sábado, 16 noviembre 2024

FACUA critica que el anteproyecto de Ley de Alcohol excluya bebidas con menos de 0,5º de graduación

El consumo de alcohol entre menores de edad es un problema social grave que requiere una respuesta contundente por parte de las autoridades. En este sentido, el anteproyecto de Ley de prevención del consumo de alcohol y de sus efectos en las personas menores de edad, presentado recientemente, ha generado un intenso debate en torno a su alcance y efectividad. Si bien la iniciativa del Gobierno busca abordar esta problemática, diversas organizaciones y expertos han señalado importantes deficiencias en su articulado, poniendo en duda su capacidad real para proteger a los menores de los riesgos del alcohol.

En este artículo, analizaremos en profundidad las principales críticas al anteproyecto, haciendo especial hincapié en la necesidad de una regulación más estricta y efectiva que proteja de manera integral a los menores y promueva un consumo responsable de alcohol en la sociedad.

Definición Limitada de Bebidas Alcohólicas: Un Vacío Legal Preocupante

Una de las críticas más significativas al anteproyecto radica en la definición de bebidas alcohólicas. El texto actual solo considera como tales aquellas con una graduación superior al 0,5% de alcohol por volumen, dejando fuera a productos como las cervezas «sin» alcohol o con bajo contenido alcohólico, que sí contienen un porcentaje de alcohol aunque sea mínimo. Esta omisión representa un vacío legal preocupante, ya que permite la comercialización y el consumo de estas bebidas entre menores de edad sin ningún tipo de restricción, perpetuando la errónea percepción de que su consumo es inocuo. Es fundamental modificar esta definición para incluir cualquier bebida con cualquier porcentaje de alcohol, enviando un mensaje claro y contundente sobre la importancia de evitar su ingesta durante la infancia y adolescencia.

Además, esta limitación en la definición dificulta la aplicación efectiva de otras medidas contempladas en el anteproyecto, como las restricciones publicitarias o la prohibición de venta a menores. Al no considerar todas las bebidas con contenido alcohólico, se abre la puerta a estrategias de marketing dirigidas a los jóvenes que aprovechen este vacío legal para promocionar productos con bajo contenido alcohólico como alternativas «saludables» o «aceptables» para este grupo de edad.

La Autorregulación: Un Mecanismo Ineficaz para Proteger a los Menores

Otro punto de controversia es la propuesta de un sistema de «corregulación» o «autorregulación» para controlar las actuaciones comerciales relacionadas con las bebidas alcohólicas. Este enfoque, que delega en la propia industria la responsabilidad de supervisar sus prácticas, ha sido duramente criticado por su falta de independencia y rigor. Confiar en la autorregulación como principal mecanismo de control es, a todas luces, insuficiente y poco efectivo para garantizar la protección de los menores. La experiencia en otros países ha demostrado que la industria, con frecuencia, prioriza sus intereses comerciales por encima del interés superior del menor, lo que puede llevar a una aplicación laxa de las normas y a una falta de control real sobre la publicidad y la promoción de estas bebidas.

Resulta imprescindible que la Administración pública asuma un rol protagónico en la fiscalización y control del cumplimiento de la normativa, dotando a los organismos competentes de los recursos y la autoridad necesarios para supervisar de manera efectiva las actividades de la industria. La creación de un sistema de vigilancia independiente y transparente, con capacidad sancionatoria real, es fundamental para garantizar que las empresas cumplan con la ley y se proteja a los menores de la exposición a la publicidad y promoción de bebidas alcohólicas.

La Venta Online y la Publicidad: Áreas Críticas sin Suficiente Regulación

El anteproyecto tampoco aborda con suficiente contundencia la problemática de la venta online de alcohol a menores. Si bien se establecen medidas para evitar la venta en máquinas dispensadoras, no se contemplan mecanismos específicos para regular el comercio electrónico, una vía cada vez más utilizada por los jóvenes para adquirir productos de todo tipo, incluyendo bebidas alcohólicas. Es urgente implementar medidas que impidan o dificulten la compra de alcohol por internet a menores de edad, como la obligatoriedad de verificar la edad del comprador a través de sistemas de identificación digital seguros y confiables.

La regulación de la publicidad también presenta importantes deficiencias. El anteproyecto se limita a prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas en productos audiovisuales destinados a menores, dejando un amplio margen de acción a la industria para publicitar sus productos en otros medios y formatos. Esta limitación resulta insuficiente en un entorno digital en constante evolución, donde los menores están expuestos a una gran cantidad de publicidad a través de internet, redes sociales y videojuegos, entre otros canales. Es necesario ampliar el alcance de la prohibición a cualquier tipo de publicidad, directa o indirecta, que pueda resultar atractiva para los menores, independientemente del medio o formato utilizado.

En definitiva, el anteproyecto de Ley de prevención del consumo de alcohol entre menores, en su estado actual, resulta insuficiente para abordar la complejidad de este problema. Es fundamental que se revise en profundidad su contenido, incorporando las modificaciones necesarias para garantizar una protección efectiva de los menores frente a los riesgos del alcohol. Fortalecer la definición de bebidas alcohólicas, eliminar la autorregulación como mecanismo de control, regular de manera estricta la venta online e implementar una prohibición más amplia de la publicidad son solo algunas de las medidas que se deben tomar para lograr este objetivo.