Viajar es uno de los placeres de la vida y los apasionados de esta actividad son capaces de conocer los destinos más insólitos. Viajar al país más antiguo del mundo puede ser una de las alternativas para los aventureros que gustan de explorar lo más inhóspito del planeta.
Para estas personas descubrir rincones escondidos es una aventura y San Marino puede cumplir con todas sus fantasías. Este territorio es reconocido como el tercer país del mundo más antiguo, además de ser el más pequeño junto a Vaticano y Mónaco.
Viajar a San Marino, el sitio más viejo del mundo
San Marino se encuentra en el centro de Italia, entre las regiones de Emilia-Romaña y Las Marcas. Para poder llegar a él se puede viajar en coche desde la ciudad costera italiana de Rímini, frente al mar Adriático. También está cerca de Bolonia y se puede acceder a este paraíso con un viaje de dos horas en coche. El territorio es también solo un punto en el mapa con 61,2 kilómetros cuadrados y es, además, uno de los menos visitados de Europa.
San Marino lleva ese nombre en honor a una persona que escapó de una persecución religiosa del Imperio Romano y construyó una iglesia en el Monte Titano. Es en torno a ella que se formó la ciudad en 301 bajo el nombre de República de San Marino y, a pesar de haber sido protagonista de diferentes momentos de la historia, mantuvo su autonomía hasta el día de hoy.
Viajar al destino más inhóspito: todos los detalles de San Marino
Además de ser una de las naciones más pequeñas y las más antiguas, San Marino también ostenta otro título. Este país es considerado el más pacífico del mundo debido a su increíble historia en la que no se mantuvo neutral en diversos conflictos bélicos y por su actual gestión política, alejada de cualquier situación polémica. Previo a esto, algunos se disputaron este territorio aunque fue Napoleón quien reconoció la independencia del país.
San Marino fue el lugar de refugio en siglo XIX de los combatientes que luchaban por unificación italiana, como Giuseppe Garibaldi. Mientras que en la Segunda Guerra Mundial esta república se mantuvo neutral, pero fue ocupado brevemente por el Ejército alemán durante su retirada. Entre sus bellezas naturales, San Marino está situado en pleno Monte Titano en el que se encuentran tres torres medievales que, junto al centro histórico de la ciudad, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008.