La campaña Safe2Eat de la EFSA señala el riesgo que supone el desperdicio de alimentos para la seguridad alimentaria en Europa

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) han advertido del «riesgo que supone el desperdicio de alimentos para la seguridad alimentaria europea» a través de la campaña Safe2Eat, que se desarrolla por cuarto año consecutivo en 18 países de la Unión Europea (UE).

Según datos de Eurostat, cada año en la UE se desperdician más de 58 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale a 131 kilos por habitante y un valor de mercado aproximado de 132.000 millones de euros. España se encuentra entre los países donde menos alimentos se desaprovechan, con 90 kilos por habitante y un coste económico de casi 14.000 millones de euros.

EL HOGAR, PRINCIPAL RESPONSABLE DEL DESPERDICIO ALIMENTARIO

La EFSA indica que el hogar es el ámbito donde se produce el mayor desperdicio alimentario, con un 33,67% del total. Esta cifra se encuentra por debajo de la media europea, que registra un 53,6% de pérdida de producto. Sin embargo, la agencia advierte que, en la UE, más de 37 millones de personas no pueden permitirse una comida de calidad cada dos días.

Además, el desperdicio de alimentos también tiene un impacto negativo para el medio ambiente, ya que está relacionado con el consumo de recursos. En este contexto, la campaña Safe2Eat tiene como objetivo mejorar el conocimiento de los europeos en seguridad alimentaria y fundamentar su toma de decisiones a la hora de hacer la compra.

MEJORAR EL CONOCIMIENTO SOBRE SEGURIDAD ALIMENTARIA

La campaña aborda diversos temas, desde el etiquetado, hasta la correcta manipulación de alimentos para evitar la transmisión de enfermedades e intoxicaciones, pasando por la presencia de alérgenos o la introducción de nuevos alimentos. Asimismo, promueve una dieta equilibrada y aboga por la necesidad de demostrar científicamente las declaraciones de propiedades saludables de los productos alimenticios y la seguridad de los aditivos y los complementos alimenticios.

En definitiva, la reducción del desperdicio de alimentos es clave para garantizar la seguridad alimentaria europea, ya que no solo tiene un impacto económico, sino también medioambiental. Por ello, iniciativas como la campaña Safe2Eat son fundamentales para educar a los consumidores y fomentar prácticas más sostenibles en torno a la alimentación.