Las fuerzas revolucionarias y paramilitares chavistas respondieron con violencia a las masivas protestas de jóvenes en Venezuela, quienes salieron a las calles para denunciar un fraude en las recientes elecciones presidenciales.
Fuentes independientes confirmaron la muerte de al menos 12 personas y la detención de 749 manifestantes.
A medida que avanzaba la noche en Venezuela, continuaban los enfrentamientos en diversas partes del país.
El Foro Penal reportó la muerte de Alejandro Graterol, un joven de 18 años que recibió un disparo en el cuello mientras protestaba en Yaracuy.
También se registró la muerte de un menor de 15 años en San Francisco, estado Zulia, y otro joven en el barrio caraqueño de Antímano, una antigua fortaleza chavista.
La Encuesta Nacional de Hospitales en Venezuela añadió tres nombres a la lista de fallecidos: uno en Caracas y dos en Maracay, capital de Aragua.
Los hospitales en Maracay clamaban por sangre y suministros médicos tras los disturbios que dejaron unas 40 personas heridas. En todo el país, la cifra de heridos es considerablemente mayor, incluyendo a 23 militares, según informó el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino.
La primera víctima mortal, José Valero, fue alcanzada por un proyectil mientras cuidaba votos en su centro electoral en Patiecitos. En el estado fronterizo de Táchira, jóvenes resultaron heridos de bala, donde también opera la guerrilla colombiana aliada de Maduro.
Imágenes de Coro mostraron el derribo de una estatua de Hugo Chávez y la cabeza de uno de los monumentos arrastrada por una motocicleta, simbolizando la ira popular. Carteles de propaganda de Maduro fueron también destruidos en numerosas ocasiones.
Amnistía Internacional hizo un llamado urgente a proteger los derechos humanos y la libertad de expresión, denunciando la represión violenta contra los manifestantes.
1Rebelión en Venezuela
La rebelión en los barrios populares, la peor pesadilla de Nicolás Maduro, comenzó a materializarse. Jóvenes de Petare, Catia, Valles del Tuy y La Vega se lanzaron a las calles indignados por el robo de sus votos y el secuestro de su futuro.
Las caceroladas matutinas dieron paso a enfrentamientos violentos, con colectivos paramilitares persiguiendo a manifestantes cerca del Palacio de Miraflores, sede del gobierno de Maduro.
La represión chavista dejó al menos dos víctimas mortales más en Maracay. «Es la expresión de una ciudadanía que se siente ultrajada por una camarilla perversa atrincherada en el poder», resumió César Pérez Vivas, líder de la oposición democrática.
La indignación llevó a muchos a las calles con banderas nacionales para mostrar su ira contra el masivo fraude electoral. Desde los barrios populares de Caracas hasta la Venezuela profunda, los estados de Miranda, Vargas, Aragua, Portuguesa, Carabobo, Falcón, Anzoátegui, Táchira y otros se unieron en la protesta, exigiendo justicia y reivindicando su victoria electoral.
Un río humano, acompañado por una tormenta tropical, marchó en Petare bajo el grito de «El pueblo, unido, jamás será vencido».