La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, sigue empeñada en desmarcarse de la sombra del regidor de la capital, José Luis Martínez Almeida, y encontrar una pequeña parcela de protagonismo que diferencie a Ciudadanos del PP. La gestión de Almeida es cada vez más aplaudida y respetada y su figura política crece por momentos en detrimento de la imagen política de Ciudadanos, partido con el que el PP gobierna en coalición tanto en la alcaldía de Madrid como en la Comunidad. Ahora, Villacís parece haber encontrado lo que considera un filón para ganar titulares, que no es otro que seguir la doctrina de otras autonomías e imponer el uso obligatorio de mascarillas en la capital. Y para ello, no ha dejado de presionar a su compañero de partido y vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado.
Al principio fue un inocente comentario, pero al ver que algunos medios de comunicación recogieron sus declaraciones, Villacís ha decidido convertirse en el adalid del uso de la mascarilla en la Comunidad de Madrid. Lo cierto es que, a pesar de algunos augurios más pesimistas, no hay una reticencia ideológica al uso de la mascarilla, único elemento capaz de frenar al virus. Y al ver que esa aceptación social va en aumento, Villacís se ha subido al carro e intenta convencer a su compañero de partido en la Comunidad para que plantee hacer obligatorio el uso de las mascarillas en la autonomía de la capital, una de las pocas que todavía se niega a hacerlo.
Lo cierto es que tanto Almeida como Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, no consideran que sea necesario imponer el uso obligatorio de la mascarilla. Por el momento, Madrid no se ha convertido en una región con excesivos brotes, al margen del por qué, según las cifras oficiales. Y eso hace que la normativa, tal y como está (que exige llevar mascarilla en espacios cerrados o en aquellos lugares públicos donde no se pueda garantizar la distancia de seguridad de dos metros), sea suficiente tanto para el alcalde de la capital como para Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid fue clara: «la administración no puede seguir al ciudadano las 24 horas», argumentó. Además, ha detallado que no decretará el uso obligatorio de la mascarillas a no ser que sea absolutamente necesario. Un criterio que por el momento comparte Almeida.
Sin embargo, Villacís ha elevado la presión sobre Aguado y ha asegurado que pedirá formalmente a la Comunidad de Madrid que decrete el uso obligatorio, incluso en los pueblos periféricos con pocos habitantes. Si se va a sacar al perro a la montaña o se acude a hacer un picnic a un parque natural, la policía tendrá podrá imponer una multa de 100 euros a quien no utilice la mascarilla, según el criterio de la vicealcaldesa.
Al mismo tiempo, la vicealcaldesa de Ciudadanos cree que con este movimiento podrá canalizar desde el poder la petición a la que ya se han sumado partidos como Más Madrid, PSOE o Podemos. Todos ellos han redoblado la presión sobre Ayuso para que imponga el uso obligatorio de mascarillas y esta aún se niega al considerar que la normativa, tal y como está, es suficiente para controlar los rebrotes de coronavirus.
«Por el momento» no será obligatorio el uso de la mascarilla en la Comunidad de Madrid porque los madrileños están siendo «responsables» a los ojos de Ayuso, ya que según su criterio el uso es «masivo», y «las cosas están saliendo muy bien». Una opinión que en cierto modo comparte Almeida.