El Comité CEDAW de la ONU critica la falta de abordaje integral en la directiva europea sobre la violencia de género

La violencia de género es uno de los problemas más apremiantes que enfrenta la sociedad actual. A pesar de los avances en legislaciones y políticas, aún queda un largo camino por recorrer. Recientemente, la presidenta del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de Naciones Unidas, Ana Peláez Narváez, ha destacado la importancia de establecer una estrategia clara en la Unión Europea (UE) para asegurar la correcta transposición de la legislación sobre violencia contra mujeres y violencia machista. Esta estrategia es necesaria para abordar las deficiencias de la directiva europea propuesta, la cual, según Peláez, «no aborda todas las formas de violencia contra la mujer».

El ámbito de la violencia de género es extenso y complejo, y su impacto se siente en diversas áreas, evidenciando la necesidad de una respuesta unificada y efectiva por parte de todos los Estados miembros de la UE. Según Peláez, se hace imprescindible fortalecer el marco de aplicación del enfoque de derechos humanos en esta materia.

Deficiencias en la directiva europea sobre violencia contra la mujer

A pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora, Peláez ha lamentado que el texto final adoptado por el Parlamento y el Consejo no aproveche todo su potencial, a pesar de las contribuciones del Comité Económico y Social Europeo (CESE). Este organismo ha destacado que la propuesta de Directiva relativa a la lucha contra la violencia de género y la violencia doméstica tiene graves omisiones que deben ser subsanadas.

Entre las deficiencias señaladas por Ana Peláez se encuentran la falta de definiciones claras de términos fundamentales como «violación» y «consentimiento». A esto se suman la despenalización del aborto en caso de violación, el acoso sexual en el trabajo, la explotación de la prostitución, la gestación subrogada y la venta de niños. Estas cuestiones son de vital importancia para garantizar la protección efectiva de las mujeres y niñas ante diversas formas de violencia.

En su análisis, Peláez ha mencionado que la jurisprudencia del Comité CEDAW y diversas recomendaciones, como la número 35 sobre violencia de género y la número 38 sobre trata de mujeres y niñas en el contexto migratorio, deberían ser la base para la estrategia que se propone. La falta de claridad y precisión en la legislación vigente dificulta el trabajo de activistas y organizaciones que luchan por la igualdad de género y la protección de los derechos de las mujeres.

La importancia de una protección específica para las víctimas

La violencia vicaria, que afecta a hijos e hijas de víctimas de violencia de género, ha generado preocupaciones adicionales. Peláez ha subrayado la necesidad de respetar el interés superior del menor en los regímenes de visitas de los progenitores, especialmente en situaciones donde hay dudas razonables sobre la seguridad del contacto entre el menor y el progenitor violento. Esta cuestión ha sido lamentablemente ignorada en la directiva mencionada.

Además, el Comité ha señalado que, a pesar de que existe un artículo específico sobre la atención a víctimas con discapacidad, los avances en accesibilidad y atención a estas víctimas no han sido los esperados. El texto solo menciona la accesibilidad de los servicios telefónicos de ayuda, dejando de lado otros aspectos fundamentales que impactan a las víctimas en su camino hacia la recuperación.

La atención a mujeres mayores y la violencia que sufren en instituciones cerradas o segregadas es otro aspecto que, según Peláez, no ha sido abordado adecuadamente. Estos grupos vulnerables requieren atención y protección específica, y es esencial que su situación sea igualmente visibilizada y considerada en la toma de decisiones políticas.

Propuestas para un futuro mejor

Para abordar estas inquietudes, Ana Peláez ha propuesto diversas acciones que podrían mejorar la situación actual. Una estrategia europea de lucha contra la violencia de género no solo debe centrarse en la transposición de la legislación, sino también en robustecer su enfoque de derechos humanos, garantizando así una aplicación adecuada y efectiva de la normativa en todos los Estados miembros.

Entre las propuestas, se sugiere el desarrollo de campañas de concienciación y formación sobre violencia de género dirigidas a diferentes sectores de la sociedad, incluyendo escuelas, empresas y cuerpos de seguridad. Estas campañas podrían contribuir significativamente a cambiar las percepciones y actitudes hacia la violencia contra las mujeres, fomentando un entorno más seguro y respetuoso.

Además, es crucial establecer mecanismos de evaluación que permitan verificar la efectividad de las políticas implementadas y su impacto en la vida de las víctimas. Esto debería incluir la recopilación de datos desglosados por género, edad y tipo de violencia, para poder identificar las áreas donde es necesario mejorar.

Compromiso de todos

La propuesta de una estrategia articulada en la lucha contra la violencia de género es una llamada a la acción tanto para los gobiernos de la UE como para la sociedad civil. Es fundamental que cada país tome en serio su compromiso con los derechos humanos y trabaje en conjunto para erradicar esta violencia que tanto daño causa.

La indignación y la lucha por un futuro sin violencia contra las mujeres deben ser el motor que impulse a las naciones europeas hacia la implementación de políticas efectivas y la promoción de un entorno en el que todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir con dignidad y seguridad. Un enfoque integrado y sólido es esencial para avanzar en la igualdad de género y garantizar que ninguna mujer tenga que vivir con miedo a la violencia en ninguna de sus formas.