Muchos podrían pensar que, tener una piel radiante y sana requiere de una elevada inversión económica, sin embargo la realidad es que existe un exfoliante casero que puedes preparar fácilmente por menos de 2 euros. Este tipo de productos es fundamental para tener una piel sana, ya que ayuda a eliminar las células muertas, destapar los poros y mejorar la textura de la piel en general.
Durante los últimos años, los expertos en el cuidado de la piel han recomendado ampliamente el uso de exfoliantes para potenciar la salud de la piel y aunque hay muchas alternativas en el mercado, los costos suelen ser elevados incluso en aquellos casos donde la efectividad es cuestionable. Por eso, muchas personas optan por métodos caseros como el que aquí te presentamos.
Así puedes hacer un exfoliante casero y efectivo
Para preparar un excelente exfoliante casero, solo necesitarás tres ingredientes que solemos tener en nuestra cocina. Debes buscar en casa dos cucharadas de bicarbonato, una cucharada de miel y una cucharada de coco. Los pasos a seguir para la preparación son realmente sencillos. En un recipiente pequeño, mezcla el cicarbonato, la miel y el aceite de coco hasta obtener una pasta espesa.
Para que la aplicación sea efectiva, debes humedecer muy bien tu rostro con agua tibia, luego aplica la mezcla de exfoliante en tu rostro con movimientos circulares suaves. Masajea tu piel durante algunos minutos prestando atención a las zonas con más puntos negros. Procura no presionar demasiado la piel para evitar microheridas. Finalmente, enjuaga muy bien tu rostro con agua tibia y sécalo con una toalla suave. Termina la rutina utilizando tu crema hidratante habitual para que se mantenga saludable.
¿Cómo usar este exfoliante de forma adecuada?
Este exfoliante casero puede ser aplicado de una a dos veces por semana. Debes procurar cuidar la piel y tratarla con delicadeza en el momento de exfoliación. Además, es muy importante que sigas una rutina de cuidado diario para ver mejores resultados a largo plazo, esto implica una limpieza amigable de forma diaria, hidratación, uso de protector solar y, si es el caso, el tratamiento dermatológico indicado por el especialista.
Es importante aclarar que, si padeces de alguna condición dermatológica, resulta indispensable consultar con tu médico especialista antes de realizar este procedimiento, de esta manera podrás evitar cualquier consecuencia o contraindicación. Además, la buena salud de la piel también depende de un estilo de vida sano, que incluye una alimentación balanceada, buena hidratación, ejercicio físico regular y buen descanso nocturno.