En un momento histórico para la Justicia española, el Gobierno ha celebrado la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), poniendo fin a una prolongada «anomalía institucional» que había sido motivo de preocupación tanto a nivel nacional como en el seno de la Unión Europea. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha expresado su satisfacción por este logro, destacando que se trata de «un día grande para la Justicia española».
La Superación de un Bloqueo Institucional
Durante años, la falta de acuerdo para renovar el CGPJ había sido una constante fuente de preocupación, un obstáculo que parecía imposible de superar. Sin embargo, ahora Bolaños afirma con orgullo que «por fin hacemos algo que parecía durante años que no íbamos a ser capaces de decir nunca y es que se ha renovado el CGPJ». Esta renovación marca el fin de una «anomalía institucional» que había perdurado por más de cinco años, una situación que era «continuamente recordada» como una inquietud por parte de la Comisión Europea.
Una Felicitación de la Unión Europea
Según Bolaños, el informe del Estado de Derecho publicado esta semana por la Comisión Europea ha reconocido este avance de manera positiva. Lejos de cualquier reproche, el ministro afirma que Europa le dice a España «enhorabuena por el acuerdo, que es un buen camino, el de los grandes pactos para conseguir que las instituciones en nuestro país funcionen, como funciona nuestro Estado de Derecho con total normalidad desde hoy.
Reforzando la Independencia Judicial
Si bien el informe del Estado de Derecho señala la necesidad de reforzar la independencia de la Fiscalía General del Estado, Bolaños defiende que en España existen leyes con más de 20 años de antigüedad que garantizan la independencia de los jueces. Asimismo, el ministro resalta que en las encuestas realizadas por el propio CGPJ, los jueces no expresan «ninguna duda de que actúan con independencia y con imparcialidad».
En conclusión, la renovación del CGPJ representa un hito significativo para la Justicia española, superando una prolongada «anomalía institucional» y cosechando el reconocimiento de la Unión Europea. Ahora, el reto radica en que los nuevos vocales puedan elegir de manera consensuada a la nueva presidencia del Tribunal Supremo y del propio CGPJ, fortaleciendo aún más la independencia y el funcionamiento del sistema judicial en España.