Crean un biosensor que detecta si un alimento fresco es apto para el consumo

Un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante ha desarrollado una tecnología innovadora que mejora el envasado de alimentos aprovechando los desechos de la industria agroalimentaria. Este nuevo material, transparente y biodegradable, actúa como un sensor colorimétrico que puede informar al consumidor sobre el estado del alimento envasado.

La clave de este avance radica en el uso de residuos de naranja sanguina y remolacha, ricos en compuestos con propiedades antioxidantes y sensibles a los cambios de pH. Estos extractos, obtenidos mediante técnicas de extracción sostenibles, se integran en una película que se comporta como un indicador visual de la frescura del producto.

Sensor Inteligente y Biodegradable para Envasado de Alimentos

La película transparente desarrollada por el Grupo de Análisis de Polímeros y Nanomateriales (Nanobiopol) de la Universidad de Alicante tiene la capacidad de actuar como sensor y ofrecer al consumidor una información adicional sobre el estado del alimento envasado. Este material inteligente y biodegradable ha sido diseñado para responder a los cambios químicos que se producen durante la descomposición de los productos ricos en proteínas, como el pollo, el pescado o el marisco.

Cuando estos alimentos comienzan a deteriorarse, se forman compuestos volátiles nitrogenados que se reflejan en un cambio de color del sensor. Los colores rojos o rosados iniciales indican que el alimento se encuentra en perfectas condiciones, mientras que los tonos amarillos o verdosos señalan que el producto está en proceso de deterioro.

Gracias a esta innovadora tecnología, tanto las distribuidoras como los establecimientos que trabajan con productos frescos envasados o vendidos al peso pueden ofrecer al consumidor una garantía de seguridad alimentaria que complementa la información de las fechas de consumo preferente, contribuyendo además a disminuir el desperdicio alimentario.

Extracción Sostenible de Compuestos Clave

Los investigadores de la Universidad de Alicante han seleccionado la naranja sanguina y la remolacha por sus características químicas y su potencial para este desarrollo. Han obtenido extractos ricos en polifenoles, antocianinas y betalaínas utilizando técnicas de extracción rápidas, sostenibles y eficientes basadas en microondas, a partir de la cáscara y la pulpa de la naranja, y del tallo y la piel de la remolacha.

Las antocianinas presentes en la naranja sanguina son sustancias antioxidantes sensibles a los cambios de pH, lo que permite monitorizar la degradación de los alimentos ricos en proteínas. Por su parte, las betalaínas de la remolacha también poseen un gran poder antioxidante y responden tanto a los cambios de pH como a los cambios de temperatura.

Esta última característica es especialmente relevante, ya que si se rompe la cadena de frío durante el transporte de un alimento, el sensor detectaría el cambio de temperatura brusco que puede alterar la calidad y seguridad del producto fresco.

El desarrollo de este sensor inteligente se enmarca en el proyecto ‘Nuevos materiales multicapa para sistemas de envasado inteligente de alimentos con biosensores sensibles a pH (Multisens)’, coordinado por las universidades de Alicante y Politècnica de València, y financiado por la Agencia Estatal de Investigación y el Ministerio de Ciencia e Innovación.

El Grupo de Análisis de Polímeros y Nanomateriales de la Universidad de Alicante se dedica al estudio de nuevos biomateriales procedentes de fuentes naturales y con características biodegradables, centrando sus esfuerzos en el desarrollo de nuevas formulaciones de sistemas activos para el envasado de alimentos y contribuyendo a la reducción de diferentes tipos de residuos generados, en línea con los principios de la economía circular.