediles. Se trata de la única alcaldía de IU en el país. Y el logro es mayor cuando se tiene en cuenta que hasta hace pocos años la derecha arrasaba en esta ciudad castellanoleonesa. Ya que en las elecciones municipales de 2011, el Partido Popular de Rosa Valdeón obtuvo el 50% de los votos. IU tan solo el 6%.
La edad media de los zamoranos supera los 50 años, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (publicados en 2018). Muchos de los votantes que tradicionalmente votaban a formaciones conservadoras han apoyado la candidatura de Guarido. Es el caso de María Luisa Benítez de Lugo, de 85 años, quien explica por qué ha revalidado a Guarido como alcalde. “Ha hecho muchas cosas por las zonas más deprimidas de la ciudad”, comenta. Para María Luisa, la primera vez que votó a IU, en 2015, fue un acto de fe. “Proponía muchas cosas, y como las ha cumplido, les he vuelto a votar”, destaca.
Guarido estuvo 16 años como concejal en la oposición. Y en 2015 logró, junto a su mujer, Laura Rivera (teniente alcalde del Ayuntamiento de Zamora), y con el apoyo del PSOE, poner fin a dos décadas de gobierno popular. Sus logros son incontestables. Cuando cogió el bastón de mando, Zamora tenía una deuda que ascendía a 27,1 millones de euros. Tan solo tres años después, Guarido cerró el año con un superávit de seis millones. Al llegar a la alcaldía, el candidato de IU se bajó el sueldo a la mitad (de 3.400 euros mensuales a 1.700; de los cuales dona 300 a su partido).
Pero Guarido no ha asaltado los titulares de los grandes medios solo por su gestión. Hace un año, su respuesta a una mujer que le criticó por acudir a un acto oficial sin corbata se volvió viral. “¡Qué vergüenza ajena sentí al verle poner las medallas a esos policías!”, aseguraba la vecina en una carta publicada en el diario La Opinión de Zamora. A lo que Guarido respondió que “no se es más alcalde por llevar corbata, ni menos cura por no llevar sotana” y que “el hábito no hace al monje, ni la chaqueta al político”; para concluir con un: “creo que mucha gente se avergüenza de usted hoy por su escrito”.
LAS CONFLUENCIAS Y EL ALCALDE
El alcalde zamorano también ha vivido momentos de tensión dentro del partido. Ante las presiones que le invitaban a presentarse a las elecciones del 26-M en confluencia con Podemos, Guarido respondió que no lo haría. “Yo personalmente no iré en una lista de confluencia con partidos del estilo de Podemos, con todos mis respetos para ellos”, afirmó en julio de 2018 en una tertulia organizada por la cadena COPE y el diario ABC. Además, concluyó que en caso de hacerse, se iría a su “casa”.
Esto no es nuevo, el candidato de IU siempre se ha mostrado crítico con la confluencia entre su partido y Podemos. Y ha opinado sobre temas tan mediáticos como el chalet de Pablo Iglesias y la consulta de Podemos a su militancia sobre ese asunto. “En política se puede hacer de todo menos el ridículo”, afirmó Guarido parafraseando al expresidente de la Generalitat Josep Tarradellas al ser preguntado por la consulta de la formación morada.