La destacada dramaturga Angélica Liddell se embarca en un fascinante viaje al explorar la liturgia de la muerte en su obra ‘Dämon. El funeral de Bergman’. Esta pieza, que se presentará del viernes al domingo en el Teatre Lliure como parte del Festival Grec de Barcelona, recrea el funeral que el legendario director de cine sueco Ingmar Bergman diseñó para sí mismo.
Liddell, quien visita por cuarta vez el Festival Grec, ha expresado la profunda inspiración que ha recibido de Bergman a lo largo de su carrera. La idea de esta obra surge de su propio miedo a la muerte, el cual se plantea a la misma edad en la que Bergman lo abordó, alrededor de los 56 o 57 años. La obra es la segunda parte de una trilogía que Liddell inició en el Festival Temporada Alta 2023 con ‘Vudú (3318) Blixen’, y que se completará con ‘Eón’.
Recorriendo el Funeral de Bergman
‘Dämon’ invita al público a presenciar el funeral que Bergman diseñó para sí mismo, incluyendo referencias a sus creaciones favoritas, como ‘Un sueño de Strindberg’. El espectáculo cuenta con intérpretes procedentes del teatro sueco Dramaten, donde el cineasta se formó y trabajó.
La obra muestra los diferentes momentos del ritual del funeral y aborda «el miedo a la muerte más profunda que enfrenta a todos con el demonio de la vanidad y de la hipocresía», según las palabras de la dramaturga. Liddell busca transmitir la idea de exterminación y aniquilación del cuerpo a través de esta pieza.
Conexión con la Vida de Bergman
Liddell conecta la obra con un episodio de la vida de Bergman en el que él ve el funeral del Papa Juan Pablo II por televisión, reconociéndolo como un «acontecimiento estético que le recuerda al demonio de la vanidad». Esto lleva a Bergman a decidir que también quiere ser enterrado en un ataúd similar y a comenzar a diseñar su propio funeral.
En cuanto a la tercera parte de la trilogía, ‘Eón’, Liddell aún no la tiene producida, pero afirma que quiere seguir explorando «ese camino hacia la desaparición«. Además, revela que desea que esta tercera parte sea completamente en silencio, dejando que otros cuerpos, cosas y universos expresivos sean los protagonistas, ya que considera que «la palabra también es una condena».
Polémica con un Crítico Francés
Angélica Liddell ha sido cuestionada por la polémica suscitada con un crítico francés que se querelló contra ella por injurias tras el estreno de la obra en Avignon. Sin embargo, la dramaturga ha querido restar importancia a la situación, afirmando que no se trataba de injurias, sino de un juego de palabras, y cree que «todo ha sido muy ‘bergamaniano'».
Liddell considera que al recurrir a la policía en lugar de a la libertad de expresión, el crítico ha legitimado la obra desde el punto de vista «bergmaniano», volviéndola aún más «bergmaniana». Según la dramaturga, «el alma de Bergman quedó saciada» y cree que el cineasta sueco «estará feliz» con esta controversia.
En cuanto a la adaptación de esta parte de la obra, Liddell ha indicado que irá ajustando las dramaturgias según los teatros a los que se presente, y que las referencias a las críticas francesas le permiten «hacer una dramaturgia en escena también».