La esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, se enfrenta a una nueva denuncia por intrusismo que el colectivo de funcionarios Manos Limpias ha llevado hasta el juzgado de instrucción número 41 de Madrid, que ya instruye una causa contra Gómez por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. En este caso el colectivo se hace eco de una denuncia interpuesta por el Colegio Profesional de Ingenieros Técnicos en Informática de Andalucía (CPITIA), que ya adelantó MONCLOA.
La ampliación de querella se presentó este 23 de julio y en la misma se recoge que «es competente el juzgado de Instrucción número 5 de Marbella por encontrarse ante el mismo la tramitación de la querella que dio origen a los presentes autos y en cuyo seno han sido hallados indicios de nuevos delitos cometidos por la investigada».
Los denunciantes aluden a que «se ha tenido conocimiento de que, por parte de la señora Gómez Fernández se han llevado a cabo una serie de actuaciones relativas a la preparación de un programa informático de elevada complejidad técnica» y señalan a que Indra, Telefónica y Google desarrollaron un software «para su Máster en la Universidad Complutense de Madrid.
El segundo punto de la querella recoge que «se confeccionó un pliego de prescripciones técnicas, firmado digitalmente por ésta, con fecha 23 de julio de 2023» y explican que «tal pliego se hizo en el marco del contrato de servicios para la «asistencia y asesoría técnica y tecnológica para la creación de una plataforma de gestión y medición de impacto para la pequeña y mediana empresa», el cual se tramitó con número de expediente (…)».
El principal argumento esgrimido para apoyar la querella es que «la señora Gómez Fernández carece, salvo que otra cosa pueda acreditarse, de la correspondiente titulación, esto es, de una ingeniería informática, la cual te habilitaría para la redacción de tales documentos» y «la mera redacción y firma de tal pliego, a sabiendas de que se carece de dicho título habilitante y por ello de la capacitación necesaria hace que tal hecho se subsuma en la literalidad del precepto que castiga el intrusismo profesional».
LOS INGENIEROS ANDALUCES YA DENUNCIARON
Recuerda la querella que los mismos hechos ya fueron denunciados ante la Junta de Gobierno del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingeniería Informática (CONCITI) por el decano del colegio profesional de Ingenieros y Técnicos en Informática de Andalucía.
Por todo esto, califican el presunto delito de «intrusismo profesional, tipificado en el artículo 403.1 del Código Penal» que acarrea la pena de multa de seis a doce meses. También piden que para la comprobación de los hechos «se acuerde la unión a los autos de los documentos que se acompañan con el presente escrito de querella», la «citación del testigo que puede acreditar tales extremos (…)» y la «citación de la querellada, doña Begoña Gómez Fernández (…)».
Hay que recordar, que como ya publicó MONCLOA, el decano del Colegio Profesional de Ingenieros Técnicos en Informática de Andalucía (CPITIA), Pedro José de la Torre, instaba a la Junta de Gobierno del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingeniería Técnica Informático (CONCITI) a «ejercer las acciones que correspondan» contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la presunta comisión de un delito de intrusismo profesional.
Uno de los contratos obtenidos por Begoña Gómez vuelve a estar en el ojo del huracán. En esta ocasión era por una licitación de 60.000 euros adjudicada a Deloitte Consulting para poder realizar un software para el Máster de Begoña Gómez, encargado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El CPITIA tomó cartas en el asunto al conocer la negociación de Begoña Gómez con Google, Indra y Telefónica para que estas empresas desarrollaran un software gratuito para su Máster. En un inicio, la esposa de Pedro Sánchez había contactado con Indra, Telefónica y Google para realizarlo gratuitamente para el proyecto de Transformación Social Competitiva-plataforma de impacto social. El objetivo era dar servicio a las pequeñas y medianas empresas para dar a conocer el grado de cumplimiento de sus retos sostenibles.
Las compañías que ayudaron a realizar el software gastaron 150.000 euros en su desarrollo
Las compañías que ayudaron a realizar el software gastaron 150.000 euros en su desarrollo, pero al parecer no se abonó nada por parte de la UCM, ni por Begoña Gómez. La excusa fue la colaboración con un proyecto sin ánimo de lucro, pero se guardó la patente en su empresa propia.
EL CONCURSÓ SE LICITÓ EN SEPTIEMBRE DE 2023
En un inicio, dicha licitación se adjudicó a Deloitte Consulting al ser la propuesta «más ventajosa», según la ponderación de los criterios de adjudicación establecidos en los pliegos. El anuncio de la licitación se realizó el 11 de septiembre y se formalizó el 15 de noviembre. La consultora no acudió en solitario, sino que estuvo acompañada por Futura Vive Technologies, que registró una nota de 93,68 puntos frente a los 100 obtenidos por Deloitte Consulting.
Deloitte Consulting ofertó 60.500 euros -50.000 euros sin IVA- por el proyecto frente a los 54.000 euros sin IVA de Futura Vive, cuya propuesta obtuvo la mayor nota posible en la parte técnica.
«Se analiza la propuesta y se observa que se recoge de forma exhaustiva la planificación de etapas, actividades y entregables, identificando de forma general el desarrollo del proyecto. En el cual se describen las fases de preparación inicial, análisis y evaluación, planificación y diseño, implementación y seguimiento, así como la fase de cierre y entrega», afirmó la mesa de contratación.
LA COMPETIDORA, CON UNA NOTA EXCELENTE
«Adicionalmente se realiza una descripción técnica general de la solución propuesta, en la que se recogen entre otros, el sistema de gestión de bases de datos, la infraestructura de servidores y alojamiento, el backend y frontend de la plataforma, así como aspectos de seguridad y cifrado de la información, módulos de recopilación de datos, el motor de análisis y métricas para la elaboración de informes, las herramientas de administración y configuración y el soporte y capacitación para el uso de la herramienta», destacó.
La exposición realizada en la documentación presentada también dejó muy buena impresión en la mesa de la Universidad Complutense al constatar un desarrollo y descripción de los pasos e hitos a alcanzar en cada una de las fases de la licitación. «Por todo lo anterior y atendiendo a la documentación aportada para su evaluación, se concluye que no se detecta circunstancia alguna que indique que la empresa no pudiera llevar a buen término la ejecución y desarrollo del proyecto». En resumen, el planteamiento presentado era «perfectamente adecuado que garantiza la organización y coordinación de los trabajos».
BEGOÑA GÓMEZ FIRMÓ EL PLIEGO DE CONDICIONES
No obstante, la firma de Begoña Gómez aparece en uno de los pliegos de la licitación para terminar la herramienta. Esta supuesta anomalía es la que se trata de investigar ahora a petición del decano Pedro José de la Torre y la posterior denuncia de Manos Limpias.
Según el documento, presentado ante el CONCITI, hay varios puntos que podrían acabar en una denuncia por intrusismo profesional. En primer lugar, el pliego apunta a que se trata de un proyecto complejo con multitud de actores y retos a nivel conceptual y tecnológico, con la involucración de distintos perfiles profesionales y partiendo de la documentación técnica que tiene la Universidad, que no dispone de medios ni técnicos ni humanos para implantar por sí misma la herramienta, al tiempo que necesita de apoyo experto para definir las tecnologías más adecuadas y coordinar la implementación de los procesos del software.
«SE TRATA DE TRABAJOS INFORMÁTICOS DE ELEVADA COMPLEJIDAD TÉCNICA»
«Es por esto que aparece la necesidad de contratar a una empresa que pueda prestar los servicios objeto del contrato», destaca. En definitiva, «se trata de trabajos informáticos de elevada complejidad técnica».
No obstante, es Begoña Gómez quien redacta el pliego de prescripciones técnicas. Lo hizo el 25 de julio de 2023, ahora hace un año y dos días después de la votación de las elecciones generales que perdió su marido, Pedro Sánchez.
La esposa de Pedro Sánchez no tendría la cualificación para redactar y firmar estos pliegos, más cuando son un acto propio de la «profesión de ingeniero técnico en informática», según describe el decano. La elaboración de pliegos de prescripciones técnicas es una competencia exclusiva de la profesión de ingeniero técnico en informática, recogida como competencia común a la rama de informática en la titulación oficial habilitante de Grado en Ingeniería Informática.
Así está definido en la Secretaría General de Universidades, por la que se da publicidad al Acuerdo del Consejo de Universidades, por el que se establecen recomendaciones para la propuesta por las universidades de memorias de solicitud de títulos oficiales en los ámbitos de la Ingeniería Informática, Ingeniería Técnica Informática e Ingeniería Química.
EXIGENCIA Y SUPUESTO INCUMPLIMIENTO
Por tanto, «resulta palmaria la exigencia de estar en posesión de alguna de las titulaciones que dan acceso al ejercicio de la profesión de ingeniero técnico en informática para elaborar un pliego de prescripciones técnicas en el marco de un proyecto de desarrollo de un sistema informático», apunta.
No hay constancia alguna de que Begoña Gómez posea la titulación exigida para la redacción de un pliego de estas características, ni tampoco consta que haya realizado la ingeniería técnica en informática. «Resulta públicamente notorio que se trata de la esposa del actual presidente del Gobierno», destacó el escrito.
El Colegio andaluz insistió en que Begoña Gómez carece de título de Ingeniería y tan solo es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales. Por tanto, no tendría competencias para ejercer la labor de redacción de un pliego para un software complejo.
En este sentido, señalan que la propia esposa de Pedro Sánchez habría cometido «flagrantemente» una vulneración del principio de idoneidad para la contratación en el sector público al establecer, por un lado, la participación en la adjudicación de personas sin cualificación en la materia y sin tener, por otro, la competencia para ello.