Fiscalía pide 29 años para el acusado de asesinar a su pareja y ocultar el cuerpo en el Guadalquivir

En el mundo del amor, lamentablemente, a veces la pasión puede nublar la razón y llevar a actos terribles. Este es el caso del trágico suceso ocurrido en Sevilla, donde un hombre de nacionalidad boliviana, Alfredo G.C., es acusado de asesinar a su pareja sentimental.

Según los reportes, el crimen ocurrió en el año 2022, cuando el acusado, tras una discusión marcada por los celos, terminó asfixiando a su pareja en el dormitorio de su domicilio. Posteriormente, el hombre intentó ocultar el cuerpo de la víctima arrojándolo entre unos juncos en el río Guadalquivir.

Alegatos y Defensas

Durante el juicio con jurado popular, la Fiscalía ha solicitado una condena de 25 años de prisión por asesinato con las agravantes de parentesco y de género, así como penas adicionales por delitos de estafa y lesiones. Por su parte, la defensa del acusado ha argumentado que su cliente actuó bajo un «arrebato pasional» e «intoxicación etílica», solicitando su absolución o una pena mínima por homicidio con atenuantes.

Alfredo G.C., el acusado, ha reconocido los hechos, pero ha manifestado que no tenía la intención de matar a su pareja, alegando que los celos y la ingesta excesiva de alcohol nublaron su juicio. Según su relato, en un ataque de rabia y «nerviosismo» tras descubrir que su pareja se veía con otro hombre, regresó al domicilio y en un arranque de violencia la asfixió hasta causarle la muerte.

Juego de Culpas y Arrepentimientos

La Fiscalía, por su parte, ha rechazado las alegaciones de la defensa, argumentando que el acusado actuó con alevosía y a traición, negando que la ingesta de alcohol fuera la causa del crimen, pues este ya tenía un «hábito de beber todos los días».

Ante el jurado, Alfredo G.C. ha manifestado su arrepentimiento y ha pedido perdón a la familia de la víctima, alegando que «nunca» quiso matarla y que la «quería mucho». Sin embargo, según la acusación, el hombre se apropió indebidamente de 8.140 euros de la cuenta bancaria de su pareja tras cometer el crimen.

Este caso pone de manifiesto la tragedia que puede derivar de los celos y la falta de control de las emociones en una relación. Lamentablemente, en demasiadas ocasiones, la rabia y la pasión desenfrenadas nublan la razón y conducen a actos irreversibles que dejan dolor y sufrimiento a su paso.