domingo, 24 noviembre 2024

Diez años de ‘reinado’ de Ana Botín en el Santander: del enfrentamiento paterno a su acercamiento a Sánchez

En la madrugada del 9 al 10 de septiembre de 2014 fallecía Emilio Botín III y la presidencia del Banco Santander pasaba a manos de su hija mayor, Ana Botín. La primera mujer en un siglo de la dinastía bancaria más importante del país en obtener tanto poder. Una influencia que lleva a que muchos la llamen ‘la princesa de la banca’. Una década después, la cántabra ha superado los obstáculos que amenazaban a la entidad financiera y ha seguido con lo que siempre ha sido una máxima en la saga santanderina, que la ascendencia familiar sobre el banco no se difumine.

La trayectoria de Ana Patricia Botín O´Shea parecería escrita y diseñada desde la cuna, al pertenecer a la cuarta generación de la saga. Sin embargo, su carrera hasta la presidencia del Santander ha tenido varias curvas. Emilio Botín no parecía tener tan claro que su hija mayor fuera a ser su sucesora.

Emilio, cuando sustituyó a su padre don Emilio el viejo (como era conocido en la banca) en 1986, se unió a su hermano Jaime, que se puso al frente de Bankinter, recientemente fallecido, pensaba en que el futuro relevo quedaba lejano. En ese momento los seis hijos Botín O`Shea empezaban a definir cuál era su futuro.

AnaPé, como siempre le han llamado en la familia, que vino al mundo en Santander el 4 de octubre de 1960, soñaba en su adolescencia en ser periodista, tal vez por la influencia de su tía materna, Covadonga O´Shea. Sin embargo, su abuela le quitó la idea de la cabeza: «Desengáñate, AnaPé. Los periodistas se mueren de hambre”.

Educada en Reino Unido en su adolescencia, estudió la carrera de económicas en Estados Unidos y en este país comenzó su trayectoria en la histórica banca JP Morgan. Tras siete años adquiriendo experiencia allí volvió a España en 1989 para incorporarse al banco familiar.

EL PEOR MOMENTO FAMILIAR

Durante diez años fue ocupando distintos cargos, conociendo el banco por dentro, pero en 1999 un enfado de su padre la apartó del Santander. Un duro enfrentamiento familiar que nunca ha sido explicado del todo.

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Emilio Botín Saénz de Sauntola.

Emilio Botín echó del banco a su hija tras conceder una entrevista a El País Semanal. En ese momento el banquero estaba en la picota pública por la fusión del Santander con el Banco Central Hispano. Una operación financiera y política que no gustaba a muchos. El reportaje de la revista del grupo PRISA era una especie de loa a las cualidades de la joven banquera. También se especulaba con la posibilidad de que Ana Patricia fuera la presidenta de la entidad resultante de la fusión. Esto molestó mucho a Ángel Corcóstegui, entonces Consejero Delegado del Central Hispano. 48 horas después de la publicación, Botín sacrificó a su hija en aras de la fusión.

«Una vez mi padre me pidió que dejara el Santander. Que me fuera. Ese mismo día decidí que volvería, y eso fue una motivación enorme para demostrar que podía conseguir cualquier cosa»

Aunque las aguas volverían a su cauce, la ruptura familiar se evidenció y dejó una herida profunda en la banquera. Años más tarde, ya al frente de la entidad, recordaría ese momento crucial en una entrevista en Reino Unido. «Una vez mi padre me pidió que dejara el Santander. Que me fuera. Ese mismo día decidí que volvería, y eso fue una motivación enorme para demostrar que podía conseguir cualquier cosa», aseguraba.

Y así fue, tras tres años fuera, Ana Botín regresó a casa en 2002 para ponerse al frente de Banesto, que tres años antes había sido adquirido por el Santander tras la polémica intervención del Banco de España a la entidad en los años de Mario Conde.

En 2010 pasaba a ser la responsable del banco en Reino Unido. Durante sus años en Londres consiguió que fuera el segundo banco más importante del país y ser consideraba la mujer más poderosa del país sólo superada por la Reina Isabel II. Cuatro años más tarde, el mismo día que fallecía su padre, era nombra presidenta del Santander.

LOS RETOS Y LOS ÉXITOS

Su llegada prometía ser una respuesta a retos tecnológicos y a un cambio de filosofía en el banco. Una década después Ana Patricia Botín ha superado con éxito gran parte de sus retos.

Así, en 2023 obtuvo un beneficio de 11.076 millones de euros, lo cual supone un 15% más que en 2022. Y en el primer semestre del año las ganancias han alcanzado 6.059 millones. Esta cifra supone un 16% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. 

El nuevo horizonte digital no se le escapa tampoco a Ana Botín. Una de sus apuestas más personales es Openbanck, el banco digital del Santander. Cerró el ejercicio de 2023 con 2’5 millones de clientes.

TODOS LOS HOMBRES DE LA PRESIDENTA

Aunque desde su llegada el 4% de los cargos importantes están ocupados por mujeres, son varios hombres los que Ana Patricia ha convertido en sus personas de confianza para sus decisiones.

Juan Carlos Barrabés, el empresario vinculado a Begoña Gómez
Juan Carlos Barrabés, el empresario vinculado a Begoña Gómez

Eso sí, el cargo de CEO se ha convertido en un sillón caliente. En una década han pasado hasta cuatro profesionales por el puesto. Actualmente, Ana Patricia ha escogido a Ignacio Juliá para el puesto.

Anteriormente estuvieron en el puesto Rami Aboukhair, Antonio Simões y Ángel Rivera. Este último fue un protegido del actual CEO global del banco, Héctor Grisi.

Claro que, de sus nombramientos recientes, el más llamativo es el de Carlos Barrabés como Consejero. El empresario es el creador del Máster en Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid dirigido por Begoña Gómez.

Algunos ven en el nombramiento de Barrabés un acercamiento de Ana Botín al Ejecutivo de Sánchez después de años en los que las relaciones entre el Gobierno y el Santander no han sido positivas. Una guerra sorda que se ha cobrado víctimas como Javier Monzón, que salió de la presidencia de Telefónica en 2018, cuando, recién llegado Sánchez a Moncloa el ambiente de la teleco dominada por PRISA y el Santander se enrareció. Monzón era íntimo amigo de Ana Patricia Botín.

Para algunos Monzón era el más cercano a la presidenta sólo por detrás de su marido, el ingeniero agrónomo Guillermo Morenés. Un hombre discreto y que nunca ha querido tener protagonismo propio. Están casados desde 1983 y tienen tres hijos (Felipe, Javier y Pablo). Al contrario que otros miembros de la familia Botín, la presidenta del Santander y su marido rara vez han obtenido el protagonismo en la prensa del corazón. Tal vez escaldada de los rumores que rodearon a su padre poco antes de que su muerte, precipitara su ascenso al trono de la banca.