Golpe al crimen organizado: La Guardia Civil neutraliza una banda de asaltantes violentos de hogares

La Guardia Civil ha logrado desmantelar a una peligrosa organización criminal especializada en el robo de viviendas con el uso de extrema violencia, incluyendo armas de fuego y amenazas a los moradores. Esta banda operaba en las provincias de Madrid, Málaga y Almería, cometiendo asaltos brutales y robando bienes de valor como dinero en efectivo, joyas y dispositivos electrónicos.

La investigación, denominada ‘Operación Brigantes’, se inició tras un violento robo en Bétera (Valencia) en el que los ladrones agredieron a los residentes, llegando a causar la muerte de una de las víctimas por las graves lesiones sufridas. A partir de ese incidente, los agentes lograron identificar a los presuntos autores y vincularlos a otro asalto similar ocurrido en Alhaurín de la Torre (Málaga), donde los delincuentes también utilizaron armas de fuego y violencia contra los habitantes de la vivienda.

DETENIDOS Y REGISTROS DOMICILIARIOS

Como resultado de la operación, la Guardia Civil ha detenido a seis personas, todas ellas de nacionalidad venezolana, y ha realizado siete registros en domicilios ubicados en Madrid, Almería y Málaga. En estos registros, se han incautado armas de fuego reales, así como herramientas y otros instrumentos especializados con fines claramente delictivos, lo que demuestra la elevada profesionalidad del grupo criminal.

Además, se han recuperado numerosas joyas pertenecientes a las víctimas, que habían sido sustraídas en los diferentes asaltos perpetrados por la organización. Los investigadores también han descubierto posibles vínculos de los detenidos con ataques similares ocurridos en Venezuela y República Dominicana, ampliando así el alcance de sus operaciones delictivas.

MODUS OPERANDI Y EVITACIÓN DE LA IDENTIFICACIÓN

La modus operandi empleada por este grupo criminal se caracterizaba por la planificación cuidadosa de los asaltos, incluyendo la vigilancia previa de las víctimas y la elección del momento idóneo para acceder a las viviendas, con el objetivo de no dar oportunidad a los residentes para defenderse.

Una vez dentro de las casas, los ladrones actuaban con extrema violencia, golpeando, amenazando y amordazando a los moradores, para luego apoderarse rápidamente de los bienes de mayor valor, como dinero en efectivo, joyas y dispositivos electrónicos. Para facilitar su huida, utilizaban vehículos robados a los que les sustituían las placas de matrícula, dificultando así su identificación por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.