En el año 2020, un ataque incendiario perpetrado contra una sucursal del banco Kutxabank en el municipio de Ea (Vizcaya) conmocionó a la comunidad. Este acto violento, atribuido al grupo ATA, buscaba generar terror entre la población y reivindicar la situación de los presos de ETA. La Audiencia Nacional ha juzgado a los responsables del ataque, con la Fiscalía pidiendo penas de cárcel considerables por el delito de incendio terrorista.
El juicio se centró en Gaizka Astorquizaga, alias ‘Fito’, y dos personas más, quienes fueron acusados de perpetrar el ataque con un objeto incendiario. La Fiscalía acusó a ‘Fito’ de ser el autor intelectual del ataque y pidió para él 18 años de prisión, argumentando la reincidencia en delitos de este tipo. En 2011, ‘Fito’ ya había sido condenado a 6 años de prisión por colocar un explosivo en un cajero automático en Bilbao. Aunque el dispositivo no llegó a explotar, la gravedad del delito fue reconocida por la justicia.
Un ataque con motivaciones políticas y un precedente de violencia
El ataque contra la sucursal de Kutxabank tuvo lugar en la noche del 13 de mayo de 2020. Los atacantes pintaron con spray rojo el nombre del etarra Patxi Ruiz en la puerta de la sucursal, golpearon con una maza el cajero automático y posteriormente le prendieron fuego. El incendio se propagó rápidamente, alcanzando la fachada del edificio y requiriendo la intervención de los bomberos para controlarlo.
El grupo ATA reivindicó el ataque como parte de su campaña de sabotajes, justificando sus acciones con la lucha por la liberación de presos de ETA. Este grupo surgió como un colectivo disidente de la izquierda abertzale tras el cese definitivo de la actividad armada por parte de ETA en 2011. Su estrategia se basa en la violencia como herramienta de presión para lograr sus objetivos políticos. Entre 2017 y 2020, ATA ha reivindicado una serie de actos violentos, mostrando un claro interés en perpetuar la violencia como medio para alcanzar sus objetivos.
La lucha contra el terrorismo y el mantenimiento del estado de derecho
El juicio por el ataque a la sucursal de Kutxabank en Ea (Vizcaya) representa un esfuerzo por combatir el terrorismo y la violencia política. La Audiencia Nacional, con su sentencia, busca reafirmar el Estado de derecho y asegurar que la justicia se aplica sin concesiones ante cualquier tipo de crimen violento. El caso pone de manifiesto la importancia de la lucha contra el terrorismo, así como la necesidad de combatir la impunidad que impulsa a grupos como ATA a seguir utilizando la violencia como herramienta para alcanzar sus objetivos políticos.
La condena a los responsables del ataque contra Kutxabank es un mensaje contundente: la violencia no es una solución aceptable y será perseguida con la máxima contundencia por las autoridades.
