Un estudio apunta a que el cambio climático podría triplicar las muertes por calor en Europa en los próximos años

El cambio climático se perfila como uno de los mayores desafíos del siglo XXI, y sus efectos en la salud pública son cada vez más evidentes. Un estudio reciente publicado en la revista ‘The Lancet Public Health’ advierte sobre un aumento significativo en las tasas de mortalidad en Europa debido a las temperaturas extremas, especialmente por el calor. Este fenómeno, exacerbado por el envejecimiento de la población, podría reconfigurar el mapa de riesgo de mortalidad en el continente.

A diferencia de investigaciones previas que se centraban en áreas geográficas limitadas, este nuevo estudio ha analizado datos de más de mil regiones en 30 países europeos. Esta aproximación exhaustiva ha permitido modelar con mayor precisión la relación entre las fluctuaciones de temperatura y la mortalidad, considerando además variables socioeconómicas y demográficas. Los resultados son contundentes: de no tomarse medidas drásticas para mitigar el calentamiento global, Europa podría enfrentar un futuro con un incremento considerable en el número de muertes relacionadas con el calor.

Muertes por Calor: Un Riesgo en Ascenso

El estudio proyecta un escenario alarmante para finales de siglo si el calentamiento global alcanza los 3°C, un escenario plausible bajo las políticas climáticas actuales. Se estima que las muertes atribuibles al calor podrían triplicarse, pasando de 43.729 a 128.809 por año. Este aumento drástico se debería en gran medida a la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor, un fenómeno climático que afecta especialmente a los grupos más vulnerables, como los ancianos y las personas con enfermedades crónicas.

Las regiones meridionales de Europa, como España, Italia y Grecia, se perfilan como las más afectadas por esta tendencia. Sus poblaciones, ya expuestas a temperaturas estivales elevadas, sufrirán con mayor crudeza las consecuencias del calentamiento. A esto se suma el factor demográfico: el envejecimiento de la población europea implica un aumento en la proporción de personas mayores de 85 años, grupo etario particularmente susceptible a las enfermedades relacionadas con el calor.

Redefiniendo el Mapa de Riesgo de Mortalidad

Si bien el estudio prevé un aumento generalizado de las muertes relacionadas con el calor en toda Europa, también se espera una disminución, aunque menos pronunciada, en las muertes atribuibles al frío. Esto podría llevar a una reconfiguración del mapa de riesgo de mortalidad en el continente, con un desplazamiento del peso de las muertes por frío, más comunes en países nórdicos y del este, hacia las muertes por calor, que predominarán en el sur.

Este cambio en el panorama de la mortalidad exige una respuesta coordinada y contundente. Es crucial implementar estrategias de adaptación al cambio climático que incluyan la creación de sistemas de alerta temprana para olas de calor, la promoción de infraestructuras urbanas que mitiguen el efecto isla de calor y la sensibilización de la población sobre los riesgos del calor extremo. La lucha contra el cambio climático y la protección de la salud pública deben ir de la mano para garantizar un futuro más saludable y sostenible para las generaciones venideras.