Carles Puigdemont desafía al Tribunal Supremo y al Gobierno de Pedro Sánchez con su amenaza de volver a Cataluña a pesar de la orden de detención que sigue vigente contra el expresidente de la Generalitat. La vuelta de Puigdemont es uno de los puntos clave para Junts para tratar de frenar a ERC y su posible pacto con Salvador Illa.
El prófugo candidato de Junts a la reelección mantiene intacto su plan para volver a Cataluña. De hacerlo, no podrá realizar vuelo o hacer escala en barco, sino que tendrá que venir de incógnito y con la máxima discrección posible ante una posible detención en la frontera por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. «Mi obligación es ir al Parlament si hay debate de investidura. Yo estaré allí. Estaré en el Parlament. Y sólo un golpe de estado me podrá impedir estar allí», ha asegurado en Amélie-les-Bains-Palalda (Francia) ante apenas 1.500 personas.
Ante el secretario general de Junts, Jordi Turull; la expresidenta del Parlament, Laura Borràs; el recién dimitido Xavier Trias como concejal en el Ayuntamiento de Barcelona y el senador Josep Lluís Cleries, Puigdemont trata de apuntalar su liderazgo al frente del independentismo, más cuando una repetición electoral mantendría el bloqueo al no lograrse mayorías absolutas con el retroceso de ERC y la irrupción de Podemos en Cataluña, que dejaría a los Comuns muy tocados.
CONVERTIR EL PARLAMENT EN UN FORTÍN
En tono desafiante y contra el Poder Judicial, el socio de investidura del PSOE afirma que «nadie» le impedirá asistir a la sesión de investidura en el Parlament, más cuando el PSC ha votado a favor de una reforma para aceptar el voto telemático del prófugo, cuando en la legislatura anterior recurrió ante el Tribunal Constitucional para impedir que su escaño contara. Una doble vara que ponen de manifiesto los socialistas catalanes cuando sus intereses están en juego.
La detención de Puigdemont está dentro de los cálculos de Junts, aunque el expresidente de la Generalitat y su equipo esperan que llegue al edificio del Parlament para activarlo como la nueva mansión del prófugo. En este sentido, Rull y el resto de diputados independentistas convertirán este emblema de la Generalitat en un fortín, una fortaleza inexpugnable para los agentes de los Mossos d’Esquadra.
PUIGDEMONT, CON UNA ORDEN DE DETENCIÓN A SU REGRESO
«Las próximas campañas electorales serán allí y yo estaré, cueste lo que cueste y pese a quien le pese», ha afirmado. En este sentido, exige que el Tribunal Supremo le aplique la ley de Amnistía. En este sentido, ha deslizado que el Alto Tribunal es quien comete un «golpe de Estado», un término en el que se ha expresado el Supremo en su escrito al Tribunal Constitucional al considerar que esta norma menoscaba la igualdad ante la ley de los españoles, al exonerar un mismo delito por motivos ideológicos.
«Es una voluntad democrática que ningún juez puede impedir», ha destacado Puigdemont, quien tuvo el respaldo del PSOE a la hora de aprobar la Amnistía tras haberla presentado los socialistas con la única firma de Patxi López. En este sentido, el expresidente de la Generalitat exige que se le aplique la amnistía. «Cuando no la aplican, están cometiendo un delito. Y espero que el Fiscal General del Estado lo persiga», ha destacado.
En este sentido y de forma preventiva, Puigdemont ha asegurado que su detención sería «ilegal y arbitraria» y al mismo tiempo sería un refuerzo para movilizar al independentismo, mientras señala ahora a Pedro Sánchez por no pronunciarse sobre la decisión del Supremo de plantear una cuestión de inconstitucionalidad.
PUIGDEMONT NOMBRA A GOLPISTAS Y PONE EN EL FOCO AL SUPREMO
«Antes había Tejeros, Milans del Bosch y Armadas, y podíamos ver como perpetraban un golpe de estado. Querían lo mismo que los de la ‘toga nostra’, que un parlamento no pueda tomar decisiones, sobre todo si son decisiones que no les gustan», ha cargado, a pesar de que es el Tribunal Constitucional, el mismo que ha absuelto y reducido las condenas de los ERE de Andalucía, el mayor caso de corrupción en España.
Como no podía ser de otra manera, el líder de Junts ha advertido contra la «amenaza real» que supone la presidencia de Cataluña en manos de Salvador Illa, la «versión más españolista del PSC, mucho más cercano a lo que representa Josep Borrell que a lo que representó José Montilla o a las antípodas de lo que representó Pasqual Maragall», ha afirmado. En respuesta a ERC y su financiación singular, Puigdemont ha señalado que «no está en juego la llave de la caja, está en juego la llave de la nación».
«Si Illa es presidente tendremos que olvidarnos de construir un estado propio. El trabajo será para salvar la nación», ha aseverado.