La mano de Villarino ya se nota en la Casa Real: modernidad, cercanía y protagonismo de la heredera

El pasado 19 de enero de 2024 la Casa Real sorprendió anunciando, además con nocturnidad, un importante cambio en su estructura. Se jubilaba Jaime Alfonsín de la Jefatura de la Casa y se nombraba a Camilo Villarino. Un diplomático de carrera, considerados por muchos como cercano al PSOE.

Lo cierto es que, nueve meses después de su llegada, la mano de Villarino se ha dejado notar sobre todo en lo que se refiera a la comunicación. Palacio ha abierto sus puertas y la sensación de unos Reyes escondidos tras la imagen oficial se va difuminando.

Además, esto ha coincidido con la implicación cada vez mayor de la Princesa de Asturias en la vida pública e institucional. Leonor de Borbón es para muchos el mayor activo actual de la institución. Una joven recién llega a la mayoría de edad que genera mucho interés en cada movimiento y que supone un aire fresco para Zarzuela después de una década de reinado marcada por el intento de huir a toda costa de los escándalos de algunos miembros de la familia.

Hoy, Villarino sabe que Leonor es el futuro, más o menos lejano, de la monarquía en nuestro país y quienes le conocen bien aseguran que está contento del éxito del primer viaje en solitario de la heredera. El lugar fue Portugal y tanto la prensa lusa como como el presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, quedaron encantados con la princesa española.

La Princesa de Asturias.

Por otro lado, el verano ha sido generoso en imágenes de los reyes Felipe VI y Letizia. Villarino aterrizó en Zarzuela en medio de un escándalo que afectaba a la consorte. Su excuñado Jaime del Burgo decidió contar ciertas intimidades, primero en un libro de Jaime Peñafiel y luego en redes sociales. Un asunto que ha permitido comprobar la cierta tranquilidad mediática de los monarcas. Pocos medios se hicieron eco del asunto en España, no así en toda en Europa y las incontrolables redes.

Casualidad o no, Jaime Alfonsín dimitió en esas fechas. Eso sí, desde Zarzuela aseguraron que se trataba de una decisión ya tomada. Alfonsín estaba cansado y ya pensaba en su jubilación, pero la forma en la que se comunicó y el momento, generó muchos comentarios. Con la llegada de Villarino empezaron a verse imágenes de los reyes solos en un cine madrileño o en un restaurante. Unas situaciones que venían a responder a los rumores que hablaban de una crisis del matrimonio real.

EL PAPEL DE LAS REDES SOCIALES

En el pleno siglo XXI las redes sociales son fundamentales en una política de comunicación. Una de las cosas que más llamaba la atención de la monarquía española, en comparación con sus homólogos europeos, era el vivir de espaldas a las redes sociales.

Hace tres meses se determinó por Camilo Villarino que la Corona también tenía que estar presente en ese ámbito. Los números le han dado la razón. Lo cierto es que tres meses después, la cuenta en Instagram de la Casa Real cuenta con la friolera de 756.000 seguidores. También en mayo abrieron perfil oficial en X (antes Twitter). En esta red tienen 1.171.710 seguidores. Estos números no tienen valor demoscópico pero demuestran que la Casa Real interesa.

Desde hacía años los periodistas que siguen la información de Casa Real advertían de la mala idea que era no tener perfiles oficiales. En ese sentido Jordi Gutiérrez, responsable de prensa de la Casa del Rey, se mostraba inmovilista. Una postura, con respecto al mundo redes, que apoyaba la Reina Letizia.

Jaime Alfonsín.
Jaime Alfonsín.

La llegada de Villarino, con una nueva ida de comunicar, tan diferente a la de Gutiérrez que contaba con el respaldo de Jaime Alfonsín, hizo a muchos apostar por la salida de Gutiérrez. Sin embargo, sigue en el puesto con una política de comunicación completamente opuesta a la que le ha caracterizado. «Es un funcionario corcho, sobrevive a todos los cambios», cuenta una persona que lo conoce bien a este medio.

SU PARTE MÁS POLÉMICA

Camilo Villarino, nacido en Zaragoza en 1964, casado y padre de tres hijas, es un hombre considerado por muchos como cercano al PSOE, aunque lo cierto es que es un diplomático de carrera que ha trabajado tanto con gobiernos socialistas como del PP.

En el momento de su nombramiento ejercía como Jefe de Gabinete de Josep Borrell, responsable de la política exterior de la Unión Europea. Villarino tiene una trayectoria larga vinculada a la Administración. Es miembro de la Carrera Diplomática desde 1989 ha trabajado en la embajada en Marruecos, donde fue ministro consejero entre 2013 y 2017, y en la de Estados Unidos, donde ejerció de consejero para las Relaciones Transatlánticas y los Asuntos de Seguridad y Defensa entre 2008 y 2013.

Además, ha sido Jefe de Gabinete de varios ministros de Asuntos Exteriores. Un cargo al que llegó con Alfonso Dastis, del Partido Popular, bajo la presidencia de Mariano Rajoy. Cuando en 2018 se produjo la moción de censura que desalojó de Moncloa al gallego, Villarino se quedó en el Gabinete de Sánchez. Primero a las órdenes de Margarita Robles y luego de Arancha González Laya.

Bajo el mandato de esta última vivió la parte más polémica de su biografía. Fue imputado por la llegada a España de Brahim Gali, el líder del Frente Polisario. Uno de los asuntos más oscuros del Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque el Gobierno intentó salvar de la imputación tanto a Villarino como a la ministra con la defensa de la abogada del Estado María del Mar González Bella, la figura de Villarino quedó tocada. Así a principios del verano de 2021 el Gobierno hubo de abortar el nombramiento de Casimiro como embajador en Moscú. Según muchos medios comentaron en su momento, este cambio a última hora fue una manera de agradar al reino de Marruecos que no veía con buenos ojos la figura de Villarino tras lo acontecido en el caso del líder del Polisario.

Lejos de estos asuntos, Villarino está demostrando sus pericia al frente de la Casa del Rey.