Los muslos de pollo son una opción versátil y deliciosa para cualquier comida, y cuando se preparan al horno, pueden resultar en una combinación perfecta de piel crujiente y carne jugosa. Para conseguir este equilibrio, es esencial prestar atención tanto a la preparación como a la cocción. En esta receta, los muslos de pollo se benefician de un marinado previo que los mantiene húmedos y llenos de sabor. A continuación, te revelamos el secreto para hacerlos al horno súper crujientes y jugosos.
El primer paso crucial es el marinado. Marinar los muslos de pollo es una técnica que no solo infunde sabor, sino que también ayuda a mantener la carne jugosa durante la cocción. Para esta receta, utilizamos una mezcla de ralladura de limón, orégano, tomillo, pimentón, ajo, sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra. Esta combinación de ingredientes no solo aporta un sabor profundo y complejo a los muslos de pollo, sino que también ayuda a crear una piel crujiente cuando se hornean.
Marinar los marinar de pollo
El marinado debe realizarse con suficiente antelación para que los sabores penetren bien en los muslos de pollo. Idealmente, deberías dejarlos en el marinado durante varias horas o incluso toda la noche. Colócalos en un recipiente cubierto en la nevera para que absorban bien todos los sabores. Esta etapa es clave para asegurarte de que los muslos de pollo estén bien sazonados y jugosos cuando los cocines.
Cuando estés listo para cocinar, pre-calienta el horno a 180ºC. Mientras el horno se calienta, prepara una bandeja para hornear con una base de cebolla y ajo finamente picados. Esta cama de vegetales no solo añade sabor al pollo, sino que también ayuda a evitar que se peguen a la bandeja. Coloca los muslos de pollo marinados sobre esta base, asegurándote de verter también el marinado restante sobre ellos para maximizar el sabor.
Cocinar y servir con una guarnición
Para conseguir una piel crujiente en los muslos de pollo, es importante que el horno esté bien caliente antes de introducir la bandeja. Cocinar a 180ºC permite que estos se cocinen uniformemente y que la piel se vuelva crujiente sin quemarse. Dependiendo del tamaño de los muslos de pollo, el tiempo de cocción puede variar entre 40 minutos y una hora. Durante este tiempo, los jugos internos se redistribuyen, manteniendo la carne tierna y jugosa.
Finalmente, una vez que estén dorados y crujientes por fuera, y jugosos por dentro, sácalos del horno. Déjalos reposar unos minutos antes de servirlos para que los jugos se redistribuyan adecuadamente. Puedes acompañar estos muslos de pollo con una ensalada fresca de espinacas o unas patatas con bacon para una comida completa y deliciosa. Con este método, lograrás unos muslos de pollo al horno que serán la estrella de cualquier cena.