El líder de Vox, Santiago Abascal, ha acusado a Marruecos de negarse a entregar al «asesino» de los dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) el pasado mes de febrero. Abascal atribuye esta negativa a la «insoportable sumisión» del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Según el líder de Vox, el «asesino de los guardias civiles de Barbate también era marroquí», pero este dato «se ocultó en los grandes titulares y televisiones pasando bastante inadvertido».
Ahora, Abascal afirma que Marruecos se niega a entregar al sospechoso, y que esta «insoportable sumisión» de Sánchez ante el país africano «va a traer a nuestro país todavía más tragedias, más crímenes y menos seguridad».
La Posición de Vox en el Congreso
Por su parte, la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, ha aprovechado una rueda de prensa para reclamar al Ejecutivo que convoque al embajador de Marruecos para ejercer la «presión diplomática necesaria» y lograr la detención del asesino de los dos guardias civiles. Millán ha sostenido que el Gobierno «ha sido incapaz de mover un solo dedo» para detener al sospechoso, quien está «localizado» por la UCO y «escondido en un pueblo costero.
Según Millán, la falta de acción del Ejecutivo se debe a las conexiones del sospechoso con «el régimen de Mohamed VI». «El sometimiento del PSOE a Marruecos es absoluto y queda demostrado incluso en extremos como este», ha asegurado. Por ello, Millán ha reprochado a Sánchez que hable de relaciones de «buena vecindad» con Marruecos y presuma de «soltar permanentemente dinero» al país, cuando en realidad «Marruecos manda y Sánchez obedece».
La Respuesta del Gobierno Español
El Gobierno español aún no ha respondido públicamente a las acusaciones de Vox. Sin embargo, la posición del Ejecutivo en sus relaciones con Marruecos ha sido objeto de intenso debate en los últimos meses, especialmente después de la crisis migratoria en Ceuta en 2021. Analistas y expertos han señalado que Sánchez ha buscado mantener un delicado equilibrio entre atender las demandas de Marruecos y defender los intereses españoles, lo que ha generado críticas tanto de la oposición como de sectores de su propia base política.
En este contexto, las acusaciones de Vox sobre la «sumisión» del Gobierno ante Marruecos y su supuesta incapacidad para lograr la extradición del presunto asesino de los guardias civiles, pueden intensificar aún más la presión sobre Sánchez y su equipo en materia de política exterior. Sin duda, este episodio marcará un nuevo capítulo en la compleja relación entre España y Marruecos, así como en las tensiones políticas internas en torno a este asunto.