El terremoto de Lisboa es considerado normal por especialistas, quienes prevén réplicas

La península ibérica, particularmente España, ha sido testigo de varios incidentes sísmicos a lo largo de los años, lo que ha puesto a prueba la capacidad del país para responder eficazmente ante estas situaciones de emergencia. Recientemente, el terremoto registrado cerca de Lisboa, Portugal, ha reavivado el debate sobre la preparación de España ante estos fenómenos naturales.

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) han ofrecido una perspectiva experta sobre este último evento, destacando la complejidad tectónica de la región y la importancia de estar preparados, aunque subrayan que es «imposible» tener una prevención total ante estos eventos.

Evaluación de la Zona y Efectos del Terremoto

La zona del terremoto registrado cerca de Lisboa se caracteriza por una alta actividad tectónica, lo que significa que la ocurrencia de estos incidentes es «normal» en la región. Los expertos han explicado que, a pesar de que este temblor tuvo una magnitud de 5.3 en la escala de Richter, es poco probable que haya causado daños significativos, ya que se originó a una profundidad de entre 20 y 30 kilómetros y lejos de núcleos de población.

Sin embargo, los especialistas han recordado que un terremoto de magnitud similar, como el ocurrido en Lorca (Murcia) en 2011, sí causó nueve fallecidos y grandes destrozos materiales. La clave radica en la profundidad y la cercanía a zonas habitadas, factores que determinan el impacto de estos fenómenos.

Además, los expertos han hecho hincapié en que no se debe comparar la fuerza de un terremoto con la de una bomba atómica, ya que se trata de procesos muy diferentes. Mientras que una bomba concentra su energía en un punto, un terremoto libera energía a lo largo de una extensión de varios kilómetros, lo que puede tener un efecto más devastador.

La Preparación de España ante Terremotos

Según los expertos, España cuenta con planes de emergencia muy buenos, pero en situaciones de este tipo, nunca se está lo suficientemente preparado. Incluso en el caso de la erupción volcánica de La Palma, donde el país estaba «muy preparado», la complejidad de la emergencia puso a prueba los mecanismos de respuesta.

Los expertos han destacado que, en lo que respecta a la prevención de emergencias, es «imposible» tener una prevención total, ya que depende de múltiples factores. Sin embargo, han valorado positivamente la colaboración entre científicos, militares y personal de emergencias, que trabajan juntos en la realización de simulacros y la creación de escenarios de riesgo.

Además, han señalado que terremotos no destructivos, como el registrado recientemente, son valiosos para que los expertos puedan calibrar y afinar sus modelos, lo que les permite anticipar y prepararse mejor ante la posibilidad de eventos de mayor magnitud en el futuro.

En resumen, si bien España cuenta con una sólida preparación para hacer frente a los terremotos, los expertos reconocen que siempre hay margen de mejora y que es imposible predecir y prevenir todos los escenarios posibles. La clave radica en la colaboración entre diferentes agencias y la mejora continua de los planes de emergencia, aprovechando incluso los eventos sísmicos de menor impacto para fortalecer la capacidad de respuesta del país.