En Bangladesh, una reciente ola de violencia vinculada a las protestas contra el sistema de cuotas para las contrataciones públicas ha resultado en un saldo trágico: al menos 174 personas han perdido la vida y más de 2.500 han sido detenidas. Este balance fue recopilado el martes por medios internacionales, basándose en reportes de hospitales y fuerzas de seguridad.
Entre los fallecidos se encuentran varios policías, lo que refleja la gravedad de los disturbios que han sacudido al país.
Lo que comenzó como manifestaciones pacíficas contra las politizadas cuotas de admisión a cargos públicos, se ha transformado en los peores disturbios que la primera ministra Sheikh Hasina ha enfrentado en sus 15 años de mandato.
El grupo estudiantil que lidera el movimiento decidió suspender las protestas por 48 horas el lunes, con su líder expresando que no desean una reforma «a expensas de tanta sangre».
Esta decisión se produjo un día después de que el Tribunal Supremo redujera el número de cargos reservados para grupos específicos, incluyendo los descendientes de los «luchadores por la libertad» de la guerra de independencia de 1971 contra Pakistán.
En respuesta a la violencia, el gobierno impuso un toque de queda y desplegó soldados en todo el país.
Además, desde el jueves se cortó el internet móvil para restringir el flujo de información. Aunque las restricciones seguían vigentes el martes, el jefe del ejército afirmó que la situación estaba «bajo control».
1Crisis en Bangladesh
En la capital, Daca, se mantenía una fuerte presencia militar, con búnkeres instalados en algunos cruces y carreteras bloqueadas con alambre de púa. A pesar de estas medidas, más personas se aventuraron a salir a las calles, incluidos cientos de conductores de rickshaws.
«Yo no conduje rickshaw los primeros días del toque de queda, pero hoy no tuve alternativa», declaró Hanif, un conductor de bicitaxi. «Si no lo hago, mi familia pasará hambre».
La respuesta de las autoridades a las protestas ha sido duramente criticada tanto a nivel nacional como internacional.
El Premio Nobel de la Paz bangladesí, Muhammad Yunus, de 83 años, instó a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para poner fin a la violencia.
Yunus enfatizó la necesidad de abordar las causas subyacentes de las protestas y buscar una solución pacífica que evite más derramamiento de sangre.
