Los niños con necesidades especiales en mayor riesgo de trastornos alimentarios

La alimentación es una de las funciones básicas del ser humano y, sin duda, uno de los principales retos a los que se enfrentan las familias con niños que presentan necesidades especiales. Estos pequeños son un grupo de riesgo para desarrollar un Trastorno de Evitación o Restricción de la Ingestión de Alimentos (TERIA), comúnmente conocido como «Trastorno del Niño Mal Comedor».

Las conductas rígidas, restrictivas y obsesivas que suelen presentar los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Diversidad Funcional de tipo cognitivo, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) constituyen un factor relevante a la hora de favorecer la aparición de este Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). De hecho, según datos de la Asociación Española de Pediatría, el 80 por ciento de la población infantil que presenta alguna de estas problemáticas, desarrolla un TERIA.

Características y Tratamiento del TERIA

El TERIA se caracteriza por presentar una alta sensibilidad a determinadas características sensoriales de algunos alimentos, una restricción en la cantidad que se ingiere o por aparecer como consecuencia de una experiencia traumática como asfixia, vómito u otros síntomas gastrointestinales. A diferencia de la Anorexia o Bulimia Nerviosa, en el TERIA no hay una distorsión de la imagen corporal ni miedo a aumentar de peso, pero sí puede llegar a frenar el crecimiento, provocar cambios significativos de peso (pérdida, sobrepeso u obesidad) y carencias nutricionales.

Según Joana Torán, nutricionista de HM Nens, «son niños que no suelen tener mucha sensación de hambre, no muestran ningún interés por la comida o tienen fobia a los alimentos que no les gustan y ante ellos, reaccionan de manera muy intensa«. «Su aversión puede deberse a la textura, el color, el sabor, la marca, etc. o a haber sufrido alguna experiencia traumática como una gastroenteritis, un ahogo o un vómito», añade.

El tratamiento del TERIA debe llevarse a cabo desde un enfoque nutricional y conductual, siendo necesaria la participación de un equipo multidisciplinar formado por pediatras, neuropediatras, psicoterapeutas, endocrinólogos, gastroenterólogos, nutricionistas, enfermeras y la familia, la cual tiene un papel determinante. Es importante establecer el peso, la pauta de crecimiento y el estado nutricional del paciente, así como trabajar en la adquisición de las pautas de comportamiento adecuadas para romper las rutinas adquiridas en la mesa de casa.

Técnicas Efectivas para Superar el TERIA

Además de la terapia familiar, con el niño se realiza terapia conductual basada en juegos con los alimentos para ofrecerle la oportunidad de probarlos. Es fundamental conseguir implicarlos en las comidas y darles poder de decisión, ya que deben adquirir autonomía. La técnica de establecer recompensas suele ser bastante efectiva. También se utiliza terapia cognitivo-conductual, cuyo objetivo es calmar la ansiedad que puede generar el saber que se acerca la hora de comer o tener que sentarse en la mesa.

En el Hospital HM Nens, el tratamiento se realiza a través de los Grupos de Sensibilización, donde se organizan juegos y actividades cuya finalidad es que los niños toquen los alimentos, se los lleven a la boca, los noten, los aprecien y, finalmente, los prueben. Otra técnica utilizada es el Foodchaning, que consiste en ir estableciendo una cadena entre alimentos similares para que el niño progrese en su aceptación de los mismos.

Asimismo, es fundamental la coordinación con las escuelas para superar el miedo de los pequeños a comer fuera de casa. Desde el Hospital HM Nens se trabaja conjuntamente con los centros educativos y las familias, para que éstas confíen en dejar a los niños y los equipos de los comedores escolares sean conscientes del trastorno y sepan cómo deben atender al alumno.