La crisis sanitaria del verano: saturación y falta de recursos en el SNS

El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha denunciado que los problemas de saturación, colapso y largas esperas se han empezado a generalizar en diferentes comunidades autónomas solo unos días después del inicio del verano, una situación que señalan se irá agravando debido a los «recortes» en personal, horarios de atención, camas y servicios realizados por las consejerías de Sanidad con motivo de la llegada del periodo estival.

Los problemas de saturación y colapso en hospitales

SATSE ha constatado que el verano se está convirtiendo, un año más, en la época en la que se agravan los problemas de déficit de recursos humanos y materiales que sufre el Sistema Nacional de Salud (SNS) debido a una permanente política de infrafinanciación y desinversión por parte del Gobierno y las comunidades autónomas. La falta del personal necesario provoca una atención de peor calidad y menos segura, ha añadido.

Advierten que son numerosos los hospitales y centros de salud que están sufriendo en estos primeros días de verano situaciones de colapso, saturación y sobrecarga para su personal, especialmente en los servicios de Urgencias. Por ejemplo, SATSE ha destacado los casos del Hospital de Valdecilla, en Santander; el Virgen de la Arrixaca, en Murcia, o el Hospital de Txagorritxu, en Álava.

La organización sindical ha subrayado que los cierres temporales de unidades, servicios y camas y la suspensión y reprogramación de intervenciones quirúrgicas son también habituales en los hospitales, lo que multiplica los tiempos de espera.

La saturación en las urgencias

Por ello, «son cada vez más frecuentes las situaciones en las que los pacientes tienen que esperar entre uno y tres días para subir a planta y tener una cama porque no hay suficientes disponibles». Además, esta espera la hacen en «condiciones precarias», como camas separadas por biombos en unidades de observación sin ninguna privacidad y comodidad, han afirmado desde el Sindicato.

Según los datos recabados por SATSE en todas las autonomías, con la excepción de Madrid que sigue sin proporcionar datos, el cierre previsto este verano es de más de 10.400 camas.

Las unidades cerradas y falta de personal especializado

Por otra parte, el cierre de unidades, «como el que está previsto que se produzca en la de Pediatría del Hospital del Henares, en Madrid, conlleva que los pacientes tengan que ser trasladados a otras diferentes con personal no especializado«.

El impacto en centros de salud y atención primaria

En lo que respecta a los centros de salud, y dado que muchos se cierran en horario de tarde, las personas que necesitan atención no tienen otra alternativa que acudir a los servicios de Urgencias de los hospitales, «agravando aún más las situaciones de saturación y sobrecarga asistencial».

SATSE ha afirmado que el porcentaje de enfermeras que no se sustituye este verano llega hasta el 40-50 por ciento en el caso de alguna comunidad autónoma. Hay casos «más extremos», como en los centros de salud de La Rioja donde solo se ha cubierto en torno al 15 por ciento de vacaciones e incidencias. «Esto conlleva una creciente sobrecarga laboral para los profesionales sanitarios que trabajan durante el periodo estival», advierten.

Las consecuencias de los recortes en sanidad

Todo ello provoca ampliación de agendas, prolongación de jornadas o doblaje de turnos de trabajo, entre otros, que perjudican tanto al profesional como a las personas que requieren de su atención y cuidados. Enfermeras y fisioterapeutas se encuentran «sobrepasados» y no pueden dedicar el tiempo que les gustaría a cada paciente.

Las repercusiones para pacientes y sanitarios

La falta de personal y recursos no solo afecta al bienestar y salud de los pacientes, sino que también repercute negativamente en la salud mental y física de los profesionales sanitarios, quienes sufren un elevado estrés y agotamiento debido a la sobrecarga laboral. Este escenario provoca un círculo vicioso: la calidad de la atención disminuye, lo que genera más quejas y aumenta la presión sobre un sistema ya debilitado.

Las soluciones a largo plazo

La solución a esta crisis pasa por un cambio estructural y un compromiso real por parte de las administraciones. Aumentar la inversión en sanidad y asegurar una dotación de personal adecuada son pasos esenciales para garantizar un sistema sanitario robusto y resiliente. Solo así se podrá ofrecer una atención de calidad y segura para todos los pacientes, sin comprometer la salud de los profesionales.

La importancia de la contratación temporal

Una de las estrategias clave es la contratación temporal de personal durante los meses de verano para cubrir las demandas aumentadas debido a las vacaciones del personal fijo. Implementar políticas de contratación flexible puede reducir la sobrecarga en los centros de salud y hospitales, mejorando tanto la calidad del servicio como las condiciones laborales de los sanitarios.

La colaboración y diálogo entre administraciones y sindicatos

Es fundamental que exista una colaboración estrecha entre las administraciones públicas y los sindicatos para diseñar políticas efectivas y realistas que aborden las necesidades del sistema de salud. El diálogo continuo y la negociación son herramientas cruciales para encontrar soluciones que beneficien tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud.

En resumen, la llegada del verano acentúa los problemas estructurales del Sistema Nacional de Salud debido a años de infrafinanciación y recortes. Para revertir esta situación es necesario un compromiso firme por parte de los gobiernos autonómicos y el Gobierno central, asegurando una dotación adecuada de recursos humanos y materiales que permita ofrecer una atención de calidad y segura tanto en los hospitales como en los centros de salud.