José Luis Rodríguez Zapatero, exsecretario del PSOE y expresidente del Gobierno, mantiene un incómodo silencio tras el fraude del régimen de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela del pasado 28 de julio. Ni el Gobierno de Pedro Sánchez ni el PSOE han dado reconocido la autoproclamada y fraudulenta victoria de Maduro, pero tampoco dan por hecho que haya ganado el opositor Edmundo González.
Los socialistas tan solo piden que el régimen de Maduro, tildado de dictadura por EE UU, publique las actas electorales para certificar su victoria, un hecho que debió haberse realizado en las 48 horas posteriores a la celebración de los comicios.
Ni el Gobierno de Pedro Sánchez ni el PSOE han condenado explícitamente la represión llevada por Maduro y sus motorizados. La violencia del régimen bolivariano se ha llevado por delante la vida de 25 personas, mientras que 1.200 han sido detenidas por el mero hecho de acudir a las protestas.
Además, para tratar de minar la movilización imparable de la oposición, Maduro ha anunciado que cortará comunicaciones y redes sociales, mientras ha anunciado la construcción de dos cárceles de máxima seguridad. Ante todo esto, el PSOE guarda un estruendoso silencio, como Zapatero, sin pedir explicaciones al régimen ni tampoco condenar con rotundidad su acción represora, aplaudida por sus socios, como Sumar, Bildu y BNG.
El PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez, tan beligerantes contra la «extrema derecha» o la «derecha», muestra un silencio impropio en un país democrático. Nadie frena a Zapatero, muy condescendiente con el régimen chavista, hasta el punto de fotografiarse sin rubor alguno con el aprendiz de dictador, quien no admite una derrota sin paliativos y busca ahora una salida sin negociar con la principal líder de la oposición y ganadora de estas elecciones, María Corina Machado, inhabilitada por el chavismo para presentarse en estos comicios.
ZAPATERO, UN OBSERVADOR INTERNACIONAL CON UN BOCHORNOSO PAPEL
El papel de Zapatero en la Venezuela del régimen de Maduro ha generado, por otro lado, una fuerte polémica. Si hace unos días, el PSOE cargaba contra el PP por el coste del viaje de la delegación ‘popular’ a Venezuela para observar las elecciones y apoyar a la oposición, los socialistas guardan también silencio por los viajes del exsecretario general del PSOE al país hispanoamericano.
La gran cuestión no sólo es conocer la agenda de quien juró defender la Constitución Española y las leyes establecidas, sino también cuántos viajes ha realizado para ver a Nicolás Maduro y quién paga dichos viajes. Por el momento, se conoce que la seguridad corre a cuenta del bolsillo de todos los españoles, pero queda en el aire la defensa de un aprendiz de dictador que ha manipulado el resultado electoral sin ofrecer prueba alguna al respecto.
El fraude es de tal magnitud que países como Perú, Argentina y Chile lo han denunciado públicamente en la OEA, como también Paraguay, Uruguay y El Salvador. México prefirió ausentarse, mostrando así otra actitud cobarde, mientras Colombia y Brasil se abstuvieron para no ofender a su amigo Maduro.
Han pasado diez días desde las elecciones y la única violencia proviene del Gobierno de Maduro, sin que el PSOE sea capaz al menos de condenarla. Lejos de ello, tampoco ha pedido explicaciones a su exjefe de filas por su encendida defensa del régimen, autoproclamado vencedor por Elvis Amoroso, presidente del Comité Nacional Electoral, quien se saltó todas las leyes y la Constitución, que tanto jura y perjura defender, al no publicar las actas electorales y dar ganador a Maduro con el 80% del escrutinio.
Zapatero, hasta ahora miembro del selecto grupo chavista y de la izquierda más radical de Latinoamérica, Grupo de Puebla, guarda silencio, mientras sus amigos piden la auditoría de las actas electorales. Con un «silencio cómplice», Zapatero bendice así su «pucherazo».
ALBARES, MÁS TUITS DE LECTURA QUE DE VENEZUELA
El papel del expresidente es un auténtico misterio, como si fuera un secreto de Estado, donde nadie sabe nada ni en general ni en particular. Mientras tanto, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, insiste en que es «imperativo» entregar las «actas para reconocer los resultados electorales, y se reconozcan los derechos fundamentales». No nombra a Maduro ni la represión del régimen chavista. Eso sí, en su Twitter se pueden leer sus recomendaciones de lectura para este verano, a la que ha dedicado más tuits que sobre Venezuela.
Ni una sola palabra de condena y no porque el Gobierno no sepa hacerlas. Con Israel ha habido acusaciones muy graves, como Estado genocida e incluso se ha llamado a consultas a la embajadora, mientras que con Argentina hubo un conflicto diplomático iniciado por Óscar Puente, ministro de Transportes, que insinuó que el presidente electo, Javier Milei, era un drogadicto.
EL SILENCIO DEL PSOE ANTE EL PAPEL DE ZAPATERO
Ni Zapatero ni el PSOE ni tampoco el Gobierno han tenido palabras para la oposición, que vive en la clandestinidad ante un régimen asesino como el de Maduro, con sus amenazas constantes y actos inhumanos, como encerrar opositores por el mero hecho de protestar.
Cabe destacar que Pedro Sánchez se ha valido de Zapatero para lograr la victoria en Cataluña. De hecho, ha dado más mítines que el presidente del Gobierno en las pasadas elecciones del 12-M, con actos conjuntos con el líder del PSC y candidato a presidir la Generalitat. Lo repescó, pero ahora nadie quiere hacerse cargo de él.
No todo es silencio en el PSOE. La vieja guardia, encabezada por Felipe González, expresidente del Gobierno, ha puesto el grito en el cielo ante los indicios de que el régimen está tratando de alterar «acta a acta» mediante un grupo de ingenieros informáticos chino, mientras buscan a los testigos para sellar esas mismas actas -cada una de ellas tiene cinco firmas distintas-.
«Me temo que están contratando, si no lo han contratado ya, a un grupo especializado en meterse en el sistema y alterar acta por acta, un grupo especializado que viene del lejano Oriente», ha indicado Felipe González y una de las voces hasta ahora más respetadas dentro del PSOE.
ZAPATERO, EL ÚNICO INTEGRANTE DEL GRUPO DE PUEBLA QUE DEFIENDE A MADURO
En este sentido, ha asegurado que las actas que pueda entregar Maduro, que llega una semana tarde, deberán cotejarse con las de oposición por un organismo independiente, sin depender ni del Estado ni de Maduro ni del Gobierno bolivariano. Y es que, si algo caracteriza a Venezuela es la concentración de poderes, desde el legislativo al judicial y electoral.
González ha propuesto esta solución con el fin de evitar lo peor, que no sería otra cosa que un enrocamiento del chavismo y una mayor persecución de la oposición. Sin descartarse ningún escenario, como una intervención internacional.
«Todo ello a pesar de las truculencias llevadas a cabo por el Estado, pues han hecho lo que han querido con los censos», ha considerado González, quien trata de luchar por la recuperación de la libertad y el respeto a la Constitución de Venezuela.
Asimismo, ha reprochado el silencio de su «colega» Zapatero, presente como observador internacional en las elecciones del pasado 28 de julio. Zapatero es el único representante del Grupo de Puebla que no ha pedido la entrega de las actas y su posterior revisión.
