China anunció la suspensión de sus negociaciones con Estados Unidos sobre control y no proliferación de armas nucleares, como represalia a las recientes ventas de armamento que Washington ha realizado a Taiwán.
Esta medida refleja la creciente tensión entre las dos potencias, agravada por la disputa sobre el estatus de la isla de Taiwán.
En noviembre, ambos países habían mantenido conversaciones inusuales sobre esta cuestión como parte de una estrategia para mejorar sus relaciones antes de una cumbre entre sus presidentes, Joe Biden y Xi Jinping.
Sin embargo, desde entonces, no se habían anunciado nuevas negociaciones y, según un alto cargo de la Casa Blanca en enero, China no había respondido a las propuestas de Estados Unidos sobre «reducción de riesgos».
«Estados Unidos ha continuado sus ventas de armas a Taiwán y emprendido una serie de acciones negativas que dañan gravemente los intereses centrales de China y socavan la confianza política mutua», declaró Lin Jian, portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.
«Por esta razón, China ha decidido suspender negociaciones con Estados Unidos sobre una nueva ronda de consultas para control de armas y no proliferación».
China considera a Taiwán, una isla de gobierno autónomo, como parte de su territorio y no ha renunciado al uso de la fuerza para tomar su control.
Aunque en 1979 cambió su reconocimiento diplomático de Taipéi a Pekín, Estados Unidos sigue siendo el principal apoyo internacional de Taiwán y su mayor proveedor de armas.
1China desarrolla su arsenal nuclear
Un informe presentado al Congreso en octubre por el Pentágono advirtió que Pekín estaba desarrollando su arsenal nuclear más rápido de lo anticipado por Estados Unidos.
En mayo de 2023, China contaba con más de 500 ojivas nucleares operativas, y el Pentágono pronosticó que superaría el millar en 2030.
Según el Instituto de Investigación Internacional para la Paz de Estocolmo, el gigante asiático posee 410 ojivas nucleares, lejos de las 3.700 de Estados Unidos y las casi 4.500 de Rusia.
En respuesta a la decisión, Estados Unidos calificó de «lamentable» la medida, según el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
«Desgraciadamente, al suspender estas consultas, elos escogieron no continuar los esfuerzos que facilitarían controlar los riesgos estratégicos y evitar la costosa carrera armamentista», afirmó Miller, lamentando que China haya «escogido continuar el ejemplo de Rusia».
El portavoz subrayó que Estados Unidos reforzó «la defensa de nuestros aliados y socios en el Indo-Pacífico frente a las amenazas chinas que pesan sobre su seguridad».
Lin Jian, portavoz chino, reiteró que China está dispuesta a mantener la comunicación con Estados Unidos sobre asuntos de control internacional de armamentos, siempre y cuando haya «respeto mutuo.
«Pero Estados Unidos debe respetar los intereses fundamentales de China y crear las condiciones necesarias para el diálogo», añadió.
China ha denunciado regularmente las ventas de armas estadounidenses a Taiwán y cualquier acción estadounidense que otorgue a la isla alguna legitimidad internacional.
En junio, Estados Unidos aprobó dos ventas de material militar a Taiwán, con un valor total de unos 300 millones de dólares (274 millones de euros), lo que ha exacerbado aún más las tensiones entre Pekín y Washington.