El Papa Francisco ha regresado recientemente de su gira internacional por Asia y Oceanía, el viaje más largo de su Pontificado, y este lunes 16 de septiembre celebrará diez audiencias consecutivas en el Vaticano. Según la agenda difundida por la oficina de prensa del Vaticano, el Santo Padre se reunirá con diversos dignatarios eclesiásticos y diplomáticos, entre ellos, el Prefecto del Dicasterio para los Obispos, el Nuncio Apostólico en Ucrania, el Nuncio Apostólico en Colombia, el Consejero de Nunciatura en Hong Kong, el nuevo Embajador de Israel ante la Santa Sede, y varios obispos y arzobispos de Perú, Cuba y otros países.
A pesar de la extensa jornada que le aguarda, el Papa Francisco ha regresado de su gira de 12 días por Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur «feliz«, en palabras del director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni. El Pontífice, que cumplirá 88 años en diciembre y arrastra problemas de movilidad que le obligan a desplazarse en silla de ruedas, no ha dado muestras de cansancio y, según Bruni, «si se le pregunta cómo está, no responde estoy cansado sino estoy feliz por los encuentros y por la alegría de la gente.
La inquebrantable determinación del Papa
Esta actitud positiva y determinada del Papa Francisco se evidenció incluso el mismo sábado, cuando no descansó ni 24 horas después de aterrizar en Roma procedente de Singapur tras 12 horas de vuelo y con una diferencia horaria de seis horas. Antes de llegar a su residencia en Casa Santa Marta, el Pontífice pasó por la basílica de Santa María la Mayor para dar las gracias a la patrona de Roma, la Salus Populi Romani. Al día siguiente, el sábado, mantuvo un encuentro en la basílica de San Pedro con los miembros de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos que celebraban el quinto centenario de su fundación.
Una perspectiva cristiana de la vida
Esta actitud positiva del Papa Francisco ante la fatiga y el cansancio refleja una perspectiva muy cristiana de la vida, como explicó Matteo Bruni. Según el portavoz vaticano, el Pontífice «hace sentir, quizá, menos el cansancio» debido a su enfoque espiritual, que le permite disfrutar de los encuentros y de la alegría de la gente, incluso después de extensos viajes internacionales.