Haz queso fresco en casa con solo 3 ingredientes siguiendo el consejo de un nutricionista

El queso fresco es uno de los alimentos más valorados por su suavidad y versatilidad en la cocina. A diferencia de otros tipos de quesos, este destaca por su bajo contenido en lactosa, lo que lo convierte en una opción ideal para aquellos con dificultades para digerir productos lácteos. Además, su elaboración casera ha ganado popularidad en los últimos años, gracias a recetas simples y accesibles que permiten disfrutar de un queso saludable y sin aditivos.

Pablo Ojeda, nutricionista reconocido por sus consejos prácticos y saludables, ha resaltado en diversas ocasiones los beneficios de incluir queso fresco en la dieta diaria. Durante una reciente aparición en el programa Más vale tarde de La Sexta, Ojeda no solo habló sobre las virtudes nutricionales de este alimento, sino que también compartió una receta sencilla para hacerlo en casa. A continuación, desvelamos los pasos para preparar este delicioso queso con solo tres ingredientes.

Beneficios del queso fresco para la salud

Beneficios del queso fresco para la salud

El queso fresco no solo destaca por su sabor suave, sino también por sus propiedades nutricionales. Aporta una cantidad considerable de proteínas, fundamentales para el mantenimiento y regeneración de los tejidos del cuerpo. También es una excelente fuente de calcio, esencial para mantener los huesos y dientes fuertes. Según Ojeda, una de las mayores ventajas de este tipo de queso es su bajo contenido en lactosa, lo que lo hace más digestivo que otros quesos curados o madurados.

Otra ventaja del queso fresco es su versatilidad en la cocina. Este lácteo combina perfectamente tanto con sabores salados como con opciones dulces, lo que lo convierte en un ingrediente estrella para desayunos, almuerzos o meriendas. Desde tostadas con sobrasada hasta ensaladas frescas con frutas, el queso fresco puede formar parte de platos variados y equilibrados.

Elaboración casera: pasos sencillos y rápidos

Elaboración casera: pasos sencillos y rápidos

El proceso es simple y no requiere más que leche entera, sal y vinagre o limón. Para empezar, se calienta un litro de leche en una olla a fuego alto. Una vez que la leche esté caliente, se añade una pequeña cantidad de sal, aproximadamente cuatro gramos, y luego ocho cucharadas soperas de vinagre o el zumo de un limón.

Cuando la mezcla comience a hervir, el queso fresco empezará a separarse del suero. Es en este momento cuando se retira del fuego y se cuela la mezcla con ayuda de un paño limpio para eliminar el exceso de suero. Tras dejarlo enfriar y reposar en la nevera durante unas horas, el queso está listo para disfrutarse.

Este método no solo es económico, sino que también garantiza que el queso fresco esté libre de conservantes y otros aditivos. Al hacerlo en casa, se puede controlar la cantidad de sal y adaptar la receta a preferencias personales. Además, al incluir solo tres ingredientes básicos, esta receta es ideal para quienes desean una opción más natural y libre de aditivos.