La joven que denunció por agresión sexual al futbolista del Valencia CF Rafa Mir declaró el pasado 2 de septiembre ante la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil que el jugador profesional valencianista que «me tocó todo el cuerpo en contra de mi voluntad». MONCLOA ha accedido a las declaraciones de las dos mujeres denunciantes y a los atestados policiales realizados.
Todos los implicados se ponen de acuerdo en una sola cosa y es que tres hombres y dos mujeres acudieron de manera voluntaria a la residencia de Rafa Mir en una urbanización de Bétera (Valencia) durante la madrugada del sábado 31 de agosto al 1 de septiembre de 2024. Luego las versiones sobre lo ocurrido difieren.
La joven de 21 años que denunció a Mir explicó en su declaración que dentro de la discoteca MYA donde acudieron la noche de los hechos «Rafa se acercó a ella y empezó a hablar con ella y a bailar, llegando ambos a besarse en la discoteca, estando presentes de estos hechos las amigas que se encontraban en el mismo reservado VIP». La denunciante explica que en esos momentos «todo el acercamiento que tuvo con Rafa en la discoteca fue consentido».
Sin embargo, a las 7 de la mañana, cuando cerró la discoteca, ella junto a una amiga que sí tuvo relaciones consentidas con el futbolista Rafa Mir, pero que denunció a P.J. por agresión física y sexual, uno de los amigos de Rafa Mir, se fueron en el mismo taxi junto al futbolista a su casa. La denunciante cuenta que «en ese momento es cuando Rafa comienza a «tontear» con C. (amiga), cogiéndola de la mano por detrás», aquello molestó a la joven y aprovechando un semáforo se puso delante, en el asiento del copiloto.
A las 7.30 los cinco, tres hombres y dos mujeres, entraron en el chalet del futbolista dirigiéndose a la zona de la piscina, donde se quedaron ella y los otros dos hombres, ya que su amiga y el futbolista «suben a la planta de arriba de la vivienda, a una de las habitaciones a mantener relaciones sexuales consentidas, según ella tiene conocimiento».
Luego cuenta los hechos que supuestamente dieron origen a la denuncia: «Pasada media hora, Rafa bajó a la zona donde se encontraban ellos, le cogió a la fuerza y letiró a la piscina con ropa puesta (vestía top negro y falda-pantalón elástico). En cambio, Rafa iba en calzoncillos. Una vez en el interior de la piscina, le cogió a la fuerza e intentó besarme mientras le coge de la cara en contra de mi voluntad». La joven luego relata que intentó retirarse del futbolista.
Pero «en ese momento Rafa me cogió frente a él, agarrándome con un brazo por la espalda mientras que le introduce los dedos en la vagina por un lado del pantalón (el cual era elástico) no pudiendo especificar la cantidad de dedos que le introduce. Además de ello, le toca todo el cuerpo en contra de su voluntad», recoge su declaración policial.
La joven denunciante manifestó ante la Guardia Civil «haberse negado en todo momento, llegando a decirle verbalmente y de forma contundente que la dejase y que no quería que hiciera eso, llegando esta agresión a consumarse durante 5 minutos».
LA DEFENSA DE RAFA MIR PIDE OTRA PRUEBA
El futbolista del Valencia CF Rafa Mir ha pedido al juzgado que lo investiga por un delito de agresión sexual que tome declaración a los tres policías locales y al oficial de Bétera que fueron los primeros en llegar a su casa antes de ser detenido por la Guardia Civil, tras la denuncia de dos mujeres que aseguraron que el futbolista y un amigo les agredieron durante la noche del domingo 1 de septiembre en el domicilio del jugador.
Asimismo, el jugador Rafa Mir ha comunicado a través de sus redes sociales de «infundada» la denuncia y su representación legal ha presentado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 8 de Lliria (Valencia) que declaren los policías que escucharon a las mujeres en el primer momento y denunciar que la principal denunciante cae en contradicciones porque «a la policía mujer le contó todo y los demás no se habrían enterado porque estarían apartados», aunque «tan solo dos días antes había declarado algo completamente distinto ante la Guardia Civil».
La petición de esta testifical añade que en la diligencia de exposición de hechos realizada por la Policía Local se recoge que «tras contarle a la única agente femenina de Policía Local que allí se encontraba, todo lo ocurrido, que Rafa le había metido los dedos por la fuerza, bajo su impresión le parecía que los agentes de Policía Local varones no creían lo que ellas narraban, no mostrando mucho interés en averiguar lo sucedido e incluso manteniendo estos, conversación distendida con Rafa y Bartolomé mientras se reían».
Sin embargo, en una conversación telefónica entre el agente de la Guardia Civil que realizó el atestado, con la Policía Local, se explica que «la agente de policía local habría indicado en la expresada e inusual conversación telefónica: que cuando intervino con las mujeres identificadas se encontraba en compañía del Oficial y que lo que escuchó que se le decía a su compañero, es lo que consta en la diligencia. Luego ni (…) relató la comisión del hecho delictivo alguno ni conversó de modo privado con la agente femenina».