El terror no escapa a los pequeños pueblos de Galicia y en la región se encuentran las leyendas más misteriosas. Cuentos de terror e historias de verdaderas brujas se esconden en Combarro, uno de los pueblos más bonitos de la región que sus relatos embellecen.
Esta localidad se sitúa en la costa gallega y es una de los destinos perfectos para una escapada en otoño a una hora de la ciudad. En este pueblo las historias de terror son parte de su encanto pero también sus calles pequeñas y su increíble paisaje.
Combarro, el pueblo de terror que encanta a todos
La belleza de Combarro es innegable y sus atractivos se encuentran en las calles y las misteriosas cruces que lo rodean. De acuerdo a las distintas leyendas de esta villa, estos «cruceiros» están dispuestos en diferentes posiciones, rodeando al pueblo y protegiéndolo de las malas energías que las meigas (brujas) solían traer. Uno de los puntos neurálgicos de este poblado es la Plaza da Fonte, una de los sitios más significativos, donde se encuentra uno de los cruceiros más antiguos del pueblo que data del año 1721.
La protección de estos monumentos no es el único punto atractivo de este pueblo de terror. También lo son sus hórreos, edificios similares a los graneros que fueron erigidos con la intención de mantener los alimentos de los animales y las condiciones climáticas. Estos espectaculares edificios, que fueron construidos entre el siglo XVII y XIX, recorren la costa de Combarro dando a la villa un paisaje particular.
Más allá del terror: los atractivos de la villa más misteriosa de Galicia
Pero Combarro es mucho más que cuentos y leyendas sobre brujas. Este pueblo mantiene su esencia pesquera que se transmite en sus casas con amplios balcones y calles estrechas, ideales para un paseo vespertino. En ellas, se encuentran varios locales y restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía local con los más exquisitos platillos.
La comida merece una mención especial en este sitio y los lugares para disfrutarlos se encuentran en los antiguos hórreos. En estos espacios se ofrecen platos elaborados con mariscos y pescados frescos, las delicias tradicionales de esta villa. Para quienes elijan disfrutar de un paseo después del almuerzo, la Rúa do Mar es uno de los senderos ideales. Se trata de la calle paralela a la ría, donde están situados la mayor parte de los hórreos y donde se puede descubrir más de la mágica historia de este sitio espectacular.
